Mientras Felipe Calderón se reunía con George W. Bush para acordar los pasos para que los militares gringos entren a México, fue arrestada y deportada Elvira Arellano, una activista que luchaba por permanecer en Estados Unidos al lado de su hijo de ocho años, que por haber nacido en Estados Unidos tiene la nacionalidad norteamericana . Elvira tenía 10 años de trabajar como “ilegal” en los Estados Unidos.
Elvira estuvo refugiada desde agosto de 2006 en una iglesia metodista de Chicago para evitar ser separada de su hijo Saúl y hace unos días cansada de su prisión viajó a Los Ángeles para promocionar la reforma migratoria en distintos centros religiosos.
Del caso, que tuvo resonancia internacional, Calderón no le reclamó nada a Bush, por el contrario, se tomó la foto con él, anunciando los acuerdos para impulsar el plan militar norteamericano llamado irónicamente Plan México y que pretende legitimar la invasión militar norteamericana a tierras mexicanas.
En noviembre pasado, Saúl visitó el congreso estadounidense para pedir que su madre no fuera deportada pues, argumentó el niño, es inhumano separar a las familias. Poco antes de ser deportada, Arellano pudo conversar brevemente con su hijo y calmarlo ya que el pequeño está ahora a cargo del pastor de la iglesia donde buscaron refugio.
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