Sam García
Día del Señor
Damas y caballeros cuando uno traduce del inglés al castellano, pencil a lápiz, decimos es correcto; cuando traducimos del castellano casa a home en inglés, también se puede considerar correcto. Hay un sin fin de traducciones que son correctas o palabras que son sinónimas... ¿qué es un sinónimo? Sinónimos son palabras que tienen un significado similar o idéntico, pero tienen distinta escritura y ortografía, aunque se refieren a las mismas cosas. Me ha llamado mucho la atención el interés particular que tiene el grupo ciudadano de trabajo, del cual soy parte y nos reunimos cada jueves, sobre el lenguaje empleado por el clero católico en todo el país. El lenguaje revela nuestras intenciones, lo que somos y pone en manifiesto mucho más de lo que suponemos. Precisamente el pasado jueves nos compartió una compañera un documento que reparte la parroquia de la sagrada familia en la capital mexicana, con ubicación en calle Puebla 144 Col. Roma. Sobre eso que ha llegado a nuestras manos quiero destacar dos puntos interesantes, para que nos demos cuenta que no solo enfrentamos mentiras del gobierno sino también de ciertas instituciones religiosas.
Con mucho tino este fragmento que expone el texto habla de “proclamar la buena nueva”, yo les pregunto a ustedes estimados lectores ¿es lo mismo religión que la buena nueva? Como soy muy curioso y me preocupa que en México se prediquen sanas doctrinas, me puse a investigar que es religión. Para empezar la palabra religión, a veces usada como sinónimo de fe o sistema de creencias, se define comúnmente como creencia sobre todo lo que concierne a lo sobrenatural, sagrado o divino, y a los códigos morales, prácticas, rituales, valores e instituciones relacionadas a dicha creencia. Lo anterior va con la finalidad de relacionar, religar a el hombre con cierta deidad, puede ser el Dios de la Santa Biblia o el dios que es predicado por otras religiones. En ocasiones, la palabra religión se usa para designar lo que debería ser llamado "religión organizada" u "organización religiosa", es decir, organizaciones que soportan el ejercicio de ciertas religiones, frecuentemente bajo la forma de entidades legales. Inmediatamente notamos el contraste con lo que puede ser la definición de “la buena nueva”. Sobre eso encontré que: ... buena nueva es el mensaje de salvación de Jesucristo para la humanidad. Se relaciona al término evangélico, cuya palabra viene del griego “Euangelion" o buenas nuevas: ευαγγελιον evangelion, de eu- "buen" y angelion "mensaje". Anunciar el mensaje de las buenas nuevas no es impartir una religión, es compartir las enseñanzas de Jesucristo (que el hombre las incluya dentro o fuera de una religión, secta o grupo es distinto). El mismo Jesucristo, en ningún texto bíblico dice a sus discípulos y a los que en él creyeron que se dividan o ponga nombre para organizar una “religión”, siempre el lenguaje de Jesucristo fue claro y hablo de la iglesia como el conjunto de personas que aceptaban las buenas nuevas y vivían una vida recta delante de Dios. Ser evangélico significaría entonces el sólo hecho de ser cristiano, esto es, basarse en, motivarse por, actuar de acuerdo a, o diseminar las buenas nuevas del mensaje que encontramos en el Nuevo Testamento. Ahora bien, los cuadros marcados en rojo de este par de párrafos, nos dejan ver en efecto, primero ese reconocimiento de las buenas nuevas, pero a la hora de relacionarlo con el siguiente párrafo ¿tiene sentido que se afirme que “empezó a haber cada vez más y más católicos”?, ¿tiene congruencia histórica y teológicamente hablando decir que fueron cada vez más católicos los que habían luego de compartir esas “buenas nuevas”? O de plano estoy leyendo mal, o definitivamente el lenguaje empleado por el catolicismo -cuando menos de la parroquia que es responsable de ese texto- es totalmente contrario al lenguaje de la Biblia. Aterrizando bien lo anteriormente planteado, por una parte vemos que la identificación de las buenas nuevas es con la persona y las enseñanzas de Jesucristo y que él nunca instituyó algún grupo social, económico, político, ni militar, ni religioso, dado que el mensaje del reino de los cielos es mensaje de vida, un estilo de vida y no solo un puñado de costumbres. El asociar el resultado de la predicación de las buenas nuevas con el término o concepto “católico” (cada vez habían más católicos ¿cada vez habían más católicos?), tuerce el espíritu de la buena nueva y da a entender que fue la difusión del catolicismo lo que hizo la iglesia primitiva, resultando en ser mayoría católica de una vertiente del cristianismo y no realmente es un estilo de vida lo que implica esta doctrina que hoy tiene mayoría en nuestra población. Pero eso no lo es todo, para confirmar lo anteriormente establecido (recuerden las intenciones del lenguaje), veamos lo siguiente:
