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03 marzo 2007

>> en pocas palabras << Embajador Tony Garza

EN POCAS PALABRAS ®
PENSAMIENTO POLÍTICO LIBRE


Ambassador Tony perdona, que no te ví la «CORONA»


Mari Asunción Aramburuzabala | Dip. Jorge Emilio González Martínez – “El Niño Verde”
Fortunas de Sacadólares y nos siguen saqueando

Fecha: 08-Mayo-1995 — No. Publicación: 966

« Señor director de Proceso: ©

Le ruego publicar la siguiente carta, dirigida al presidente Ernesto Zedillo y al pueblo de México, con motivo de que mi hijo, el señor Roberto Polo, continúa injustamente detenido en Suiza a causa de una acusación presentada contra él en ese país por dos individuos conocidos como "sacadólares": Emilio Martínez Manautou y Pablo Aramburuzabala.

Estimado señor presidente Ernesto Zedillo:

Me dirijo a usted con la esperanza de que esta vez mi petición sea escuchada en virtud de que mi hijo, el cubano-estadunidense Roberto Polo, sigue recluido en la cárcel de Champ Dolon, en Ginebra, Suiza, pese a que ya demostró su inocencia.

Roberto Polo, quien no había tenido antecedentes ni otra causa penal en el mundo, ya cumplió cinco años de cárcel sin ser juzgado por los cargos de que se le acusa y por los cuales fue extraditado ilegalmente de Estados Unidos a Suiza.

Fue en Ginebra donde, en 1988, el fatídico político mexicano doctor Emilio Martínez Manautou —exgobernador de Tamaulipas, exsecretario de Salubridad y de la Presidencia— presentó en su contra una acusación tan falsa como ilegal. El segundo acusador es el español Pablo Aramburuzabala Ocaransa, primer accionista de la Cervecería Modelo, una de las empresas que más han abusado de los obreros en México. Este ladrón del pueblo mexicano saca todo su dinero del país, a España y Estados Unidos, y en esta última nación es también un gran accionista de la Universal Food Corporation.

El expresidente López Portillo dijo "¡qué vergüenza!" para referirse a los "sacadólares", pero da la casualidad de que la mayoría de ellos son amigos del expresidente. Señores como los Martínez Manautou y los Aramburuzabala son, señor presidente, la plaga terrible que está llevando a la ruina a la gran nación mexicana.

Roberto C. Polo tenía una compañía de inversiones llamada Private Asset Management Ltd. (PAMG), a la que, según los acusadores, entregaron 60 millones de dólares cada uno (¡qué casualidad!), a través de sus compañías Panameñas Rostuca Holdings, del doctor Martínez Manautou, y Aida Group, del español Aramburuzabala, para ser invertidos solamente en depósitos a plazo fijo, en vez de lo cual, dijeron, mi hijo colocó el dinero en inversiones de arte.

Señor presidente: Mi hijo es conocido mundialmente como un gran experto en arte; si estos ladrones tan sólo querían invertir en depósitos a plazo fijo, ¿por qué recurrieron a mi hijo? La razón es simple: porque ganaron muchos millones, pero luego, en combinación con personas allegadas a Roberto Polo, decidieron robárselo todo, y así lo hicieron.

Yo en varias ocasiones llamé a funcionarios del gobierno de Carlos Salinas de Gortari —entre ellos a Roberto Hoyos, de la Contraloría—, pues quería saber si estos individuos habían pagado al gobierno de México los impuestos correspondientes por el dinero que según ellos habían entregado a mi hijo. El señor Hoyos dijo que hablaría con el ministro Aspe para comenzar una investigación, pero me advirtió que esos señores eran gente muy importante en México... Así, a pesar de mis múltiples llamadas, jamás hizo investigación alguna ni volvió a responder al teléfono.
Señor presidente: Yo estoy peleando el caso de mi hijo desde 1988, pero estos señores tienen miles de millones de dólares y relaciones políticas en todo el mundo, y pueden comprar jueces, abogados, testigos, prensa, etcétera.

La extradición de mi hijo por el juez suizo Vladimir Stemberger estuvo basada en mentiras. Una de las acusaciones consistía en que mi hijo no tenía poderes generales de estos dos clientes para invertir en arte; tales poderes sí los tenía, y han sido presentados a las autoridades. Otra, que empleados de mi hijo en Ginebra lo acusaron de ordenarles romper documentos, pero los seis empleados lo desmintieron y dijeron que jamás habían hablado con el juez Stemberger; y la tercera y la última acusación incluía la afirmación en el sentido de que los dos clientes enviaron dinero a PAMG, S.A.; esto también fue probado como falso por la firma de contadores suizos Deloitte & Touche. Entonces, ¿por qué Roberto Polo tiene ya cinco años de cárcel sin habérsele celebrado juicio? Corrupción. Sólo por eso.

El doctor Martínez Manautou y sus abogados gángsters del corrupto sistema judicial de Ginebra sólo han podido probar que habían entregado 26 millones de dólares a la compañía de mi hijo, y aunque los abogados del español Aramburuzabala no han demostrado que le dieran algo, se declaró juicio en rebeldía durante un proceso realizado en Nueva York en 1989, debido a que, en una sucia jugada, los abogados de mi hijo, del bufete Strook, Strook & Lavan, no se presentaron. A mi hijo lo metieron a la cárcel para robárselo todo, y hasta hoy le han robado 108 millones de dólares. Siguen tratando de encontrar lo que no hay, y a nuestra familia le hacen la vida imposible con sus persecuciones inhumanas.

Señor presidente, pueblo de México: Temo por mi vida, pues he acusado y acusaré hasta el día de mi muerte a estos dos malhechores, y sé que son capaces de matarme, porque a mí no pueden comprarme.

¿Por qué no hace usted la diferencia, señor presidente, y confisca bienes y extradita a Martínez Manautou, a Aramburuzabala y todos los que han sacado dólares del país que, depositados en bancos estadunidenses, regresan a México en forma de créditos con intereses evadiendo impuestos?

Señor presidente: Sólo pido justicia, que estos malhechores sean investigados profundamente por un tribunal del pueblo mexicano, y si fueran hallados culpables, que cumplan sus condenas, mientras que, por otra parte, se dejaría a un hombre inocente en libertad. [Carta resumida.]

Respetuosamente,
María Teresa Castro de Polo »

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