Arturo Rodríguez García, Proceso 1582
SALTILLO, COAH.- La aparente calma del gremio minero fue sacudida la semana pasada por paros y protestas de trabajadores, amagos de violencia, operativos policiacos, pugnas de los empresarios del sector y advertencias de una escalada internacional del conflicto.
En el viejo edificio de la desaparecida Sección 13 del sindicato minero –a la cual pertenecían los trabajadores de Pasta de Conchos que fueron despedidos en octubre pasado por realizar un paro de brazos caídos–, la Federación Internacional de Trabajadores de la Industria Metalúrgica (FITIM) y la United Steelworkers (USW) criticaron al gobierno mexicano por intervenir en el sindicato minero y expresaron su respaldo a Napoleón Gómez Urrutia como dirigente de la organización.
El dirigente de la FITIM, Marcelo Ma-lentacchi, y el representante de la misma federación para América Latina, Jorge Campos, señalaron que los problemas que representa el Grupo México son internacionales, pues además de intervenir en la crisis del sindicato mexicano, la misma empresa está desarticulando el sindicalismo en Perú.
Aunque los sindicalistas extranjeros reconocieron que fueron varios los factores concurrentes para lanzar la embestida contra el hoy depuesto dirigente mexicano Napoleón Gómez Urrutia, revelaron que, cuando ésta se produjo, la FITIM estaba a punto de acordar con Gómez Urrutia un contrato colectivo internacional, que tenía como propósito homologar salarios y prestaciones entre los trabajadores del Grupo México en Estados Unidos, Perú y México. Ante esto, señalaron, la empresa reaccionó como lo hizo.
Mientras esa reunión se realizaba en Nueva Rosita, Coahuila, los mineros de Lázaro Cárdenas (Michoacán), Sombrerete (Zacatecas) y Cananea (Sonora) realizaban paros de protesta por la situación que se vive en Pasta de Conchos, así como para exigir la reinstalación de Napoleón Gómez Urrutia como líder del gremio.
Entre tanto, desde Canadá, el propio Gómez Urrutia denunciaba que el exsecretario del Trabajo Francisco Javier Salazar Sáenz es proveedor del Grupo México mediante sus dos empresas de productos químicos, y aseguraba que su hijo Francisco Xavier Salazar Diez, en su calidad de presidente de la Comisión de Energía de la Cámara de Diputados el sexenio pasado, fue quien otorgó la concesión para operar la termoeléctrica en Sabinas, Coahuila, en noviembre de 2005.
Al día siguiente, los dirigentes de la FITIM se reunieron con el actual secretario del Trabajo, Javier Lozano Alarcón, quien les aseguró que ya se trabaja en la solución del conflicto sindical, pero no se comprometió a nada.
Y es que una de las principales demandas de la FITIM al gobierno mexicano es dar respuesta al proceso iniciado en la Organización Internacional del Trabajo (OIT) por la presunta violación de tratados internacionales signados y ratificados por México, e intervenir en un análisis de aquella “toma de nota” que se hizo en favor de Elías Morales, al igual que del favoritismo hacia el Grupo México por parte de las autoridades.
Interrogado sobre la injerencia de los grupos empresariales en la vida sindical, Jorge Campos explicó al reportero que esa es una práctica corriente de Villacero y Grupo México, que en Perú han desatado numerosos conflictos gremiales y corrompido a autoridades laborales para evitar la conformación de un sindicato nacional.
Lo mismo sucede, continuó, con Mittal Steel en Brasil, donde no quiere reconocer obligaciones contraídas con los trabajadores al comprar la empresa Arcelor.
A su vez, Manny Armenta se refirió al litigio que se sigue en Texas contra el Grupo México, consorcio presidido por Germán Larrea que se niega a hacer la liquidación legal de los trabajadores de Asarco, adquirida en bancarrota por esa firma mexicana.
