1. “Los chuchos”, al parecer cercanos al presidente ilegítimo Calderón, se deslindaron totalmente de cualquier relación con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y de cualquier acusación que tuviera que ver con la estudiante Lucía Morett. Adueñados ya los chuchos del PRD, se han deslindado de las asesorías de Gustavo Iruegas (canciller del gobierno legítimo de López Obrador) a Lucía Morett y de la agrupación de taxistas Los Panteras, presuntamente vinculados a las FARC. Así se deslindaron de los jóvenes que fueron a reclamar en la catedral, de las personas que les gritaron a los chuchos frente a la Torre de PEMEX y por la Toma de las tribunas por el FAP en las cámaras para evitar el albazo privatizador del petróleo. Con esas actitudes, acompañadas de sus permanentes declaraciones en el sentido de que ellos sólo están por “la plena legalidad y las elecciones”, se han deslindado de manera total de la izquierda y del mismo lopezobradorismo.
2. Los chuchos (que suelen autocalificarse de izquierda) en vez de explicar que el surgimiento de las FARC puede entenderse a partir de las condiciones de miseria de los colombianos y la cerrazón de los diferentes gobierno autócratas de ese país; en lugar de defender las gestiones que realiza o las orientaciones que da el gobierno de López Obrador por medio del canciller Iruegas para evitar la represión contra Lucía Morett y en vez de decir que los taxistas del grupo Los Panteras son ciudadanos mexicanos que luchan por la justicia en México y que el gobierno de ilegítimo de Calderón en vez de hacerse cómplice de Álvaro Uribe, debe declararse contra todo tipo de maniobras, los miembros de los chuchos se deslindan, condenan, incluso, como en otras ocasiones piden castigo a los protagonistas. Carajo, si esa es izquierda, entonces los del PAN son blanquísimas palomas. ¿O es que siempre esa posición hay que esperar de cualquier izquierda que llega al poder?
3. Por esa incapacidad y oportunismo de quienes se autodenominan de izquierda, los medios de (des)información fácilmente han lanzado acusaciones y calumnias haciendo retroceder a los luchadores sociales. ¿Por qué negar las simpatías con Hugo Chávez, con Fidel Castro, con la FARC venezolanas, con las luchas de los palestinos o de los oaxaqueños, si el gobierno yanqui apoya con armas y ejército a los gobiernos fascistas de Israel, Colombia e interviene de manera abierta para desprestigiar y derrocar a los gobiernos que considera “sus enemigos”? ¿Cómo puede avanzar el pensamiento de los mexicanos ante las calumnias de las burguesías, del imperio, de los medios de información, si la izquierda no defiende y propaga sus concepciones de izquierda y/o socialistas? Quizá no habría que personalizar, pero por lo menos hay que demostrar la superioridad del pensamiento de izquierda en cuando a la igualdad social, la justicia, la democracia y la libertad.
4. Pareciera que la salida del conflicto interno que vive el PRD sólo podrá solucionarse dejándole el partido a los chuchos o corriéndolos de él para que formen otro muy acorde a sus intereses y respaldados por su estrategia para llegar al poder. Sin embargo López Obrador, en su lucha por el poder gubernamental, busca sumar en lugar de confrontar; así logró la formación del FAP con otros partidos, ha resistido las críticas de Cárdenas y sus seguidores, así como las impugnaciones del EZLN y las de los sectores de izquierda más radicalizados. AMLO parece tener muy claro el problema del poder, por eso está dispuesto a transigir con todos los sectores dispuesto a unir sus fuerzas para los próximos procesos electorales. Por eso mismo hará todo lo posible para impedir que el PRD se divida. Quizá esté dispuesto, incluso, a que los chuchos asuman de manera transitoria la dirección del PRD mientras se celebra un nuevo congreso. Pero por eso mismo los chuchos se aprovechan de la coyuntura.
5. Podría pensarse en que la “vieja izquierda, dispuesta a entregar su tiempo, sus energías, su vida en defensa de los intereses de los trabajadores”, no existirá más; sus viejos protagonistas viven sus últimos decenios. Hoy habría que hablar de la izquierda moderna que viene de las universidades, de la burguesía media y media alta que escoge la posición de izquierda no para favorecer a los trabajadores sino porque es un pensamiento más avanzado, más científico y más cercano a los grandes cambios sociales que tanto se necesitan en el mundo moderno. No podría creerse que un izquierdista moderno siga pensando en cómo remediar la miseria de los indígenas, campesinos, obreros que sólo conocen en estadísticas, en discursos y en la computadora. La izquierda hoy arregla los asuntos en restaurantes, en bares, en parlamentos, en viajes de descanso, en secretarías de Estado. Cuando alguien quiere arreglar las cosas mediante presiones radicales en las calles se le califica de violento.
