Recibe 45% de la deuda heredada al Fobaproa
Paga el fondo festín de millonarios
CUANDO EN ESTE país se administraba la abundancia, un orondo Eugenio Garza Lagüera, hijo predilecto del Grupo Monterrey, presumía que su banco -Serfin, en ese entonces- estaba destinado a ocupar la primerísima posición en la estructura financiera nacional, por una razón que no admitía reclamo: él mismo lo presidía, de tal suerte que el futuro estaba garantizado.
EL PORVENIR DE Garza Lagüera de siempre estuvo asegurado, no así el de Serfin: la abundancia se acabó y la banca se expropió. Con el tiempo y el apoyo privatizador de sus amigos, el retoño de Eugenio Garza Sada intentó, sin lograrlo, recuperar la institución financiera que José López Portillo, dice, le arrebató, pero en el juego de la perinola -en el que es un probado experto y acostumbra obtener la cara "toma todo"- se convirtió en la cabeza del banco número uno de México: Bancomer.
GARZA LAGÜERA, JUNTO con las otras dos cabezas visibles de la operación (Ricardo Guajardo Touché y Mario Laborín -hoy director de Nacional Financiera-) pagó 7 billones 799 mil 552 millones de viejos pesos por dicha compra (equivalentes a 2 mil 791.28 millones de dólares, al tipo de cambio de la época), aunque posteriormente el gobierno federal le regresó 160 mil millones "por correcciones de los resultados de la calificación de la cartera de crédito y los consecuentes ajustes a los estados financieros".
EN LA EUFORIA, tal como sucedió en los tiempos de Serfin, Garza Lagüera y socios hicieron de Bancomer un gran negocio personal (autopréstamos, créditos a tasa cero, etcétera, etcétera), hasta que la factura del festín -como en los dorados años del Ficorca- fue cubierta por el erario nacional, vía Fobaproa, para después vender el control de la institución al Banco Bilbao Vizcaya.
RAPIDO RECUENTO EL anterior de un Eugenio Garza Lagüera que alcanzó a cumplir, parcial y fugazmente, su vaticinio financiero lanzado a principios de los 80: presidir al banco número uno. Sin embargo, en la rebatiña por la cobija protectora del erario nacional, el regiomontano no quedó desamparado y todavía llegó a un acuerdo para que los españoles se quedaran con la rebanada gruesa del pastel.
SE CONVIRTIO ASI en uno de los socios minoritarios de la institución, conservando, junto con sus asociados, 11 por ciento, aproximadamente, de las acciones, paquete que ayer se vio reducido en casi cuatro puntos porcentuales, toda vez que el regiomontano vendió dicha proporción a los españoles mayoritarios del Bilbao Vizcaya, mismos que en julio de 2000 asumieron el control de Bancomer mediante "una contribución de capital de mil 400 millones de dólares en efectivo", de acuerdo con su propia versión.
QUIEN SUPONGA QUE ser socio minoritario es un pésimo negocio, tal vez tenga razón, pero no en el caso de Garza Lagüera: por dicha venta (3.75 por ciento de las acciones) se echó al bolsillo, junto al de sus socios, 289 millones de dólares, sin que a la fecha nadie ose reclamarle por los platos rotos durante el tiempo en el que ocupó la presidencia de Bancomer.
DE HECHO, EL monto obtenido por el nuevo negocio -esos 289 millones de dólares- resulta casi 45 por ciento superior a los aproximadamente 200 millones de dólares (al tipo de cambio actual) que en créditos reportables heredó el Bancomer de Garza Lagüera al Fobaproa, de acuerdo con el informe del auditor Michael Mackey.
SIN EMBARGO, EL nuevo business sí implica una cantidad menor, si se le compara con los casi 12 mil millones de pesos, a valor nominal no actualizado, que Bancomer traspasó de manera irregular al Fobaproa, de acuerdo con la Auditoría Superior de la Federación, mismos que el gobierno federal se niega a descontar.
