Pedro Echeverría V.
1. Cuando los mentirosos gobernantes y empresarios explotadores dicen que son “patriotas, nacionalistas y muy mexicanos” les sale peste por la boca. Estos señores, cuyo objetivo único en la vida ha sido acumular la mayor cantidad de capital posible, no tienen patria y sólo le tienen amor al dinero y quizá a sus herederos. Ellos sí asimilaron, para provecho propio, la frase de Marx en el sentido de que “los obreros no tienen patria” porque las fronteras y límites entre países son artificiales, sólo son acuerdos antiguos establecidos por la fuerza del poder entre gobiernos y Estados. Marx lo entendió claramente, y así lo expuso al demostrar que todas las burguesías del mundo, en nombre de la “patria”, mandaban a soldados y pueblo a hacer la guerra y a morir en los campos de batalla defendiendo con fervor la bandera y el himno tras los que esa misma burguesía oculta el despojo y la opresión. Por eso el pensamiento de Marx fue internacionalista. Pensando que todos los trabajadores tienen el mismo enemigo de clase, colocó aquella consigna de lucha: “Proletarios de todos los países, uníos”
2. Por ese motivo no es extraño leer en diarios el día de hoy que un puñado de grandes corporativos mexicanos invirtió en el extranjero cerca de 24 mil millones de dólares en 2007, cifra que rebasó “con creces” la captación de inversión extranjera directa (IED) en México, reportó la Comisión Económica Para América Latina (CEPAL). De esta forma, la exportación de capitales de México el año pasado sólo fue superada por los 35 mil millones de dólares que empresarios brasileños invirtieron fuera de su país, según el organismo. “las mayores multilatinas emergentes son mexicanas y brasileñas (...) en menos de diez años, las empresas mexicanas multiplicaron sus fusiones y adquisiciones. El total de sus inversiones fuera de México asciende a más de 25 mil millones de dólares, superando los 20 mil millones de dólares de sus pares brasileñas”. La más “internacionalizada” de la región es Cemex, seguida por la minera brasileña Vale do Rio Doce. En la lista de las 10 más importantes también figuran otras mexicanas como Telmex, América Móvil, Femsa, Gruma (Grupo Maseca) y la panadera Bimbo.
3. Hugo Chávez acaba de poner un magnífico ejemplo a un poderoso empresario inversionista mexicano, dueño de la empresa transnacional CEMEX establecida en Venezuela y a otros empresarios más diciéndoles algo así: “Señores empresarios les hemos dado la oportunidad de establecerse en Venezuela para ganar dinero, pero el acuerdo fue producir cemento para la industria venezolana. Hoy, como dicen ganar más exportando sus productos, nos están dejando sin ellos para el consumo local. Como han continuado burlándose de nosotros, hemos decidido intervenir comprándoles el negocio al precio real, de acuerdo a la valuación”. ¿Qué pasaría si se obligara a los capitalistas mexicanos a invertir sus capitales en el país para que demuestren el “patriotismo” o “nacionalismo” que mucho pregonan? En primer lugar esto no es posible porque Calderón es un gobierno al servicio de los empresarios y en segundo lugar porque los empresarios y los medios de información gritarían a favor de la “libertad de empresa” y contra el “comunismo” y sugerirían “la intervención yanqui para salvar a la patria”.
4. Dijo Chávez: “Se activa a partir de este momento un decreto de expropiación, y la estabilidad laboral de los trabajadores está garantizada por el Estado venezolano (...) Más allá del interés comercial se impondrá el interés de los venezolanos”, manifestó el ministro. Horas antes, el gobierno había pagado 267 millones de dólares por 89 por ciento del capital social de la cementera francesa Lafarge, y 552 millones por 85 por ciento de la holandesa Holcim, empresas con las que alcanzó un acuerdo amistoso. Pero inmediatamente el gobierno empresarial de México intervino (como no lo hizo para defender a la joven mexicana bombardeada por el ejército fascista colombiano) para defender al empresario y dijo: “Como gobierno respetamos la decisión de los poderes venezolanos, pero estamos obligados a velar por los intereses de nuestras empresas. Consideramos que ha habido un trato discriminatorio con Cemex y no entendemos por qué”, afirmó el diplomático mexicano. Pedimos que el proceso llevado a cabo por las autoridades de Venezuela se apegue al marco legal aplicable y respete el principio de trato no discriminatorio”.
