¿Por qué los Evangélicos no Veneran las Imágenes?
Para quienes viven al margen del catolicismo romano, el problema de las imágenes no parece tener la importancia que realmente tiene. En Italia, el centro del catolicismo, la actitud hacia las imágenes aún es el criterio que usan muchos católicos para distinguir entre católicos y evangélicos. Ellos dicen: "¡Ah! ¡Usted es evangélico! Ustedes son los que no creen en los santos, ¿no es cierto?"
El dogma católico dice: "Está permitido y es beneficioso venerar las imágenes de los santos". Estas imágenes, y los santos que representan, son sumamente importantes en la vida religiosa de la gente de Italia y de otros países católicos romanos. Esto no sólo sucede en la iglesia, sino también en la religión popular que es menos oficial. Multitud de personas que casi nunca van a una iglesia se consideran fieles católicos simplemente porque son devotos a una o más imágenes católicas.
Quizá el hecho más importante que distingue a los protestantes que creen en la Biblia, de sus vecinos católicos, es que aquellos insisten en que cada individuo necesita conocer a Dios personalmente. De hecho, la razón por la que Cristo vino a la tierra, murió por nuestros pecados y resucitó, fue para quitar los pecados que nos separan de Dios, de manera que podamos conocerlo en forma personal. La Biblia enseña que cada individuo debe tener una relación continua y directa con Dios; no una relación de larga distancia por medio de una imagen o del santo que ella representa. Uno de los temas principales de la Biblia, comenzando desde Génesis hasta el último libro, Apocalipsis, es que Dios aborrece las imágenes. La razón es que ellas alejan a la persona del contacto directo con El, porque proveen alguien más a quien orar y en quien confiar.
La mayoría de los católicos se sorprenden al saber que uno de los Diez Mandamientos prohibe el uso de las imágenes. Cito el segundo mandamiento, no de una Biblia publicada por evangélicos, sino de la Biblia católica romana: No te hagas estatua ni imagen alguna de lo que hay arriba, en el cielo, abajo, en la tierra, y en las aguas debajo de la tierra. No te postres ante esos dioses, ni les des culto, porque Yo, Yavé, tu Dios, soy un Dios celoso. Yo castigo a hijos, nietos y biznietos por la maldad de los padres cuando se rebelan contra mí. Pero me muestro favorable hasta mil generaciones con aquellos que me aman y observan mis mandamientos (Exodo 20:4-6).
Aunque la Iglesia Católica enseña los Diez Mandamientos en sus catecismos, consistentemente elimina el mandamiento citado arriba. Sin embargo, se encuentra siempre en cualquier Biblia, ya sea publicada por una casa editora evangélica o católica. Si usted tiene una Biblia, ¿por qué no lo busca ahora?
Si tiene un catecismo católico romano, ¿por qué no lo abre también? No notará de inmediato que el mandamiento contra las imágenes y postrarse ante ellas ha sido eliminado, porque allí todavía habrán diez mandamientos. Pero si lee los primeros tres mandamientos tanto en la Biblia como en el catecismo, verá que el segundo mandamiento, el más largo de todos, fue eliminado de la versión que se encuentra en el catecismo. La omisión se ha ocultado dividiendo el décimo mandamiento en dos. Es así como se lee el décimo mandamiento en la Biblia católica: No codicies la casa de tu prójimo. No codicies su mujer, ni sus servidores, su buey o su burro. No codicies nada de lo que le pertenece (Exodo 20:17). En el catecismo, la parte que habla de no codiciar la mujer de tu prójimo se convierte en el noveno mandamiento, y el resto que habla de los servidores, etc., se une para formar el décimo. Estos mandamientos se repiten en Deuteronomio 5. En este segundo pasaje no es tan notorio que el último mandamiento se ha dividido en dos para camuflar el robo del segundo. Quizá sea esta la razón por la que la Iglesia Católica usa generalmente la reseña de los Diez Mandamientos en Deuteronomio, en lugar de la presentación original de los mandamientos en Exodo.
El hecho de que el segundo mandamiento sea eliminado por completo y que se oculte la omisión muestra que la Iglesia Católica no lo interpreta en forma diferente a como lo interpretan otros. Si no comprendieran que condena sus imágenes, ¿por qué quitarían este mandamiento del catecismo y de otras enseñanzas católicas populares?
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