Ulises se Burla de los Oaxaqueños Por Enrique Cisneros
Cuando un pueblo es burlado, cuando les cierran los canales para que se le escuche, cuando un pueblo es saqueado y humillado, ese pueblo se rebela. Es más, la rebelión de un pueblo sojuzgado es un derecho nacional e internacional. En el caso de México está contemplado en el artículo 39 constitucional.
Cuando un pueblo se rebela los opresores lo acusan de violento, de romper “el estado de derecho”, ahora la moda es decirle terrorista. Eso sucedió, por ejemplo, cuando el pueblo mexicano se rebeló ante la dictadura de Porfirio Díaz, la cual igual que ahora era disfrazada como democracia, como una paz que fue conocida como la “paz de los sepulcros”
Esto viene al caso pues desde el día de ayer, los medios de comunicación masiva comerciales presentaron lo que sucedió el lunes 23 en Oaxaca, como una derrota del movimiento popular que no pudo impedir la realización de la Guelaguetza comercial: el fin de un episodio donde el (des)gobernador, Ulises Ruiz (URO), demostró que tiene todos los hilos del gobierno.
Nada más falso. Para poder realizar su Guelaguetza, la comercial, la turística, (donde no llegaron turistas porque en la semana previa cancelaron la mayoría de las reservaciones), el lunes anterior, el 16, Ulises Ruiz montó una provocación en la que nuevamente reprimió al pueblo, desapareció a varios ciudadanos, encarceló a decenas de manifestantes, y su policía estatal (junto con federales), hirieron a otros tantos.
Como esta primera represión ahuyentó a los turistas (sobre todo extranjeros), derrochó millones en hacerle propaganda a la actividad comercial del 23 y ay ese día, acarreó a miles de personas del interior de estado y de estados aledaños a quienes les pagó hasta 500 pesos por hacer bola. Desde días anteriores, en coordinación con la Secretaría de la Defensa Nacional y la de Gobernación , controló todos los accesos a la ciudad de Oaxaca violando la libertad de tránsito, impidiendo la llegada de contingentes y de personas que suponían apoyarían las protestas.
Para garantizar que la fuerza popular no se acercara al Cerro del Fortín, donde se realizó el teatrito de la Guelaguetza comercial, apostó francotiradores y desplegó a miles de policías a quienes les hizo propaganda para inhibir la protesta popular.
Bajo estas circunstancias Ulises Ruiz organizó su Guelaguetza, simulando que en Oaxaca no pasa nada. Este punto de vista lo reprodujeron los medios comerciales.
Sin embargo la realidad no es tan optimista para URO. Lo cierto fue que la demanda hotelera estuvo por lo suelos, incluyendo los demás servicios ¿Cómo va a convencer a esos aliados que todo estuvo a las mil maravillas si sus arcas no recaudaron lo que tenían planeado?
No se necesita ser muy sesudo para darse cuenta de que en Oaxaca crece el descontento popular y que no es cierto lo que el gobernador afirmaba hace unas semanas, de que los problemas estaban rebasados.
Con este accionar de Ulises Ruiz lo único que está promoviendo es que más sectores de la población (de Oaxaca y del país), busquen formas de hacerse escuchar, como lo acaba de hacer el Ejército Popular Revolucionario (EPR) poniendo bombas en ductos de PEMEX.
Con esto no estamos convocando al pueblo a la realización de equis o zeta acción, pero es el mismo pueblo el que al sentirse agraviado se desilusiona de las propuestas seudo democráticas.
Que no se quejen los opresores de lo que se está generando en el país. Ellos mismos saben que los pueblos reaccionan, por ello están militarizando hasta el último rincón de la patria, pensando que bastará la fuerza bruta para controlar al pueblo. Por ello Felipe Calderón inventó su guerra contra el narcotráfico (flagelo del cuál son parte), pues esto le dio el pretexto de sacar a los soldados a las calles para intentar controlar y masacrar al movimiento popular.
Pero no hay ejército que pueda controlar a un pueblo cuando ha llegado su tiempo y los tiempos del pueblo mexicano se van acercando…….. y represores como Ulises Ruiz están haciendo que esos tiempos se acorten, por más de que se muestre duro para tratar de convencer a sus amos, los dueños del dinero, de que él puede ser un buen perro guardián.
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