02 de Septiembre de 2007
ÍNDICE POLÍTICO
FRANCISCO RODRÍGUEZ
ESCRIBO MUCHAS HORAS antes de que el ocupante de Los Pinos, señor Felipe Calderón, pronuncie este domingo un mensaje a la Nación con motivo de su Primer Informe de ¿Gobierno?
Como no tengo bola de cristal ni infiltrado a ningún personaje en Los Pinos que off the record me adelante lo que sería una primicia, desconozco qué cifras va a "inflar", cuantos auto-elogios pronunciará, ni qué número de ocasiones será interrumpido por aplausos y/o silbatinas.
Peor aún, a esta hora no se si anoche pudo entrar a San Lázaro o, si acaso lo dejaron pasar, en qué oficina entregó el documento o hasta si pudo o no hacerlo en el salón de las plenarias.
Lo que sí se, desde ahora, es lo que bien podrá decir en su Segundo Informe, si es que el status quo no varía de aquí a un año.
Podrá decir algo que le aplaudiremos todos de pie.
Y entre porras y silbidos de júbilo, no nos cansaremos de celebrarle.
El texto, además, podría ser muy pero muy breve.
Y si es bueno y breve, doblemente bueno, ¿verdad?
Una sugerencia, a continuación, para que el equipo de estrategas de Los Pinos no le busque mucho y, desde ya, se vaya de vacaciones todo un año, Que simplemente copien lo que a continuación les redacto, lo manden a imprimir y lo repartan la mañana del lunes 1 de septiembre del 2008:
"Honorable Congreso de la Unión:
"Ante la irremediable situación económica que cada día empobrece todavía más a las mexicanas y a los mexicanos… frente a esta situación de inseguridad que a diario enfrentan las familias, cada vez más menguadas y divididas en dos territorios… he decidido girar instrucciones a todos mis colaboradores, secretarios de Despacho, directores de paraestatales y descentralizadas, para que tramiten a todas y a todos las mexicanas y los mexicanos sus respectivas visas de internación al siempre amigable vecino país del norte, Estados Unidos de América".
Breve. Conciso. Exacto en el diagnóstico. Pero, sobre todo, eficaz en la solución.
Dígame usted si no aplaudiría a rabiar, mientras empaca, a un mandatario así. ¡Bravo!, gritaría yo por mi parte. Claro que sí.
Y mire usted, hoy le comparto este ejercicio de imaginación, basándome en la publicitada visita que la valiente señora Elvira Arellano, recién expulsada de EU, hizo al señor Calderón en Los Pinos.
¿Qué le ofreció su anfitrión? ¿Un empleo bien remunerado en México? ¿Educación de excelencia para que trajera a nuestro país a su hijo del que fue separada por "La Migra"? ¿Seguridad? ¿Buenos servicios médicos?
No. Nada de eso le ofreció Calderón.
Políticamente explotable, la señora Arellano sólo obtuvo la promesa de que le ayudaría a obtener una visa para que pueda ingresar al territorio vecino a reencontrarse con su hijo. Y a tener allá un buen empleo. Bien remunerado. Con servicios médicos de calidad. Y, claro, seguridad.
¿Por qué nada más una visa para ella?
¿Por qué no nos consigue la visa Calderón a todos nosotros?
Y si eso hace. Y si de eso nos informa el año próximo, ¡palabra!, yo le aplaudo.
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