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24 septiembre 2007

Divina bendición

• Los demonios de facto
• Delicados golpes bajos...

El sentido común, mi estimado, es la medida de lo posible; está compuesto de experiencia y previsión. El ex presidente Vicente Fox dio un interesante golpe mediático al salir, en medio del escándalo sobre su riqueza (in)explicable con el Santo Padre Benedicto XVI en... la foto.

Esa foto, my friend, ha revelado el tamaño de la confrontación con Felipe Calderón. Nada de lo que ha ocurrido alrededor de la reciente estrategia mediática Fox-Sahagún ha sido espontánea y/o improvisada. Al contrario. Las formas dijeron todo del fondo.

Y justo en ese agitado entorno se encuentra la figura del líder blanquiazul, Manuel Espino Barrientos. Los demonios azules se desencadenan y se preparan para el mismísimo infierno: la batalla por el PAN.

Un partido, partido y sometido a inéditos embates por parte del Gymboree y su jefecito en Los Pinos. El botoncito de la reforma fiscal y su peligroso gasolinazo que dividió a los legisladores azules quienes estuvieron en curiosita rebeldía hasta que, uno a uno, recibieron puntuales presiones, perdón, instrucciones telefónicas por parte de César Nava y Juan Camilo Mouriño muestra las formas para someter, doblegar y dominar en asuntos que terminarán golpeando la línea de flotación panista.

Al interior del entretenido rebañito hay molestia. Al exterior, Fox emerge como cabeza visible de un ameno anuncio de provocación en la cual Calderón ya entró acusando recibo. La entrevista de la revista Quién sobre la vida de la parejita ex presidencial fue sólo el banderazo de salida circulando por la copresidencia de Fox en la IDC —que en unos meses, sin elección de por medio ocupará formalmente la presidencia—, la planeada instantánea con el Papa en su casa de descanso en Castelgandolfo y la bravata contra Felipe son ya clarísimas señales en vísperas del anunciado agarrón.

Al problemita se suman las formas de Calderón. Su rudeza grosera e innecesaria —reproducida por su insensato Gymboree–, aderezada con arrogancia en situaciones complicadas contra altos funcionarios de su gabinete y militantes de Acción Nacional dividen y restan.

Sus discursos se contradicen con la realidad como ocurrió en aquella original encerrona con los personajes más influyentes del país... que cuenta con más de 45 millones de mexicanos en la pobreza y con el hombre más rico del mundo.

¿Para qué fustigó la riqueza amoral...? ¿Otro aviso? ¿Otra simulación más? ¿Realmente Felipe le está avisando a Vicente? ¿O habrá sido, digamos, más amplio el círculo de destinatarios...? ¿Hay márgenes para abrir, aún más, volátiles frentes...?

¡¿A diez meses en el poder?!

La reforma electoral ha soltado a los demonios de facto y la ley de medios reloaded se gesta ya entre agravios insalvables. Calderón le cobra la resentida factura a Televisa por haberlo maltratado en tiempos de precampaña. En tiempos donde el consorcio le fanfarroneaba una aplastante victoria de Santiago Creel. Hoy Calderón desafía al duopolio y éste toma nota en su libreto. El mismo, my friend, que será honrado al pie de la letra. Ojo por ojo (igual a dos ojos) mientras se cocina el timing para la venganza.

Mientras esto sucede las aguas se revuelven en la arena del combate contra la delincuencia organizada. La violencia está de regreso... en el reflector mediático.

El EPR planea su siguiente golpe y los barones de la droga se pavonean en público y hasta contraen matrimonio, mientras el sofisticado gabinete de seguridad emprende una oleada de golpes bajos entre sí.

En Los Pinos, un divertido grupito desarrolla la tenebra para tratar de borrar del mapa al procurador Eduardo Medina Mora quien, gracias a esto, recibió un tubazo presidencial. Genaro García Luna, protegido por el director del Gymboree, golpea a nuestras fuerzas armadas que están en un delicado epicentro de violaciones a los derechos humanos, Gobernación sencillamente no existe y el Cisen es un absoluto fracaso.

Y si le agrega la agenda legislativa con el pie en el acelerador y los intereses de cada partido político, quizá ante este delicado panorama el ajuste de cuentas Fox-Calderón parece pueril en las formas, aunque en el fondo está en juego todo. Y todo, my friend, es... todo.

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