5. Aunque hace apenas 10 años se empezó a saber o conocer que los multimillonarios mexicanos tienen fuertes inversiones en Centro y Suramérica, la realidad es que en algunos países como Guatemala, El Salvador, Costa Rica, desde hace casi medio siglo obtienen ganancias extraordinarias. Ya en los años sesenta los trabajadores explotados centroamericanos hablaban con cierto odio contra “imperialismo mexicano” así como lo hacían contra el “imperialismo yanqui”. ¿Por qué algunos capitalistas de México prefieren invertir en Centroamérica? Sencillo: porque obtienen ganancias extraordinarias a partir de pagar menos salarios a los trabajadores, se aprovechan de las oportunidades y concesiones que les dan aquellos gobiernos y por la represión brutal que sufren los trabajadores que luchan por sus derechos laborales. Son las mínimas condiciones que exigen los inversionistas para garantizar ganancias extraordinarias. Las mismas condiciones que imponen las maquiladoras que han funcionado y funcionan aún hoy en nuestro país. Así marchan los negocios y los grandes inversionistas del mundo.
6. ¿No son acaso, en este problema de carácter empresarial, radicalmente distintos los gobiernos derechista de Calderón y el centroizquierdista de Chávez? Veamos: los poderosos empresarios mexicanos Slim (Teléfonos), Azcárraga (Televisa), Zambrano (Cemex), Garza (Femsa/Bancomer), Hernández/Harp (Banacci), Servitje (Bimbo), tienen “absoluta libertad” para invertir donde quieran, así como saquear o explotar a los pueblos que quieran, aunque México esté como limosnero buscando inversiones extranjeras que ayudaran a crear empleos. ¿Para qué se quieren inversiones extranjeras si los multimillonarios mexicanos invierten en el extranjero mucho más que lo que el país recibe de inversionistas de otros países? Al contrario, en Venezuela, se permite que los empresarios ganen dinero, pero a cambio se les exige que trabajen por el país como condición para subsistir. Es de esperarse que Chávez continúe por este camino, incluso que se radicalice más contra todos los agentes proyanquis porque esa política ayudará, indudablemente, a construir un gobierno justo y equitativo.
pedroe@cablered.net.mx
1. Cuando los mentirosos gobernantes y empresarios explotadores dicen que son “patriotas, nacionalistas y muy mexicanos” les sale peste por la boca. Estos señores, cuyo objetivo único en la vida ha sido acumular la mayor cantidad de capital posible, no tienen patria y sólo le tienen amor al dinero y quizá a sus herederos. Ellos sí asimilaron, para provecho propio, la frase de Marx en el sentido de que “los obreros no tienen patria” porque las fronteras y límites entre países son artificiales, sólo son acuerdos antiguos establecidos por la fuerza del poder entre gobiernos y Estados. Marx lo entendió claramente, y así lo expuso al demostrar que todas las burguesías del mundo, en nombre de la “patria”, mandaban a soldados y pueblo a hacer la guerra y a morir en los campos de batalla defendiendo con fervor la bandera y el himno tras los que esa misma burguesía oculta el despojo y la opresión. Por eso el pensamiento de Marx fue internacionalista. Pensando que todos los trabajadores tienen el mismo enemigo de clase, colocó aquella consigna de lucha: “Proletarios de todos los países, uníos”
2. Por ese motivo no es extraño leer en diarios el día de hoy que un puñado de grandes corporativos mexicanos invirtió en el extranjero cerca de 24 mil millones de dólares en 2007, cifra que rebasó “con creces” la captación de inversión extranjera directa (IED) en México, reportó la Comisión Económica Para América Latina (CEPAL). De esta forma, la exportación de capitales de México el año pasado sólo fue superada por los 35 mil millones de dólares que empresarios brasileños invirtieron fuera de su país, según el organismo. “las mayores multilatinas emergentes son mexicanas y brasileñas (...) en menos de diez años, las empresas mexicanas multiplicaron sus fusiones y adquisiciones. El total de sus inversiones fuera de México asciende a más de 25 mil millones de dólares, superando los 20 mil millones de dólares de sus pares brasileñas”. La más “internacionalizada” de la región es Cemex, seguida por la minera brasileña Vale do Rio Doce. En la lista de las 10 más importantes también figuran otras mexicanas como Telmex, América Móvil, Femsa, Gruma (Grupo Maseca) y la panadera Bimbo.