CON LA MENCIONADA venta, 3.75 por ciento de las acciones, los inversionistas españoles aumentan a 58.45 por ciento su participación en el ahora llamado Grupo Financiero BBVA Bancomer, corporativo que engulló, además de la institución que llegó a presidir Garza Lagüera, a los bancos -también reprivatizados- Mercantil Probursa, Cremi, Oriente, Promex y Unión, todos con desfalcos, fraudes, créditos relacionados y demás bellezas de la "moderna banca mexicana" que auguraba Salinas de Gortari al justificar su privatización.
DESDE SU CREACION, en 2000, el Grupo Financiero BBVA Bancomer ha reportado utilidades por aproximadamente 2 mil 500 millones de dólares, generosa cantidad real que contrasta con otros balances contables que para algunos sólo forman parte de un precioso maquillaje asociado a la carísima "estética Fobaproa" y a los famosos pagarés, que sólo representan 215 mil millones de pesos para el erario nacional.
En este sentido, un análisis de Scotia Inverlat advierte que "es importante que el banco (BBVA Bancomer) incremente su capacidad de generación de ingresos, ya que es necesario que amortice más aceleradamente el alto monto de impuestos diferidos que aún mantiene", es decir, impuestos causados pero no enterados al fisco nacional, otro de los delicados privilegios con los que el gobierno federal apoya a la banca, en detrimento de las finanzas nacionales, especialmente ahora que por todas partes se advierte -comenzando por el inquilino de Los Pinos- que el ingreso tributario a todas luces es insuficiente.
AL CIERRE DE marzo de 2003, los impuestos diferidos de GFBB representaron 40 por ciento del capital contable del grupo. Debido a los fondos que el Fobaproa (ahora IPAB) inyectó a gran número de bancos en México, éstos cuentan con un elevado porcentaje de participación del pagaré IPAB en su cartera de crédito vigente. GFBB no es la excepción, siendo el pagaré del IPAB 33.9 por ciento del total de dicha cartera al primer trimestre de 2003.
AL FINAL DE cuentas, Eugenio Garza Lagüera no se acongoja, porque si bien se ve obligado a realizar "negocios menores" con sus acciones bancarias, en su chequera mantiene los suficiente para irla llevando sin muchas penurias.
Carlos Fernandez-Vega - MEXICO SA – La Jornada / 2 de octubre de 2003
Hasta su deceso fungió como presidente vitalicio del consejo de FEMSA
Don Eugenio Garza Lagüera, uno de los pilares de la industria regiomontana y del país, falleció anoche (24 mayo 2008) a la edad de 84 años. Era presidente honorario vitalicio de FEMSA (Coca-Cola / Carta Blanca) y del Consejo del TEC-Monterrey.
Destaca Felipe Calderon labor de "don Eugenio"
Afirma Mandatario que el empresario fue un hombre que amó el trabajo
Por Claudia García y José Manuel Lopez / El Norte - REFORMA
Monterrey, México (25/5/2008).- El Presidente Felipe Calderón dio sus condolencias a la familia de don Eugenio Garza Lagüera durante la misa que se celebró esta tarde en la Iglesia de Fátima, en el Municipio de San Pedro.
Calderón, en compañía de su esposa, Margarita Zavala, acudió a la misa de cuerpo presente y al término de la ceremonia hizo un breve comentario sobre la trayectoria de Garza Lagüera.
"(Fue) un hombre que amó al trabajo y fue muy responsable con el país. La verdad es que él y su generación hicieron posible una buena parte de la modernización económica de México", dijo Calderón.
"Su pérdida es muy lamentable. Descanse en paz y mis condolencias para sus familiares".
Los restos mortales del empresario arribaron a las 16:00 horas a la Iglesia de Fátima.
A la misa también acudieron el Secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, y el de Economía, Ernesto Sojo, además del Gobernador del Estado, Natividad González Parás y Fernando Margain, Alcalde de San Pedro.
Entrevistado previo a la ceremonia, José Antonio Fernández, yerno de don Eugenio Garza Lagüera, destacó la entereza, firmeza de convicciones que siempre tuvo el empresario durante su vida.
"Era tanta su preocupación por los demás que incluso nos preparó para este momento", señaló Fernández.
La ceremonia continuará de manera privada en el mausoleo familiar.
