Pedro Echeverría V.
1. El PRI puede cambiar de discurso de la noche a la mañana, puede decir que de ahora en adelante será de izquierda, socialista, socialdemócrata, lo que se le antoje; pero ya no podrá engañar a nadie. ¿Tú le crees a Ulises Ruiz, Mario Marín, Emilio Gamboa, Romero Deschamps, Peña Nieto o Beltrones? Yo tampoco. El PRI nació en 1929 heredando a la llamada Revolución Mexicana, fue instrumento de caudillos, caciques, generales y hasta asesinos. El PRI, al convertirse en apéndice de los diferentes gobiernos, en el sexenio de Lázaro Cárdenas (1934/40) fue socialdemócrata y hasta de “izquierda”; pero luego, al integrase las políticas de gobierno al capitalismo mundial abandonando lo agrario para suplirlo con la economía urbana de mercado, el PRI dio un giro a sus discursos hablando de la “unidad nacional”; a pesar de todo pudo mantener cierto nacionalismo que le permitió una independencia relativa de los inversionistas yanquis.
2. A partir de 1982, sobre todo desde 1988 (con la presidencia de Salinas) el PRI apoyó abiertamente la privatización y el neoliberalismo para ser idéntico al PAN. Los dos fueron casi exactamente lo mismo. Por eso en las elecciones del 2000, dado que las propuestas del PRI y del PAN eran idénticas y muy evidentes, Fox se aprovechó del hartazgo y los salinistas y zedillistas lo “apoyaron en parte”. ¿Quiénes integran ahora el PRI que no sean exsalinistas y exzedillistas, apoyadores militantes del neoliberalismo? Aunque el sexenio de Luis Echeverría (con quien no tuve ni el más mínimo parentesco ni simpatía) sea condenable por las represiones del 2 de octubre, del 10 de junio y la guerra sucia, fue durante su sexenio cuando se habló de una réplica (demagógica sí) del cardenismo por aquellos discursos del tercer mundo, del “desarrollo compartido”, de las inversiones en educación, los choques con Fidel Velázquez, los empresarios del Norte y Azcárraga.
3. La realidad es que el único gobierno socialdemócrata en México fue el de Lázaro Cárdenas quien promovió, como la socialdemocracia sueca después de la crisis de 1929/32, la creación de instituciones sociales, nacionalizaciones y organismos obreros y campesinos. Sin embargo, el día de ayer en unos cuantos minutos, por unanimidad y sin que se escuchara una sola voz discordante, el PRI pasó del tren de “su Revolución Mexicana” al de la socialdemocracia y en 50 minutos adicionales asumió finalmente su papel de partido de oposición al condenar en un discurso la falta de gobernabilidad y estrategia panista de trasladar la responsabilidad por los altos índices de inseguridad a otros niveles de gobierno. La antigua posición centrista del PRI le ha permitido siempre manejarse como el péndulo: unas veces se coloca al lado de los empresarios panistas y en otras ocasiones como con Cárdenas, López Mateos y Echeverría, a la “izquierda”.
4. Queriendo que se olviden sus pasados apoyos y sus firmes convivencias con los gobiernos panistas de Fox y ahora de Calderón, la presidenta del PRI, Beatriz Paredes (radicalizando su discurso) señaló que “hay riesgos de ingobernabilidad en la democracia y en el estado de derecho por la creciente delincuencia e inseguridad pública”. Apuntó que la autoridad no está cumpliendo cabalmente con su obligación esencial de proteger la vida: “lamentablemente, no hemos encontrado suficiente capacidad para detener la grave espiral de violencia que nunca antes habíamos tenido en nuestro territorio nacional”. Los dirigentes priístas se hacen los tontos o quieren otra vez engañar. Con esa gran fuerza que tienen dentro del poder, ¿porque no exigen acabar con la delincuencia de Estado, con la expandida corrupción, con el desempleo y los salarios de hambre? ¿Por qué no corrigen bestialidades como las condenas a los presos de Atenco?
