* Convierte en mercancías a personas y culturas, y desequilibra las estructuras de las sociedades receptoras, afirmó el integrante del IIEc de la UNAM, Gustavo López Pardo
* En el país, ha supuesto, del 2000 al 2006, una inversión privada de 12 mil millones de dólares; este último año representó el ocho por ciento del PIB, dijo
* El turismo sustentable exige calidad ambiental y la elección de nuevos destinos, recalcó
En México, el turismo produce beneficios económicos pero sólo los concentra en las grandes empresas y corporaciones transnacionales; los empleos que genera son mayoritariamente estacionales y de baja cualificación; convierte en mercancías a personas y culturas, y desequilibra las estructuras de las sociedades receptoras, afirmó el integrante del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) de la UNAM, Gustavo López Pardo.
En materia ambiental, recalcó, reestructura y elimina el entorno natural y los recursos de agua y suelo; genera desechos y contaminantes y fomenta la erosión, la alteración de hábitos de la fauna, la destrucción de arrecifes coralinos y la afectación severa a la flora; asimismo, destruye la naturaleza y los recursos escénicos.
Ante este panorama, a partir de la llamada crisis ambiental en México, al igual que en el resto del mundo, se empezaron a buscar formas de organización social productivas, más acordes con los ritmos y condiciones de la naturaleza y menos contaminantes, que permitieran revertir la degradación del entorno y conservar los recursos naturales, enfatizó el sociólogo.
En el país, el turismo se ha convertido en una prioridad nacional, cuyo objetivo es contribuir al desarrollo local, generar inversiones, crear empleos y combatir la pobreza. En términos económicos, ha supuesto, del 2000 al 2006, una inversión privada de 12 mil millones de dólares, subrayó.
Asimismo, acotó, en ese último año representó el ocho por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) y registró una balanza superavitaria de más de cuatro mil millones de dólares.
En el mundo, esta actividad ha tenido un crecimiento constante, al pasar de los 25 millones de llegadas de turistas en 1950 a más de 898 millones en 2007. Además, un año antes,
el gasto global por turismo internacional superó los 773 mil millones de dólares americanos, subrayó.
El también coordinador Académico del Diplomado de Turismo para el Desarrollo Sustentable. Una estrategia nacional para la conservación y el desarrollo económico, organizado por el IIEC, recordó que a mediados de los años 90, se empezó a hablar del turismo sustentable, de naturaleza y del ecoturismo, como actividades destinadas al medio ambiente. “Son formas diferentes de recreación, que implican un mayor contacto con el entorno y benefician a las poblaciones receptoras”.
La nueva demanda turística se caracteriza por una mayor exigencia de calidad ambiental, la elección de nuevos destinos alejados de los circuitos tradicionales y la búsqueda de experiencias personalizadas, recalcó.
Del 2000 al 2006, los gobiernos federal y estatales y algunas Organizaciones no Gubernamentales (ONG) canalizaron mil 940 millones de pesos a esta modalidad, que permitió la conformación de mil 239 empresas de ecoturismo, turismo de aventura y rural, que ofrecen productos y servicios e involucran a miles de empresarios privados, campesinos e indígenas, puntualizó.
En México, hay varias docenas de destinos en los que se puede practicar alguna de estas novedosas actividades. En particular, se concentran en Michoacán, Chiapas, Oaxaca, Puebla y Veracruz. Algunos son áreas naturales en las que no se cuenta con infraestructura permanente.
Esta modalidad no sólo debe ser una opción económica para las poblaciones rurales y comunidades indígenas, sino además, el inicio de la vinculación de las actividades monetarias locales y una nueva manera de articulación de estos segmentos con el mercado. Asimismo, puede ser un instrumento para conservar los recursos naturales y fortalecer la cultura ambiental, concluyó.
* En el país, ha supuesto, del 2000 al 2006, una inversión privada de 12 mil millones de dólares; este último año representó el ocho por ciento del PIB, dijo
* El turismo sustentable exige calidad ambiental y la elección de nuevos destinos, recalcó
En México, el turismo produce beneficios económicos pero sólo los concentra en las grandes empresas y corporaciones transnacionales; los empleos que genera son mayoritariamente estacionales y de baja cualificación; convierte en mercancías a personas y culturas, y desequilibra las estructuras de las sociedades receptoras, afirmó el integrante del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) de la UNAM, Gustavo López Pardo.
En materia ambiental, recalcó, reestructura y elimina el entorno natural y los recursos de agua y suelo; genera desechos y contaminantes y fomenta la erosión, la alteración de hábitos de la fauna, la destrucción de arrecifes coralinos y la afectación severa a la flora; asimismo, destruye la naturaleza y los recursos escénicos.
Ante este panorama, a partir de la llamada crisis ambiental en México, al igual que en el resto del mundo, se empezaron a buscar formas de organización social productivas, más acordes con los ritmos y condiciones de la naturaleza y menos contaminantes, que permitieran revertir la degradación del entorno y conservar los recursos naturales, enfatizó el sociólogo.
En el país, el turismo se ha convertido en una prioridad nacional, cuyo objetivo es contribuir al desarrollo local, generar inversiones, crear empleos y combatir la pobreza. En términos económicos, ha supuesto, del 2000 al 2006, una inversión privada de 12 mil millones de dólares, subrayó.
Asimismo, acotó, en ese último año representó el ocho por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) y registró una balanza superavitaria de más de cuatro mil millones de dólares.
En el mundo, esta actividad ha tenido un crecimiento constante, al pasar de los 25 millones de llegadas de turistas en 1950 a más de 898 millones en 2007. Además, un año antes,
el gasto global por turismo internacional superó los 773 mil millones de dólares americanos, subrayó.
El también coordinador Académico del Diplomado de Turismo para el Desarrollo Sustentable. Una estrategia nacional para la conservación y el desarrollo económico, organizado por el IIEC, recordó que a mediados de los años 90, se empezó a hablar del turismo sustentable, de naturaleza y del ecoturismo, como actividades destinadas al medio ambiente. “Son formas diferentes de recreación, que implican un mayor contacto con el entorno y benefician a las poblaciones receptoras”.
La nueva demanda turística se caracteriza por una mayor exigencia de calidad ambiental, la elección de nuevos destinos alejados de los circuitos tradicionales y la búsqueda de experiencias personalizadas, recalcó.
Del 2000 al 2006, los gobiernos federal y estatales y algunas Organizaciones no Gubernamentales (ONG) canalizaron mil 940 millones de pesos a esta modalidad, que permitió la conformación de mil 239 empresas de ecoturismo, turismo de aventura y rural, que ofrecen productos y servicios e involucran a miles de empresarios privados, campesinos e indígenas, puntualizó.
En México, hay varias docenas de destinos en los que se puede practicar alguna de estas novedosas actividades. En particular, se concentran en Michoacán, Chiapas, Oaxaca, Puebla y Veracruz. Algunos son áreas naturales en las que no se cuenta con infraestructura permanente.
Esta modalidad no sólo debe ser una opción económica para las poblaciones rurales y comunidades indígenas, sino además, el inicio de la vinculación de las actividades monetarias locales y una nueva manera de articulación de estos segmentos con el mercado. Asimismo, puede ser un instrumento para conservar los recursos naturales y fortalecer la cultura ambiental, concluyó.
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