El 18 de mayo Felipe Calderón asistió a la sesión de la Junta Directiva del ISSSTE y comprometió a sus integrantes a realizar diez acciones en los siguientes noventa días.
Diez acciones que tenían el propósito de convencer a los trabajadores afiliados al Instituto de Seguridad y Servicios Sociales del ISSSTE de las supuestas bondades de la nueva ley la cual, con excepción de los artículos correspondientes a las cuotas y aportaciones de trabajadores, entidades y dependencias, y del gobierno federal, entró en vigor el primero de abril pasado.
Diez acciones que se convirtieron en diez mentiras ante la demagogia de sus ofrecimientos y la total carencia de los recursos materiales y humanos necesarios para ponerlas en práctica, pero que, en cambio, se convirtieron en una propaganda intensa para tratar de detener la ola de inconformidades que la nueva ley desató entre los trabajadores al servicio del estado.
La primera de sus mentiras, “programar y efectuar las más de diez mil intervenciones quirúrgicas y estudios de gabinete que se han diferido en algunos casos por años”, quedó, según sus propias declaraciones en que “se efectuaron más de nueve mil trescientos intervenciones quirúrgicas de las diez mil que en algunos casos se habían diferido por años”. En aras de la transparencia y veracidad de dicha información, hay que solicitar al ISSSTE que certifique con pruebas, cual fue exactamente el número de intervenciones quirúrgicas que se practicaron en esos noventa días y el número de afiliación de cada derechohabiente intervenido, porque física y prácticamente, es imposible realizarlas en los por demás insuficientes quirófanos con que cuenta el ISSSTE y el restringido personal que tiene actualmente ese instituto.
En todo caso, si fuera físicamente posible hacerlas, la pregunta sería por que no se habían hecho antes de la reforma a la ley, y fincar responsabilidades a quienes no tuvieron la voluntad o la decisión de hacerlas.
La segunda de sus mentiras, “que se atienda a los mas de 18 mil derechohabientes que están en espera de una consulta con un especialista”, quedó, según sus propias declaraciones, en que se efectuaron trece mil ciento sesenta consultas, porque “no se localizó a los derechohabientes”. Igual solicitud debería hacerse sobre los datos precisos de quienes sí fueron atendidos por especialistas, por que tampoco es posible dar esas consultas con el mismo número de consultorios y el mismo número de médicos especialistas, ya que no sería creíble que antes no haya querido la dirección del ISSSTE que se dieran, y después de la reforma a la ley si hayan querido hacerlo.
Por lo que hace a la tercera mentira, que demuestra el afán de tratar de convencer con publicidad en los medios de las supuestas bondades de la reforma, declaró Calderón que “el abasto de medicamentos es de 97 por ciento” cuando que esta es la cifra que desde siempre han dado los funcionarios del ISSSTE con relación a la entrega de medicinas, es decir, en caso de ser cierta esa cifra, no hay ningún cambio entre antes y después de la reforma a la Ley.
No hay ninguna declaración de la cuarta de sus mentiras, relativa a “iniciar de inmediato un programa de profesionalización y ampliación del personal médico y paramédico”, a pesar de que este programa no tiene relación con la nueva ley y su cumplimiento; cuando se haga, no será sino el cumplimiento de disposiciones presupuestales que vienen desde el presupuesto de 2006, en donde se estableció una partida para incremento de personal médico y paramédico que no se ha ejercido.
El plan rector de la nueva ley para “racionalizar y orientar el desarrollo de la infraestructura y los servicios médicos del Instituto”, implica el establecimiento de un “Comité de Evaluación del Seguimiento de los Servicios de Salud”, del que no se tiene ninguna noticia, y no sólo es una más de las mentiras, la quinta, sino que además es una demostración de incumplimiento de disposiciones de una ley que tiene ya cuatro meses y medio de estar vigente.
De los ocho mil millones de pesos que deberán aportarse al ISSSTE, por única vez, en los siguientes treinta meses, no se tiene noticia alguna, y aunque no se puede asegurar que no se utilizarán, por que queda mucho tiempo para cumplir los treinta meses de plazo, lo cierto es que tampoco se sabe de donde habrán de salir, ya que el presupuesto de egresos del 2007 no tiene contemplada ninguna partida para ese propósito.
La séptima mentira de Calderón, “que para el próximo ciclo escolar se abran espacios en las estancias infantiles para todos los niños, hijos de madres trabajadoras que actualmente están en lista de espera”, Calderón aseguró que cerca de seis mil niños tienen asegurado un lugar en guarderías, pero estos son el total de los espacios disponibles desde antes de la aprobación de una nueva ley para el ISSSTE, no los que están en lista de espera, ya que la institución no cuenta con ninguna nueva estancia infantil, que haya sido construida o adaptada para ese propósito de otorgar lugar a los hijos de trabajadores afiliados al ISSSTE.
En relación a préstamos personales, la octava mentira ofreció “poner a disposición de los trabajadores y jubilados del Instituto a partir del mes de mayo 100 mil préstamos personales adicionales a los presupuestados para este año” con aportación del gobierno federal por un total de dos mil millones de pesos. Sigue siendo sospechoso por que, habiendo disponibilidad de recursos por parte del gobierno federal, es hasta la aprobación de la nueva ley cuando se les ofrecen a los afiliados al ISSSTE estos recursos, estando ciertos que es con el propósito de comprar la aceptación de los trabajadores con el señuelo de ofrecimientos que dudablemente se harán en esta ocasión.
En esta misma serie de mentiras de Calderón se inscribe la novena al afirmar “abramos por primera vez en la historia, un programa especial destinado a brindar créditos hipotecarios a los jubilados y pensionados”, olvidando, o desconociendo, que la antigua ley tenía contemplado el derecho de jubilados y pensionados a recibir prestamos hipotecarios, pero que, como muchas otras cosas, nunca se cumplió.
Pero la mejor prueba de la falsedad de estos ofrecimientos es que la dirección del ISSSTE publica un impreso dirigido a los “Pensiona2” en el que establece como requisito para que los jubilados y pensionados reciban este préstamo, que tengan una cuenta individual con saldo a su favor en la subcuenta de vivienda. Al jubilarse un trabajador afiliado al ISSSTE tiene el derecho a retirar, además de los fondos acumulados en el Sistema de Ahorro para el Retiro, los fondos acumulados en su subcuenta de FOVISSSTE, y ninguno de los jubilados y pensionados dejan esos recursos en su cuenta individual al pensionarse o jubilarse, con lo cual ninguno tendría derecho a recibir los prestamos que se ofrecen al no cumplir con el requisito exigido por el ISSSTE.
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