ÍNDICE POLÍTICO, FRANCISCO RODRÍGUEZ
LA CRECIENTE OLA de inseguridad en el país, diría el optimista del cuento, también tiene sus ventajas.
Una de ellas es que puede acabar con el también progresivo desempleo, no obstante que nos digan que estamos en el sexenio del empleo.
Y es que, acorde a lo señalado en un documento de la Procuraduría General de la República filtrado hace unos días a un periódico de la capital nacional, tanto esta dependencia del Ejecutivo como la Secretaría de Seguridad Pública federal han capturado –parece que es lo único que pueden capturar-- cerca de mil solicitudes para que éstas asignen a uno de sus agentes como escolta de políticos, funcionarios, empresarios o hasta artistas. Puros "picudos".
Y todo esto apenas durante los últimos meses.
Pero, estoy cierto, a partir de que el señor Felipe Calderón ha aceptado que él también recibe amenazas, el número de solicitudes va a incrementarse en proporción geométrica.
El mismo documento apunta, también de acuerdo a la versión periodística, ni la PGR ni la Secretaría de Seguridad Pública federal cuentan con el suficiente personal para atender dichas solicitudes.
La solución, entonces, debe ser contratar más personal.
Digamos que unos dos mil más, para que cubran turnos de "24 por 24", cual acostumbran hacerlo aquellos a quienes se comisiona cual guardaespaldas.
En tal documento, donde no se incluyen los nombres de los solicitantes, se destaca que en primer lugar en solicitudes se encuentra el Distrito Federal, con más de 200 hasta el momento.
Tamaulipas y Nuevo León le siguen con cerca de 100 peticiones de escoltas para la seguridad de empresarios y políticos que están bajo el acecho de las bandas delictivas, principalmente del narcotráfico, pues argumentan que en estas entidades se libra una batalla entre el cártel del Golfo y el de Sinaloa, que capitanea Joaquín El Chapo Guzmán.
Se sabe, asimismo, que cerca de 500 efectivos de la PFP y de la PGR, utilizados como "escoltas", se encuentran encuartelados en sus respectivas dependencias en espera de recibir instrucciones para resguardar a alguna personalidad.
Pero no sólo con recursos de los contribuyentes entregados a la Federación se da protección a los "gallones".
Las Procuradurías de todas las entidades del país también prestan servicios de seguridad de escoltas para personas que sufren de algún tipo de atentado.
¿Cuántas son?
Imposible saberlo, el Sistema Nacional de Seguridad Pública no cuenta con una cifra sobre la cantidad de servicios que se dan de este tipo.
Deben ser centenas. Para empresarios, obispos, líderes sindicales, diputados, senadores… La lista es larga.
Y no, no diga usted que la seguridad deben pagársela ellos mismos.
No. Que el Estado cree más plazas de escoltas. Que gocen estos de las bondades de la nueva ley del ISSSTE.
Y que se cambie el Himno Nacional: "Un escolta en cada hijo te dio".
LA CRECIENTE OLA de inseguridad en el país, diría el optimista del cuento, también tiene sus ventajas.
Una de ellas es que puede acabar con el también progresivo desempleo, no obstante que nos digan que estamos en el sexenio del empleo.
Y es que, acorde a lo señalado en un documento de la Procuraduría General de la República filtrado hace unos días a un periódico de la capital nacional, tanto esta dependencia del Ejecutivo como la Secretaría de Seguridad Pública federal han capturado –parece que es lo único que pueden capturar-- cerca de mil solicitudes para que éstas asignen a uno de sus agentes como escolta de políticos, funcionarios, empresarios o hasta artistas. Puros "picudos".
Y todo esto apenas durante los últimos meses.
Pero, estoy cierto, a partir de que el señor Felipe Calderón ha aceptado que él también recibe amenazas, el número de solicitudes va a incrementarse en proporción geométrica.
El mismo documento apunta, también de acuerdo a la versión periodística, ni la PGR ni la Secretaría de Seguridad Pública federal cuentan con el suficiente personal para atender dichas solicitudes.
La solución, entonces, debe ser contratar más personal.
Digamos que unos dos mil más, para que cubran turnos de "24 por 24", cual acostumbran hacerlo aquellos a quienes se comisiona cual guardaespaldas.
En tal documento, donde no se incluyen los nombres de los solicitantes, se destaca que en primer lugar en solicitudes se encuentra el Distrito Federal, con más de 200 hasta el momento.
Tamaulipas y Nuevo León le siguen con cerca de 100 peticiones de escoltas para la seguridad de empresarios y políticos que están bajo el acecho de las bandas delictivas, principalmente del narcotráfico, pues argumentan que en estas entidades se libra una batalla entre el cártel del Golfo y el de Sinaloa, que capitanea Joaquín El Chapo Guzmán.
Se sabe, asimismo, que cerca de 500 efectivos de la PFP y de la PGR, utilizados como "escoltas", se encuentran encuartelados en sus respectivas dependencias en espera de recibir instrucciones para resguardar a alguna personalidad.
Pero no sólo con recursos de los contribuyentes entregados a la Federación se da protección a los "gallones".
Las Procuradurías de todas las entidades del país también prestan servicios de seguridad de escoltas para personas que sufren de algún tipo de atentado.
¿Cuántas son?
Imposible saberlo, el Sistema Nacional de Seguridad Pública no cuenta con una cifra sobre la cantidad de servicios que se dan de este tipo.
Deben ser centenas. Para empresarios, obispos, líderes sindicales, diputados, senadores… La lista es larga.
Y no, no diga usted que la seguridad deben pagársela ellos mismos.
No. Que el Estado cree más plazas de escoltas. Que gocen estos de las bondades de la nueva ley del ISSSTE.
Y que se cambie el Himno Nacional: "Un escolta en cada hijo te dio".
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