Mientras Malentacchi y Armenta llamaban a los mineros mexicanos a emprender una lucha pacífica, en los patios de la Sección 13 los trabajadores hablaban, por el contrario, de la contratación de 300 porros que recibirían a Elías Morales cuando, el miércoles 21, éste visitara Monclova.
Ese día, en las carreteras de acceso a Monclova se instalaron retenes policiacos. Decenas de patrullas realizaban rondines extraordinarios en Monclova y Frontera, mientras alrededor de 400 efectivos custodiaban el salón donde Elías Morales Hernández encabezaría una reunión con la Sección 147 de obreros de Altos Hornos de México (AHMSA).
Ahí, el líder sindical reconocido por el gobierno manifestó, enardecido, que Alonso Ancira Elizondo, presidente de AHMSA, financia a Gómez Urrutia y a la facción que lo respalda. Era una reunión donde había apenas 600 trabajadores de la sección, aunque ésta cuenta con 3 mil agremiados.
El malestar de Morales Hernández terminaba así con la esperanza que, momentos antes, algunos de los dirigentes que lo respaldan habían comunicado a Proceso en el sentido de que tanto ellos como los partidarios de Napoleón podrían realizar una negociación conjunta del contrato colectivo de trabajo.
A su vez, el presidente de AHMSA, Ancira Elizondo, respondió a las expresiones de Elías Morales, como de costumbre, con un desplegado que se publicó el jueves 22, donde rechazó sus señalamientos.
Como sea, Elías Morales acusó a también a Gómez Urrutia de ser corresponsable de la tragedia de Pasta de Conchos, como lo hizo por la noche el secretario del Trabajo, Lozano Alarcón.
Mientras tanto, la minera canadiense Luismin –fue propiedad de Antonio Madero Bracho, actual miembro del consejo de administración de Grupo México– denunciaba que un movimiento ejidal mantenía tomadas sus instalaciones en el municipio de Eduardo Neri, en Guerrero, donde se ubica la mina que supuestamente tiene la mayor producción de oro de México, sin que intervinieran, subrayaba, las autoridades competentes.
SALTILLO, COAH.- La aparente calma del gremio minero fue sacudida la semana pasada por paros y protestas de trabajadores, amagos de violencia, operativos policiacos, pugnas de los empresarios del sector y advertencias de una escalada internacional del conflicto.
En el viejo edificio de la desaparecida Sección 13 del sindicato minero –a la cual pertenecían los trabajadores de Pasta de Conchos que fueron despedidos en octubre pasado por realizar un paro de brazos caídos–, la Federación Internacional de Trabajadores de la Industria Metalúrgica (FITIM) y la United Steelworkers (USW) criticaron al gobierno mexicano por intervenir en el sindicato minero y expresaron su respaldo a Napoleón Gómez Urrutia como dirigente de la organización.
El dirigente de la FITIM, Marcelo Ma-lentacchi, y el representante de la misma federación para América Latina, Jorge Campos, señalaron que los problemas que representa el Grupo México son internacionales, pues además de intervenir en la crisis del sindicato mexicano, la misma empresa está desarticulando el sindicalismo en Perú.
Aunque los sindicalistas extranjeros reconocieron que fueron varios los factores concurrentes para lanzar la embestida contra el hoy depuesto dirigente mexicano Napoleón Gómez Urrutia, revelaron que, cuando ésta se produjo, la FITIM estaba a punto de acordar con Gómez Urrutia un contrato colectivo internacional, que tenía como propósito homologar salarios y prestaciones entre los trabajadores del Grupo México en Estados Unidos, Perú y México. Ante esto, señalaron, la empresa reaccionó como lo hizo.
Mientras esa reunión se realizaba en Nueva Rosita, Coahuila, los mineros de Lázaro Cárdenas (Michoacán), Sombrerete (Zacatecas) y Cananea (Sonora) realizaban paros de protesta por la situación que se vive en Pasta de Conchos, así como para exigir la reinstalación de Napoleón Gómez Urrutia como líder del gremio.
