Más claro no se puede: La tierra se ha llenado de violencia y maldad como en los días de Noé, será asolada a causa de sus moradores, por el fruto de sus obras. Los juicios de Dios son para probar a los moradores de la tierra. ¡Jesús viene pronto!...Génesis 6:5-11, Miqueas 7:13, Apocalipsis 3:10 y Mateo 24:12,37-39
El embajador australiano en Birmania (Myanmar), Bob Davis, aseguró ayer que la cifra de víctimas por la represión de las protestas contra la Junta Militar es "significativamente mayor" que el admitido por las autoridades.
Hasta el momento, la televisión estatal birmana sólo ha reconocido diez de las 15 muertes, entre ellas las de varios monjes, un fotógrafo japonés y otro extranjero de aspecto caucásico, según datos de testigos.
Sin embargo, Davis señaló a la radio ABC que "tenemos informes no confirmadas de que un número significativamente más alto fueron asesinados cuando los militares abrieron fuego contra la multitud ayer en Rangún".
A su juicio, la cifra real sería "varios múltiples" la del saldo oficial, pues los soldados lograron retirar muchos cadáveres que quedaron después de los tiroteos contra los manifestantes.
El Ministerio de Exteriores australiano llamó a consultas a Davis y le emplazó a presentar una queja oficial a las autoridades birmanas por la violencia ejercida para sofocar las protestas pacíficas.
Por su parte, un grupo de manifestantes locales y birmanos prosiguieron la concentración que llevan a cabo desde hace varios días frente a la Embajada de Birmania en Canberra.
Allí, exigieron a China y a la India que condenen la actuación de las fuerzas de seguridad birmanas para atajar las marchas lideradas por los monjes budistas.
Hasta la fecha, la represión de las manifestaciones pacíficas en Rangún y otras ciudades del país han causado la muerte de al menos 15 personas, entre ellas varios religiosos y un fotógrafo japonés, en el mayor levantamiento popular contra el régimen en casi dos décadas.
Birmania está gobernada por los militares desde 1962 y no celebra elecciones parlamentarias desde 1990, cuando el partido oficial perdió estrepitosamente ante una coalición opositora encabezada por Aung San Suu Kyi, bajo arresto domiciliario desde 2003, unos comicios cuyos resultados no fueron reconocidos por los generales.
Fuente: EFE
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