Paga el fondo festín de millonarios
CUANDO EN ESTE país se administraba la abundancia, un orondo Eugenio Garza Lagüera, hijo predilecto del Grupo Monterrey, presumía que su banco -Serfin, en ese entonces- estaba destinado a ocupar la primerísima posición en la estructura financiera nacional, por una razón que no admitía reclamo: él mismo lo presidía, de tal suerte que el futuro estaba garantizado.
EL PORVENIR DE Garza Lagüera de siempre estuvo asegurado, no así el de Serfin: la abundancia se acabó y la banca se expropió. Con el tiempo y el apoyo privatizador de sus amigos, el retoño de Eugenio Garza Sada intentó, sin lograrlo, recuperar la institución financiera que José López Portillo, dice, le arrebató, pero en el juego de la perinola -en el que es un probado experto y acostumbra obtener la cara "toma todo"- se convirtió en la cabeza del banco número uno de México: Bancomer.
GARZA LAGÜERA, JUNTO con las otras dos cabezas visibles de la operación (Ricardo Guajardo Touché y Mario Laborín -hoy director de Nacional Financiera-) pagó 7 billones 799 mil 552 millones de viejos pesos por dicha compra (equivalentes a 2 mil 791.28 millones de dólares, al tipo de cambio de la época), aunque posteriormente el gobierno federal le regresó 160 mil millones "por correcciones de los resultados de la calificación de la cartera de crédito y los consecuentes ajustes a los estados financieros".
EN LA EUFORIA, tal como sucedió en los tiempos de Serfin, Garza Lagüera y socios hicieron de Bancomer un gran negocio personal (autopréstamos, créditos a tasa cero, etcétera, etcétera), hasta que la factura del festín -como en los dorados años del Ficorca- fue cubierta por el erario nacional, vía Fobaproa, para después vender el control de la institución al Banco Bilbao Vizcaya.
RAPIDO RECUENTO EL anterior de un Eugenio Garza Lagüera que alcanzó a cumplir, parcial y fugazmente, su vaticinio financiero lanzado a principios de los 80: presidir al banco número uno. Sin embargo, en la rebatiña por la cobija protectora del erario nacional, el regiomontano no quedó desamparado y todavía llegó a un acuerdo para que los españoles se quedaran con la rebanada gruesa del pastel.
SE CONVIRTIO ASI en uno de los socios minoritarios de la institución, conservando, junto con sus asociados, 11 por ciento, aproximadamente, de las acciones, paquete que ayer se vio reducido en casi cuatro puntos porcentuales, toda vez que el regiomontano vendió dicha proporción a los españoles mayoritarios del Bilbao Vizcaya, mismos que en julio de 2000 asumieron el control de Bancomer mediante "una contribución de capital de mil 400 millones de dólares en efectivo", de acuerdo con su propia versión.
QUIEN SUPONGA QUE ser socio minoritario es un pésimo negocio, tal vez tenga razón, pero no en el caso de Garza Lagüera: por dicha venta (3.75 por ciento de las acciones) se echó al bolsillo, junto al de sus socios, 289 millones de dólares, sin que a la fecha nadie ose reclamarle por los platos rotos durante el tiempo en el que ocupó la presidencia de Bancomer.
DE HECHO, EL monto obtenido por el nuevo negocio -esos 289 millones de dólares- resulta casi 45 por ciento superior a los aproximadamente 200 millones de dólares (al tipo de cambio actual) que en créditos reportables heredó el Bancomer de Garza Lagüera al Fobaproa, de acuerdo con el informe del auditor Michael Mackey.
SIN EMBARGO, EL nuevo business sí implica una cantidad menor, si se le compara con los casi 12 mil millones de pesos, a valor nominal no actualizado, que Bancomer traspasó de manera irregular al Fobaproa, de acuerdo con la Auditoría Superior de la Federación, mismos que el gobierno federal se niega a descontar.