5. La socialdemocracia (SD) es una posición política que formalmente nació en 1889 (a 100 años de la Revolución Francesa) en contraposición al marxismo y a la Primera Internacional dominada por el socialismo, el anarquismo y la revolución. Que no se piense que es “democracia social”, tal como Carlos Salinas habló de “liberalismo social” cuando se le acusaba que era el máximo representante de neoliberalismo. La definición de SD es simple: es una corriente que lucha por transformar el país lentamente (en 100, 200 o 300 años) mediante una serie de reformas sociales, la ocupación de cargos en el gobierno, el uso del sistema parlamentario, la habilidad en las negociaciones, pero sobre todo usando el sistema electoral. La socialdemocracia es enemiga de cualquier manifestación radical, de chocar contra las instituciones, de las batalla en las calles y mucho más del movimiento armado (guerrillas urbanas o rurales. Modelo de socialdemocracias pueden encontrarse en Suecia de Palme, en Alemania de Brand, en Francia de Mitterand o España de González o Zapatero.
6. La SD, que nació con los alemanes Bersntein y luego se extendió con Kaustky, combatidos por los marxistas Rosa Luxemburgo y Lenin, impulsaron o promovieron la transformación de la sociedad a través de la evolución paulatina de las instituciones reivindicando la democracia representativa. Impulsan un Estado o un gobierno solidario que redistribuya el ingreso y estimule la creación de riqueza. En relación al planteo económico la SD y socialismo tienen enormes diferencias. Mientras la socialdemocracia apoya el capitalismo aceptando un modelo de economía social de mercado en donde lo importante son los negocios mercantiles y los consumidores, en el socialismo desde el comienzo se plantea (o debería hacerse) un desarrollo con una economía solidaria que promueva el comercio justo, un empresariado con responsabilidad social que fortalezca la relación de la ciudadanía con la sociedad y que al mismo tiempo haga a un lado la relación desigual entre consumidor y mercado.
7. La socialdemocracia mexicana hoy está representada por el PRD y el PT (aunque este último dice luchar por el socialismo) Desde hace algunos meses por lo que fue el Partido Alternativa de Patricia Mercado y desde ayer (según lo han declarado y aprobado) por el PRI. Al parecer, para asumir esa corriente deben tener una ideología de centroizquierda poniendo como único medio de transformación la vía electoral, tal como los repiten en su propaganda el Partido Socialdemócrata, como lo han declarado los “Chuchos”, López Obrador, algunos dirigentes del PT y ahora los del PRI. Al parecer, con excepción de López Obrador, lo que es muy grave es que condenen o se opongan a otras formas de lucha, sobre todo a las protestas de masas en las calles, a las grandes concentraciones impugnadoras del gobierno y a las acciones de los jóvenes (sobre todo) con capacidad de respuesta a las fuerzas represivas que siempre, de manera particular, se usan contra ellos.
8. Se supone que un gobierno de izquierda debería garantizar un mayor desarrollo de las fuerzas democráticas, impulsar el fortalecimiento de las luchas de los indígenas, campesinos, obreros, sectores populares, para desarrollar una sociedad cada vez más equitativa e igualitaria. Exactamente lo contrario a lo que hacen los gobiernos burgueses y empresariales que sólo apoyan los privilegios de los más ricos y poderosos. Sin embargo muchos gobiernos de la llamada izquierda en México se han dedicado a reprimir los movimientos de los trabajadores, de los estudiantes, de los profesores, por el único hecho de no controlarlos. Esa es la causa, junto a la corrupción que se va institucionalizando en los partidos electoreros de centroizquierda, que ha impulsado el crecimiento de un movimiento social al margen y muchas veces contra los partidos de izquierda. ¿Arrebatará el PRI el discurso socialdemócrata a los otros partidos?
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