3. Hugo Chávez acaba de poner un magnífico ejemplo a un poderoso empresario inversionista mexicano, dueño de la empresa transnacional CEMEX establecida en Venezuela y a otros empresarios más diciéndoles algo así: “Señores empresarios les hemos dado la oportunidad de establecerse en Venezuela para ganar dinero, pero el acuerdo fue producir cemento para la industria venezolana. Hoy, como dicen ganar más exportando sus productos, nos están dejando sin ellos para el consumo local. Como han continuado burlándose de nosotros, hemos decidido intervenir comprándoles el negocio al precio real, de acuerdo a la valuación”. ¿Qué pasaría si se obligara a los capitalistas mexicanos a invertir sus capitales en el país para que demuestren el “patriotismo” o “nacionalismo” que mucho pregonan? En primer lugar esto no es posible porque Calderón es un gobierno al servicio de los empresarios y en segundo lugar porque los empresarios y los medios de información gritarían a favor de la “libertad de empresa” y contra el “comunismo” y sugerirían “la intervención yanqui para salvar a la patria”.
4. Dijo Chávez: “Se activa a partir de este momento un decreto de expropiación, y la estabilidad laboral de los trabajadores está garantizada por el Estado venezolano (...) Más allá del interés comercial se impondrá el interés de los venezolanos”, manifestó el ministro. Horas antes, el gobierno había pagado 267 millones de dólares por 89 por ciento del capital social de la cementera francesa Lafarge, y 552 millones por 85 por ciento de la holandesa Holcim, empresas con las que alcanzó un acuerdo amistoso. Pero inmediatamente el gobierno empresarial de México intervino (como no lo hizo para defender a la joven mexicana bombardeada por el ejército fascista colombiano) para defender al empresario y dijo: “Como gobierno respetamos la decisión de los poderes venezolanos, pero estamos obligados a velar por los intereses de nuestras empresas. Consideramos que ha habido un trato discriminatorio con Cemex y no entendemos por qué”, afirmó el diplomático mexicano. Pedimos que el proceso llevado a cabo por las autoridades de Venezuela se apegue al marco legal aplicable y respete el principio de trato no discriminatorio”.
5. Aunque hace apenas 10 años se empezó a saber o conocer que los multimillonarios mexicanos tienen fuertes inversiones en Centro y Suramérica, la realidad es que en algunos países como Guatemala, El Salvador, Costa Rica, desde hace casi medio siglo obtienen ganancias extraordinarias. Ya en los años sesenta los trabajadores explotados centroamericanos hablaban con cierto odio contra “imperialismo mexicano” así como lo hacían contra el “imperialismo yanqui”. ¿Por qué algunos capitalistas de México prefieren invertir en Centroamérica? Sencillo: porque obtienen ganancias extraordinarias a partir de pagar menos salarios a los trabajadores, se aprovechan de las oportunidades y concesiones que les dan aquellos gobiernos y por la represión brutal que sufren los trabajadores que luchan por sus derechos laborales. Son las mínimas condiciones que exigen los inversionistas para garantizar ganancias extraordinarias. Las mismas condiciones que imponen las maquiladoras que han funcionado y funcionan aún hoy en nuestro país. Así marchan los negocios y los grandes inversionistas del mundo.
6. ¿No son acaso, en este problema de carácter empresarial, radicalmente distintos los gobiernos derechista de Calderón y el centroizquierdista de Chávez? Veamos: los poderosos empresarios mexicanos Slim (Teléfonos), Azcárraga (Televisa), Zambrano (Cemex), Garza (Femsa/Bancomer), Hernández/Harp (Banacci), Servitje (Bimbo), tienen “absoluta libertad” para invertir donde quieran, así como saquear o explotar a los pueblos que quieran, aunque México esté como limosnero buscando inversiones extranjeras que ayudaran a crear empleos. ¿Para qué se quieren inversiones extranjeras si los multimillonarios mexicanos invierten en el extranjero mucho más que lo que el país recibe de inversionistas de otros países? Al contrario, en Venezuela, se permite que los empresarios ganen dinero, pero a cambio se les exige que trabajen por el país como condición para subsistir. Es de esperarse que Chávez continúe por este camino, incluso que se radicalice más contra todos los agentes proyanquis porque esa política ayudará, indudablemente, a construir un gobierno justo y equitativo.
pedroe@cablered.net.mx
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