En el comunicado las autoridades, las mismas que mintieron hace dos años, explicaron que la situación es tan grave que obliga al instituto y al sindicato a compartir este diagnóstico, y a encontrar una salida que, apegada a la Ley del Seguro Social, permita mantener su plantilla actual y crecer al ritmo que lo hace la derechohabiencia. O sea que ante la pasividad de los trabajadores y derechohabientes, vuelven a la carga con el mismo cuento de 2005: o los trabajadores renuncian a más derechos o se cierra el changarro.
En efecto, en el comunicado señalaron que el IMSS se verá obligado literalmente a cerrar consultorios y unidades médicas antes de que termine el presente año, ya que tan sólo para 2007 el déficit programado es de siete mil 311 plazas. Mencionó que el IMSS sólo puede contratar personal si cuenta con los recursos suficientes para cubrir los costos futuros en el momento de la jubilación, pues la reforma a la Ley del Seguro Social de 2004 (allí está la trampa, agregado nuestro) impide la transferencia de fondos presupuestarios provenientes de las cuotas obrero-patronales y de las aportaciones del gobierno federal.
De las reservas, el instituto debe constituir, conforme a la ley, los recursos para financiar las nuevas contrataciones, ya sean nuevas plazas o plazas de trabajadores en trámite de jubilación. Para atender esta situación, y en apego a las reformas de ley citadas, en 2005 el IMSS y el sindicato suscribieron, en el marco de la negociación del Contrato Colectivo de Trabajo, un convenio adicional en el cual se regulan las jubilaciones y pensiones de los trabajadores de base que hayan ingresado a partir del 16 de octubre de 2005.
Ahora resulta que esa solución (impuesta) no fue suficiente y pretenden aplicar un nuevo apretón de tuercas.
Ese instrumento establecía que las jubilaciones y pensiones de las contrataciones, a partir de esa fecha, serían financiadas con aportaciones provenientes tanto de los trabajadores de nuevo ingreso como por los trabajadores que ya prestaban su servicio.
En el primer caso (el de los nuevos trabajadores) estas aportaciones comenzarían en cuatro por ciento del salario y del fondo de ahorro en 2005, y se incrementarían un punto porcentual cada año hasta llegar a 10 por ciento en 2011.
Para el segundo caso, los trabajadores en activo realizarían dos aportaciones: una de tres por ciento del salario para su propia jubilación y la otra solidaria, de 1 por ciento en 2005, para fondear las pensiones de los trabajadores de nuevo ingreso, con aumentos anuales hasta llegar a siete por ciento en 2011. Todas estas aportaciones serían destinadas a un fondo de contratación llamado Subcuenta 2.
Y viene la nueva trampa…… así, para el IMSS, el Convenio 2007 deberá atender esta problemática y sentar las bases de un mecanismo más justo y estable de contratación, en el que los nuevos convenios laborales no se realicen con cargo a los trabajadores actuales y, por el otro, se generen fondos suficientes en apego a la Ley del Seguro Social.
O sea la aplicación de la Ley de Herodes: o siguen cediendo los tabajadores o se joden y ¿los impuestos para subsidiar la salud pública? Esos no alcanzan pues hay que seguirles pagando a un puñadito de vivales por el llamado rescate bancario (Con información de Notimex)
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