¡Que tremenda frase, con cuánto racismo ha sido afirmada! Se condiciona el ser “laico” con el hecho de pertenecer al catolicismo romano ¡que aberrante y vergonzoso resulta! Si apelamos al significado de ser “católico”, todos lo somos, ¿por qué? No por ser cristianos, sino por ser UNIVERSALES, eso es ser católico, pero claro, bajo el complemento de “apostólico y romano” ese sí, es referente a ser miembro de esa religión. Pero ¿por qué difunde el clero católico, o a que se debe que se permita que se diga que un mexicano solo será laico si pertenece a la iglesia católica?, ¿no es eso racismo?, ¿dónde o que versículo bíblico, pasaje o característica de Dios puede sustentar tal afirmación? Señoras y señores estamos ante la divulgación de un conjunto de creencias que su origen al no ser bíblico puramente, cae en el riesgo de poder ser incluso considerado un conjunto de creencias o doctrinas “diabólicas”. La Biblia una vez más por si sola se interpreta, veamos este pasaje de Hechos capítulo 2 versos 43 al 47: Y sobrevino temor a toda persona; y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles. Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas; y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno. Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos. Y más adelante el capítulo 4 del mismo libro de los Hechos en los versos 32 al 35 cita: Y la multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma; y ninguno decía ser suyo propio nada de lo que poseía, sino que tenían todas las cosas en común. Y con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús, y abundante gracia era sobre todos ellos. Así que no había entre ellos ningún necesitado; porque todos los que poseían heredades o casas, las vendían, y traían el precio de lo vendido, y lo ponían a los pies de los apóstoles; y se repartía a cada uno según su necesidad. Si analizamos los textos bíblicos originales y no solo la traducción al castellano, veremos que no se maneja o no se interpreta, por nada del mundo, que la iglesia primitiva haya sido una difusora del catolicismo. De estas porciones bíblicas a las que me he remitido ¿en donde ven “y se fueron sumando más católicos”, o que dijera “y predicaban la doctrina católica con mucho gusto”?, señoras y señores nuevamente hago la invitación a que busquen de Dios con todo su corazón, leyendo ustedes la Biblia, haciendo sí caso a los cristianos sinceros y honestos que predican con la voz y con los hechos. Estamos en medio de una generación perversa que corrompe el evangelio para presentar un falso Cristo. La misma Biblia habla que Jesucristo resucito al tercer día y hoy vive, está sentado a la diestra de Dios Padre intercediendo por ti y por mi. No es posible predicar el evangelio de un Cristo muerto o crucificado, ni pretender que sea un símbolo, tradiciones o costumbres las que marquen nuestra doctrina, creencias y fe. No, ha de ser la vida en Cristo, el poner en practica las buenas nuevas, lo que nos va a caracterizar a nosotros como creyentes genuinos. Ha este país se le ha hecho mucho daño y no se debe permitir que se siga dando esa manipulación religiosa, donde repito y Benito Juárez así lo creía: México requiere una religión que le haga leer y escribir bien, y no tanto gastar el dinero en cirios para los santos. Finalmente pude encontrar que el laicismo es la doctrina que defiende la existencia de una sociedad organizada aconfesionalmente, cuyo ejemplo más representativo es el “Estado laico" o "no confesional". El término “laico” (del griego λαϊκός, laikós - alguien del pueblo de la raíz λαός, laós - pueblo ) aparece primeramente en un contexto cristiano. Pero jamás para decir que “los laicos son todos aquellos que pertenecen a la iglesia Católica”... ¿Y que hay de aquellos que como yo, hemos recibido la ciudadanía celestial pero que hoy estamos solo de paso en ésta tierra? Esa pregunta quizás nunca me la puedan responder los altos mandos religiosos, pues es muy distinto vivir las buenas nuevas a que solo se manejen como parte del menú en una tonta realidad llamada religión... Ha sido un placer comunicarles lo anterior, el día del Señor regresa la siguiente semana...