6. ¿Quién domesticó a la izquierda si la situación de desigualdad extrema, de explotación y de injusticia de la mayoría de la población (problemas contra los que siempre luchó) no han dejado de existir? ¿Por qué la izquierda abandonó la lucha social o las barricadas para cambiarlas por los elegantes salones de negociación? Parece que el capitalismo, al alcanzar cierto grado de crecimiento y “progreso” a finales del siglo XIX, pudo absorber (poco a poco y a través de las décadas) a los sectores de diferentes corrientes que fueron conformando la clase política. Quienes mejor se acomodaron a las nuevas circunstancias, como explicaría Darwin, sobrevivieron y triunfaron y los que siguieron remando contra la corriente (como si estuvieran locos) sucumbieron o quedaron anclados. Esa realidad, transportada a la actualidad, puede dar una idea de lo que ha sucedido: el triunfo de los más fuertes o hábiles.
7. Los chuchos son los dirigentes de la corriente socialdemócrata, autocalificada Nueva Izquierda, que domina en el interior del PRD desde hace algunos años. Aunque la mayoría de sus seguidores vienen del PRI, los dirigentes tienen su origen también de partidos socialdemócratas como el PPS de Lombardo Toledano (fundado en 1948) y el PST de Aguilar Talamantes (en 1973) Mantuvieron siempre en alto las banderas del antiimperialismo yanqui pero siempre apoyaron a los gobiernos priístas con el argumento de ser una “burguesía nacionalista y patriota”. Con ese criterio el PPS se opuso y condenó al movimiento obrero ferrocarrilero de 1958/59 y al movimiento estudiantil del 68 porque “eran instrumento del imperialismo”. Los escasos años de vida del PST (que se separó del PMT de Heberto Castillo) se lo pasaron negociando con los presidentes Echeverría Álvarez y López Portillo. Fueron partidos que vivieron de lo poco que les daban por los gobiernos del PRI.
8. Quizá sea necesario debatir más nuestros puntos de vista respetando las diferentes posiciones. No se trata de derrotar o ridiculizar a alguien, sino de difundir nuestros puntos de vista a fin de ayudar a la mejor comprensión de nuestra realidad política. Podría pensarse en que el PRD no debe escindirse y, por el contrario debería conservar su unidad. Lo que sucede es que esto no se puede arreglar obedeciendo a nuestros deseos. Las diferencias son muy claras y cada corriente está convencida plenamente en mantenerse en su posición. Habría que analizar si pueden mantener en el mismo partido manteniendo posiciones de unidad y lucha, como al parecer quiere AMLO, o de plano formalizar la división. Da la impresión que los chuchos ya no pueden mantenerse más en la izquierda y quieren formalizar una serie de compromisos que “les permitirá avanzar más”. Esperamos que los movimientos de masas crezcan y no caigan por presiones socialdemócratas.
2. Los chuchos (que suelen autocalificarse de izquierda) en vez de explicar que el surgimiento de las FARC puede entenderse a partir de las condiciones de miseria de los colombianos y la cerrazón de los diferentes gobierno autócratas de ese país; en lugar de defender las gestiones que realiza o las orientaciones que da el gobierno de López Obrador por medio del canciller Iruegas para evitar la represión contra Lucía Morett y en vez de decir que los taxistas del grupo Los Panteras son ciudadanos mexicanos que luchan por la justicia en México y que el gobierno de ilegítimo de Calderón en vez de hacerse cómplice de Álvaro Uribe, debe declararse contra todo tipo de maniobras, los miembros de los chuchos se deslindan, condenan, incluso, como en otras ocasiones piden castigo a los protagonistas. Carajo, si esa es izquierda, entonces los del PAN son blanquísimas palomas. ¿O es que siempre esa posición hay que esperar de cualquier izquierda que llega al poder?
3. Por esa incapacidad y oportunismo de quienes se autodenominan de izquierda, los medios de (des)información fácilmente han lanzado acusaciones y calumnias haciendo retroceder a los luchadores sociales. ¿Por qué negar las simpatías con Hugo Chávez, con Fidel Castro, con la FARC venezolanas, con las luchas de los palestinos o de los oaxaqueños, si el gobierno yanqui apoya con armas y ejército a los gobiernos fascistas de Israel, Colombia e interviene de manera abierta para desprestigiar y derrocar a los gobiernos que considera “sus enemigos”? ¿Cómo puede avanzar el pensamiento de los mexicanos ante las calumnias de las burguesías, del imperio, de los medios de información, si la izquierda no defiende y propaga sus concepciones de izquierda y/o socialistas? Quizá no habría que personalizar, pero por lo menos hay que demostrar la superioridad del pensamiento de izquierda en cuando a la igualdad social, la justicia, la democracia y la libertad.
