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23 abril 2007

>> en pocas palabras <<

«Quién» celebra «Qué» en el Aniversario de la Batalla del Cinco de Mayo de 1862

El 3 de mayo Juárez recibió un correo del General Zaragoza urgiéndole el envío de dos mil hombres adicionales. Al día siguiente salió una expedición adicional bajo el mando del General Antillón, el cual arribo muy tarde para contribuir decisivamente a la victoria.

El 5 de mayo, Juárez anotó en diario simplemente: “Se recibió por vía telegráfica un reporte de que las fuerzas francesas habían sido derrotadas.” Pero Juárez se expresó con sumo entusiasmo y gratitud en cartas y discursos posteriores.

Fue extraordinaria la algarabía en la capital y en la Nación entera, cuando se enteraron de la noticia. El ejército mexicano, tan despreciado, había derrotado a las fuerzas de ocupación del ejército que en ese entonces se consideraba uno de los más poderosos y prestigiado del mundo.

Este orgullo se siente en México todavía, y cualquier norteamericano que, despreciando el pequeño número de las fuerzas envueltas, en comparación con el de las Batallas de la Guerra de Secesión, y lo indeciso de la victoria, encuentre sorprendente que la Batalla de Puebla tuvo un efecto muy importante en la historia de los Estados-Unidos.

Si los franceses hubieran tomado Puebla en esa ocasión, en vista de eventos posteriores, hubieran tomado inmediatamente la Ciudad de México. Los planes de Napoleón III ciertamente se hubieran visto realizados mucho más rápido, y Francia probablemente hubiera reconocido y apoyado abiertamente los esfuerzos separatistas de la Confederación, e Inglaterra quizás hubiera hecho lo mismo.

En resumen, la Batalla del Cinco de Mayo fue una victoria importante no tan solo para la causa de la República de México, pero también para los Estados-Unidos.

Cuando las noticias de Puebla llegaron a Paris, se produjo una protesta de los liberales contra la Guerra de ocupación, pero la Legislatura asignó recursos adicionales, y cuatro meses después, otros treinta mil soldados del Imperio Francés fueron enviados a México bajo el mando de Élie Frédéric Forey, el General de relevo. El cambio de mando no fue sorpresa en virtud del fracaso del ataque de Lorencez sobre las fortalezas. El Gral. Ignacio Zaragoza envió el siguiente informe a su Ministro de Guerra:

«El ejército Francés peleó con gran gallardía; su Comandante se condujo con estupidez en el ataque.»

En 1861, el Presidente Licenciado Don Benito Pablo Juárez García, suspendió los pagos de la deuda externa mexicana. Esta suspensión sirvió de pretexto al entonces emperador de los franceses, Napoleón III, para enviar a México un ejército de ocupación, con el fin de crear en ese país una monarquía al frente de la cual estaría un príncipe católico europeo.

El elegido fue el Archiduque austriaco Fernando Maximiliano de Habsburgo, quien a mediados de 1864 llegó a México en compañía de su mujer la Princesa María Carlota Amelia Victoria Clementina Leopoldina, hija de Leopoldo I, Rey de Bélgica.

© ALLEN SMART, Charles “Viva Juárez! The Founder of Modern Mexico,” J.B.Lippincott Company (1963) p. 268. [Nuestra traducción al castellano del ingles original.]

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