CON LA MENCIONADA venta, 3.75 por ciento de las acciones, los inversionistas españoles aumentan a 58.45 por ciento su participación en el ahora llamado Grupo Financiero BBVA Bancomer, corporativo que engulló, además de la institución que llegó a presidir Garza Lagüera, a los bancos -también reprivatizados- Mercantil Probursa, Cremi, Oriente, Promex y Unión, todos con desfalcos, fraudes, créditos relacionados y demás bellezas de la "moderna banca mexicana" que auguraba Salinas de Gortari al justificar su privatización.
DESDE SU CREACION, en 2000, el Grupo Financiero BBVA Bancomer ha reportado utilidades por aproximadamente 2 mil 500 millones de dólares, generosa cantidad real que contrasta con otros balances contables que para algunos sólo forman parte de un precioso maquillaje asociado a la carísima "estética Fobaproa" y a los famosos pagarés, que sólo representan 215 mil millones de pesos para el erario nacional.
En este sentido, un análisis de Scotia Inverlat advierte que "es importante que el banco (BBVA Bancomer) incremente su capacidad de generación de ingresos, ya que es necesario que amortice más aceleradamente el alto monto de impuestos diferidos que aún mantiene", es decir, impuestos causados pero no enterados al fisco nacional, otro de los delicados privilegios con los que el gobierno federal apoya a la banca, en detrimento de las finanzas nacionales, especialmente ahora que por todas partes se advierte -comenzando por el inquilino de Los Pinos- que el ingreso tributario a todas luces es insuficiente.
AL CIERRE DE marzo de 2003, los impuestos diferidos de GFBB representaron 40 por ciento del capital contable del grupo. Debido a los fondos que el Fobaproa (ahora IPAB) inyectó a gran número de bancos en México, éstos cuentan con un elevado porcentaje de participación del pagaré IPAB en su cartera de crédito vigente. GFBB no es la excepción, siendo el pagaré del IPAB 33.9 por ciento del total de dicha cartera al primer trimestre de 2003.
AL FINAL DE cuentas, Eugenio Garza Lagüera no se acongoja, porque si bien se ve obligado a realizar "negocios menores" con sus acciones bancarias, en su chequera mantiene los suficiente para irla llevando sin muchas penurias.
Carlos Fernandez-Vega - MEXICO SA – La Jornada / 2 de octubre de 2003
Hasta su deceso fungió como presidente vitalicio del consejo de FEMSA
Don Eugenio Garza Lagüera, uno de los pilares de la industria regiomontana y del país, falleció anoche (24 mayo 2008) a la edad de 84 años. Era presidente honorario vitalicio de FEMSA (Coca-Cola / Carta Blanca) y del Consejo del TEC-Monterrey.
Destaca Felipe Calderon labor de "don Eugenio"
Afirma Mandatario que el empresario fue un hombre que amó el trabajo
Por Claudia García y José Manuel Lopez / El Norte - REFORMA
Monterrey, México (25/5/2008).- El Presidente Felipe Calderón dio sus condolencias a la familia de don Eugenio Garza Lagüera durante la misa que se celebró esta tarde en la Iglesia de Fátima, en el Municipio de San Pedro.
Calderón, en compañía de su esposa, Margarita Zavala, acudió a la misa de cuerpo presente y al término de la ceremonia hizo un breve comentario sobre la trayectoria de Garza Lagüera.
"(Fue) un hombre que amó al trabajo y fue muy responsable con el país. La verdad es que él y su generación hicieron posible una buena parte de la modernización económica de México", dijo Calderón.
"Su pérdida es muy lamentable. Descanse en paz y mis condolencias para sus familiares".
Los restos mortales del empresario arribaron a las 16:00 horas a la Iglesia de Fátima.
A la misa también acudieron el Secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, y el de Economía, Ernesto Sojo, además del Gobernador del Estado, Natividad González Parás y Fernando Margain, Alcalde de San Pedro.
Entrevistado previo a la ceremonia, José Antonio Fernández, yerno de don Eugenio Garza Lagüera, destacó la entereza, firmeza de convicciones que siempre tuvo el empresario durante su vida.
"Era tanta su preocupación por los demás que incluso nos preparó para este momento", señaló Fernández.
La ceremonia continuará de manera privada en el mausoleo familiar.
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