4. Pareciera que la salida del conflicto interno que vive el PRD sólo podrá solucionarse dejándole el partido a los chuchos o corriéndolos de él para que formen otro muy acorde a sus intereses y respaldados por su estrategia para llegar al poder. Sin embargo López Obrador, en su lucha por el poder gubernamental, busca sumar en lugar de confrontar; así logró la formación del FAP con otros partidos, ha resistido las críticas de Cárdenas y sus seguidores, así como las impugnaciones del EZLN y las de los sectores de izquierda más radicalizados. AMLO parece tener muy claro el problema del poder, por eso está dispuesto a transigir con todos los sectores dispuesto a unir sus fuerzas para los próximos procesos electorales. Por eso mismo hará todo lo posible para impedir que el PRD se divida. Quizá esté dispuesto, incluso, a que los chuchos asuman de manera transitoria la dirección del PRD mientras se celebra un nuevo congreso. Pero por eso mismo los chuchos se aprovechan de la coyuntura.
5. Podría pensarse en que la “vieja izquierda, dispuesta a entregar su tiempo, sus energías, su vida en defensa de los intereses de los trabajadores”, no existirá más; sus viejos protagonistas viven sus últimos decenios. Hoy habría que hablar de la izquierda moderna que viene de las universidades, de la burguesía media y media alta que escoge la posición de izquierda no para favorecer a los trabajadores sino porque es un pensamiento más avanzado, más científico y más cercano a los grandes cambios sociales que tanto se necesitan en el mundo moderno. No podría creerse que un izquierdista moderno siga pensando en cómo remediar la miseria de los indígenas, campesinos, obreros que sólo conocen en estadísticas, en discursos y en la computadora. La izquierda hoy arregla los asuntos en restaurantes, en bares, en parlamentos, en viajes de descanso, en secretarías de Estado. Cuando alguien quiere arreglar las cosas mediante presiones radicales en las calles se le califica de violento.
6. ¿Quién domesticó a la izquierda si la situación de desigualdad extrema, de explotación y de injusticia de la mayoría de la población (problemas contra los que siempre luchó) no han dejado de existir? ¿Por qué la izquierda abandonó la lucha social o las barricadas para cambiarlas por los elegantes salones de negociación? Parece que el capitalismo, al alcanzar cierto grado de crecimiento y “progreso” a finales del siglo XIX, pudo absorber (poco a poco y a través de las décadas) a los sectores de diferentes corrientes que fueron conformando la clase política. Quienes mejor se acomodaron a las nuevas circunstancias, como explicaría Darwin, sobrevivieron y triunfaron y los que siguieron remando contra la corriente (como si estuvieran locos) sucumbieron o quedaron anclados. Esa realidad, transportada a la actualidad, puede dar una idea de lo que ha sucedido: el triunfo de los más fuertes o hábiles.
7. Los chuchos son los dirigentes de la corriente socialdemócrata, autocalificada Nueva Izquierda, que domina en el interior del PRD desde hace algunos años. Aunque la mayoría de sus seguidores vienen del PRI, los dirigentes tienen su origen también de partidos socialdemócratas como el PPS de Lombardo Toledano (fundado en 1948) y el PST de Aguilar Talamantes (en 1973) Mantuvieron siempre en alto las banderas del antiimperialismo yanqui pero siempre apoyaron a los gobiernos priístas con el argumento de ser una “burguesía nacionalista y patriota”. Con ese criterio el PPS se opuso y condenó al movimiento obrero ferrocarrilero de 1958/59 y al movimiento estudiantil del 68 porque “eran instrumento del imperialismo”. Los escasos años de vida del PST (que se separó del PMT de Heberto Castillo) se lo pasaron negociando con los presidentes Echeverría Álvarez y López Portillo. Fueron partidos que vivieron de lo poco que les daban por los gobiernos del PRI.
8. Quizá sea necesario debatir más nuestros puntos de vista respetando las diferentes posiciones. No se trata de derrotar o ridiculizar a alguien, sino de difundir nuestros puntos de vista a fin de ayudar a la mejor comprensión de nuestra realidad política. Podría pensarse en que el PRD no debe escindirse y, por el contrario debería conservar su unidad. Lo que sucede es que esto no se puede arreglar obedeciendo a nuestros deseos. Las diferencias son muy claras y cada corriente está convencida plenamente en mantenerse en su posición. Habría que analizar si pueden mantener en el mismo partido manteniendo posiciones de unidad y lucha, como al parecer quiere AMLO, o de plano formalizar la división. Da la impresión que los chuchos ya no pueden mantenerse más en la izquierda y quieren formalizar una serie de compromisos que “les permitirá avanzar más”. Esperamos que los movimientos de masas crezcan y no caigan por presiones socialdemócratas.
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