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24 agosto 2007

Si mi deportación sirve para que el pueblo se levante, valió la pena

Por: Leticia Puente Beresford (CIMAC)

Ante la deportación de la mexicana Elvira Arellano, las reacciones de la clase política estadounidense no se hicieron esperar, como tampoco las protestas de las y los inmigrantes, muchos de los cuales tienen hijas o hijos de ciudadanía estadounidense.

La senadora demócrata Hillary R. Clinton (NY), candidata presidencial, dijo a través de una portavoz: 'Nuestras leyes y políticas actuales están separando familias, como lo demuestra este caso. Para atender este problema necesitamos un camino mediante el cual aquellos que están aquí trabajando duro, pagando impuestos, obedeciendo la ley y demostrando un compromiso con este país, puedan ganarse un camino a la legalización', reporta en su edición de hoy el periódico hispano neoyorkino La Prensa.

Paralelamente, inmigrantes con orden de deportación, como el chino Joe Chen y el haitiano Jean Montrevil, asistieron ayer a una conferencia de prensa en apoyo a Arellano, sin temor a ser perseguidos por las autoridades migratorias.

Montrevil lo hizo acompañado de sus tres hijos, quienes, como el hijo de Arellano, Saúl, son ciudadanos estadounidenses.

'No van a conseguir que paren nuestra lucha por la reforma migratoria integral, sino que han doblado nuestras fuerzas', dijo la reverenda Donna Schaper de Judson Memorial Church de Nueva York, iglesia que participa en el Nuevo Movimiento Santuario.

La frontera separa ahora a Arellano de su lucha por la reforma migratoria, tras su deportación a México, pero su hijo Saúl, de 8 años, será su embajador.

'Los planes continúan. Saulito estará en Boston, Nueva York, Filadelfia entrevistándose con autoridades locales antes de llegar el 12 de septiembre a Washington. La huelga general para la reforma continúa', dijo Alejandro Molina, de la Red Boricua Nacional Pro Derechos Humanos, con sede en Chicago, uno de los organizadores de la gira nacional.

Por su parte, el asambleísta estatal José Rivera, presidente del Partido Demócrata en El Bronx, quien prepara una agenda de entrevistas con políticos para Saúl, aseguró que la deportación 'es un abuso y una arrogancia de poder de una administración estúpida que ha tratado peor a Elvira y a su hijo, que es estadounidense, que a los propios narcotraficantes. Hugo Chávez tiene razón: Bush es el diablo', afirmó categórico.

Javier Valdes, director de proyectos especiales de New York Immigration Coalition, dijo que la deportación de Arellano 'es parte de la propaganda del gobierno para demostrar a la ultraderecha que están haciendo algo contra la inmigración indocumentada, pero los inmigrantes vamos a seguir peleando con Elvira Arellano'.

Punto de vista 'correcto'

En tanto en Los Angeles, Jim Hayes, director del servicio de Inmigración y Aduanas, pidió que se visualice el caso desde el 'punto de vista correcto'.

Destacó que el uso de una identificación falsa, como en el caso de Arellano, hallada culpable de emplear la clave de Seguridad Social de otra persona, puede ser una amenaza a la seguridad nacional.

'No creemos que sea una mártir', dijo Hayes. 'Era una delincuente prófuga que estaba violando la ley'.

Sin embargo resaltó que Arellano podría tratar de volver a los Estados Unidos, al hacer una petición al Secretario de Justicia o al Director del Departamento de Seguridad Interna.

La noticia de la deportación de Arellano está siendo manejada en toda la Unión Americana. El New York Times lo reporta en su edición de hoy y la televisora pública PBS hizo lo propio en su edición noticiosa de ayer por la noche.

'Todos y todas somos Elvira', se escucha por doquier. Ella en México continuará con su lucha y su hijo al otro lado de la frontera.

Elvira dijo ayer en Tijuana: 'Si mi deportación sirvió para que el pueblo se levantara y los líderes comunitarios y religiosos se unieran para seguir luchando por una legalización, para mí entonces valió la pena'.

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