Entre tanto, desde Canadá, el propio Gómez Urrutia denunciaba que el exsecretario del Trabajo Francisco Javier Salazar Sáenz es proveedor del Grupo México mediante sus dos empresas de productos químicos, y aseguraba que su hijo Francisco Xavier Salazar Diez, en su calidad de presidente de la Comisión de Energía de la Cámara de Diputados el sexenio pasado, fue quien otorgó la concesión para operar la termoeléctrica en Sabinas, Coahuila, en noviembre de 2005.
Al día siguiente, los dirigentes de la FITIM se reunieron con el actual secretario del Trabajo, Javier Lozano Alarcón, quien les aseguró que ya se trabaja en la solución del conflicto sindical, pero no se comprometió a nada.
Y es que una de las principales demandas de la FITIM al gobierno mexicano es dar respuesta al proceso iniciado en la Organización Internacional del Trabajo (OIT) por la presunta violación de tratados internacionales signados y ratificados por México, e intervenir en un análisis de aquella “toma de nota” que se hizo en favor de Elías Morales, al igual que del favoritismo hacia el Grupo México por parte de las autoridades.
Interrogado sobre la injerencia de los grupos empresariales en la vida sindical, Jorge Campos explicó al reportero que esa es una práctica corriente de Villacero y Grupo México, que en Perú han desatado numerosos conflictos gremiales y corrompido a autoridades laborales para evitar la conformación de un sindicato nacional.
Lo mismo sucede, continuó, con Mittal Steel en Brasil, donde no quiere reconocer obligaciones contraídas con los trabajadores al comprar la empresa Arcelor.
A su vez, Manny Armenta se refirió al litigio que se sigue en Texas contra el Grupo México, consorcio presidido por Germán Larrea que se niega a hacer la liquidación legal de los trabajadores de Asarco, adquirida en bancarrota por esa firma mexicana.
Mientras Malentacchi y Armenta llamaban a los mineros mexicanos a emprender una lucha pacífica, en los patios de la Sección 13 los trabajadores hablaban, por el contrario, de la contratación de 300 porros que recibirían a Elías Morales cuando, el miércoles 21, éste visitara Monclova.
Ese día, en las carreteras de acceso a Monclova se instalaron retenes policiacos. Decenas de patrullas realizaban rondines extraordinarios en Monclova y Frontera, mientras alrededor de 400 efectivos custodiaban el salón donde Elías Morales Hernández encabezaría una reunión con la Sección 147 de obreros de Altos Hornos de México (AHMSA).
Ahí, el líder sindical reconocido por el gobierno manifestó, enardecido, que Alonso Ancira Elizondo, presidente de AHMSA, financia a Gómez Urrutia y a la facción que lo respalda. Era una reunión donde había apenas 600 trabajadores de la sección, aunque ésta cuenta con 3 mil agremiados.
El malestar de Morales Hernández terminaba así con la esperanza que, momentos antes, algunos de los dirigentes que lo respaldan habían comunicado a Proceso en el sentido de que tanto ellos como los partidarios de Napoleón podrían realizar una negociación conjunta del contrato colectivo de trabajo.
A su vez, el presidente de AHMSA, Ancira Elizondo, respondió a las expresiones de Elías Morales, como de costumbre, con un desplegado que se publicó el jueves 22, donde rechazó sus señalamientos.
Como sea, Elías Morales acusó a también a Gómez Urrutia de ser corresponsable de la tragedia de Pasta de Conchos, como lo hizo por la noche el secretario del Trabajo, Lozano Alarcón.
Mientras tanto, la minera canadiense Luismin –fue propiedad de Antonio Madero Bracho, actual miembro del consejo de administración de Grupo México– denunciaba que un movimiento ejidal mantenía tomadas sus instalaciones en el municipio de Eduardo Neri, en Guerrero, donde se ubica la mina que supuestamente tiene la mayor producción de oro de México, sin que intervinieran, subrayaba, las autoridades competentes.
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