· Se destacó en el Foro Aborto y derechos de las mujeres: a un año de la despenalización en el DF, convocado por el Programa Universitario de Estudios de Género de la UNAM
· La directora del PUEG, Marisa Belausteguigoitia Rius, consideró que prohibir que las mujeres tomen decisiones sobre su cuerpo “se acerca a la esclavitud”
· Decidir sobre la maternidad es un derecho central para la vida democrática del Estado laico, afirmó la integrante de ese Programa, Lucía Melgar Palacios
En el mundo se registran cada año alrededor de 46 millones de abortos, de los que 16 millones se realizan fuera de los sistemas legales y cuatro millones de ellos en América Latina y el Caribe, se destacó en el Foro Aborto y derechos de las mujeres: a un año de la despenalización en el Distrito Federal, convocado por el Programa Universitario de Estudios de Género (PUEG) de la UNAM.
A 12 meses de que se aprobara en la capital del país la legislación de gestación que permite la interrupción del embarazo en las primeras 12 semanas, la directora del PUEG, Marisa Belausteguigoitia Rius, consideró que prohibir que las mujeres tomen decisiones sobre su cuerpo “se acerca a la esclavitud”.
La legislación debe ser un instrumento de protección y no de castigo, para transitar hacia una democracia de actos y no de consignas, refirió.
Por su parte, la coordinadora de Investigación y Proyectos Académicos del PUEG, Lucía Melgar Palacios, indicó que luego de despenalizar el aborto en el DF, hasta abril pasado se habían atendido seis mil intervenciones, la gran mayoría sin complicaciones.
En la Torre II de Humanidades, la también moderadora del encuentro advirtió que decidir sobre la maternidad es un derecho central para la vida democrática del Estado laico. “El sentido de justicia social de esta ley es innegable, los abortos clandestinos afectan la salud y la vida de las mujeres sin recursos”, dijo.
En su oportunidad, la investigadora de El Colegio de México, Susana Lerner Sigal, presentó el trabajo Las consecuencias de la legislación restrictiva sobre el aborto: argumentos y evidencias en la literatura latinoamericana, en donde detalló que el riesgo de muerte asociado a un legrado inseguro es 20 veces mayor en países en desarrollo; donde está penalizado, hasta 50 veces más alto que el registrado en naciones industrializadas.
Con base en datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), informó que se estima que a principios de siglo la práctica del aborto ascendió a 46 millones, 27 millones dentro de marcos legales. Precisó que de la cifra global, cerca de cuatro millones corresponden a AL y el Caribe; en regiones sudamericanas con tasas de una interrupción por cada tres nacidos vivos.
En naciones con legislaciones severamente restrictivas como Chile y Perú, las cifras de legrado llegan a ser superiores a 50 por cada mil mujeres, lo que explica los elevados niveles de morbilidad y mortalidad.
Aproximadamente, aseveró, cinco de cada diez mujeres que residen en zonas paupérrimas de Latinoamérica han interrumpido su gestación por entornos sociales y normativos adversos o como una práctica anticonceptiva vulnerable.
A su vez, el especialista en Filosofía del Derecho por el Instituto Tecnológico Autónomo de México, Rodolfo Vázquez, dejó en claro que “no es posible comenzar a debatir, deliberar o dialogar sobre temas controvertidos en el campo de la bioética, si no se aceptan en la ley los valores de cientificidad, laicidad y pluralismo democrático”.
Se puede justificar la despenalización del aborto en las primeras 12 semanas, consideró, dado que no existe conflicto entre los derechos de la mujer y los del feto, porque estos últimos no son titulares de garantías fundamentales.
Luego de exponer que, de acuerdo con diversos especialistas en la materia, el embrión no es un individuo biológico ni mucho menos una persona, porque carece de vida independiente fuera del útero, se manifestó porque el Estado utilice todos los recursos a su alcance para salvaguardar las garantías de las mujeres.
· La directora del PUEG, Marisa Belausteguigoitia Rius, consideró que prohibir que las mujeres tomen decisiones sobre su cuerpo “se acerca a la esclavitud”
· Decidir sobre la maternidad es un derecho central para la vida democrática del Estado laico, afirmó la integrante de ese Programa, Lucía Melgar Palacios
En el mundo se registran cada año alrededor de 46 millones de abortos, de los que 16 millones se realizan fuera de los sistemas legales y cuatro millones de ellos en América Latina y el Caribe, se destacó en el Foro Aborto y derechos de las mujeres: a un año de la despenalización en el Distrito Federal, convocado por el Programa Universitario de Estudios de Género (PUEG) de la UNAM.
A 12 meses de que se aprobara en la capital del país la legislación de gestación que permite la interrupción del embarazo en las primeras 12 semanas, la directora del PUEG, Marisa Belausteguigoitia Rius, consideró que prohibir que las mujeres tomen decisiones sobre su cuerpo “se acerca a la esclavitud”.
La legislación debe ser un instrumento de protección y no de castigo, para transitar hacia una democracia de actos y no de consignas, refirió.
Por su parte, la coordinadora de Investigación y Proyectos Académicos del PUEG, Lucía Melgar Palacios, indicó que luego de despenalizar el aborto en el DF, hasta abril pasado se habían atendido seis mil intervenciones, la gran mayoría sin complicaciones.
En la Torre II de Humanidades, la también moderadora del encuentro advirtió que decidir sobre la maternidad es un derecho central para la vida democrática del Estado laico. “El sentido de justicia social de esta ley es innegable, los abortos clandestinos afectan la salud y la vida de las mujeres sin recursos”, dijo.
En su oportunidad, la investigadora de El Colegio de México, Susana Lerner Sigal, presentó el trabajo Las consecuencias de la legislación restrictiva sobre el aborto: argumentos y evidencias en la literatura latinoamericana, en donde detalló que el riesgo de muerte asociado a un legrado inseguro es 20 veces mayor en países en desarrollo; donde está penalizado, hasta 50 veces más alto que el registrado en naciones industrializadas.
Con base en datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), informó que se estima que a principios de siglo la práctica del aborto ascendió a 46 millones, 27 millones dentro de marcos legales. Precisó que de la cifra global, cerca de cuatro millones corresponden a AL y el Caribe; en regiones sudamericanas con tasas de una interrupción por cada tres nacidos vivos.
En naciones con legislaciones severamente restrictivas como Chile y Perú, las cifras de legrado llegan a ser superiores a 50 por cada mil mujeres, lo que explica los elevados niveles de morbilidad y mortalidad.
Aproximadamente, aseveró, cinco de cada diez mujeres que residen en zonas paupérrimas de Latinoamérica han interrumpido su gestación por entornos sociales y normativos adversos o como una práctica anticonceptiva vulnerable.
A su vez, el especialista en Filosofía del Derecho por el Instituto Tecnológico Autónomo de México, Rodolfo Vázquez, dejó en claro que “no es posible comenzar a debatir, deliberar o dialogar sobre temas controvertidos en el campo de la bioética, si no se aceptan en la ley los valores de cientificidad, laicidad y pluralismo democrático”.
Se puede justificar la despenalización del aborto en las primeras 12 semanas, consideró, dado que no existe conflicto entre los derechos de la mujer y los del feto, porque estos últimos no son titulares de garantías fundamentales.
Luego de exponer que, de acuerdo con diversos especialistas en la materia, el embrión no es un individuo biológico ni mucho menos una persona, porque carece de vida independiente fuera del útero, se manifestó porque el Estado utilice todos los recursos a su alcance para salvaguardar las garantías de las mujeres.
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