Con mucho tino este fragmento que expone el texto habla de “proclamar la buena nueva”, yo les pregunto a ustedes estimados lectores ¿es lo mismo religión que la buena nueva? Como soy muy curioso y me preocupa que en México se prediquen sanas doctrinas, me puse a investigar que es religión. Para empezar la palabra religión, a veces usada como sinónimo de fe o sistema de creencias, se define comúnmente como creencia sobre todo lo que concierne a lo sobrenatural, sagrado o divino, y a los códigos morales, prácticas, rituales, valores e instituciones relacionadas a dicha creencia. Lo anterior va con la finalidad de relacionar, religar a el hombre con cierta deidad, puede ser el Dios de la Santa Biblia o el dios que es predicado por otras religiones. En ocasiones, la palabra religión se usa para designar lo que debería ser llamado "religión organizada" u "organización religiosa", es decir, organizaciones que soportan el ejercicio de ciertas religiones, frecuentemente bajo la forma de entidades legales. Inmediatamente notamos el contraste con lo que puede ser la definición de “la buena nueva”. Sobre eso encontré que: ... buena nueva es el mensaje de salvación de Jesucristo para la humanidad. Se relaciona al término evangélico, cuya palabra viene del griego “Euangelion" o buenas nuevas: ευαγγελιον evangelion, de eu- "buen" y angelion "mensaje". Anunciar el mensaje de las buenas nuevas no es impartir una religión, es compartir las enseñanzas de Jesucristo (que el hombre las incluya dentro o fuera de una religión, secta o grupo es distinto). El mismo Jesucristo, en ningún texto bíblico dice a sus discípulos y a los que en él creyeron que se dividan o ponga nombre para organizar una “religión”, siempre el lenguaje de Jesucristo fue claro y hablo de la iglesia como el conjunto de personas que aceptaban las buenas nuevas y vivían una vida recta delante de Dios. Ser evangélico significaría entonces el sólo hecho de ser cristiano, esto es, basarse en, motivarse por, actuar de acuerdo a, o diseminar las buenas nuevas del mensaje que encontramos en el Nuevo Testamento. Ahora bien, los cuadros marcados en rojo de este par de párrafos, nos dejan ver en efecto, primero ese reconocimiento de las buenas nuevas, pero a la hora de relacionarlo con el siguiente párrafo ¿tiene sentido que se afirme que “empezó a haber cada vez más y más católicos”?, ¿tiene congruencia histórica y teológicamente hablando decir que fueron cada vez más católicos los que habían luego de compartir esas “buenas nuevas”? O de plano estoy leyendo mal, o definitivamente el lenguaje empleado por el catolicismo -cuando menos de la parroquia que es responsable de ese texto- es totalmente contrario al lenguaje de la Biblia. Aterrizando bien lo anteriormente planteado, por una parte vemos que la identificación de las buenas nuevas es con la persona y las enseñanzas de Jesucristo y que él nunca instituyó algún grupo social, económico, político, ni militar, ni religioso, dado que el mensaje del reino de los cielos es mensaje de vida, un estilo de vida y no solo un puñado de costumbres. El asociar el resultado de la predicación de las buenas nuevas con el término o concepto “católico” (cada vez habían más católicos ¿cada vez habían más católicos?), tuerce el espíritu de la buena nueva y da a entender que fue la difusión del catolicismo lo que hizo la iglesia primitiva, resultando en ser mayoría católica de una vertiente del cristianismo y no realmente es un estilo de vida lo que implica esta doctrina que hoy tiene mayoría en nuestra población. Pero eso no lo es todo, para confirmar lo anteriormente establecido (recuerden las intenciones del lenguaje), veamos lo siguiente:
¡Que tremenda frase, con cuánto racismo ha sido afirmada! Se condiciona el ser “laico” con el hecho de pertenecer al catolicismo romano ¡que aberrante y vergonzoso resulta! Si apelamos al significado de ser “católico”, todos lo somos, ¿por qué? No por ser cristianos, sino por ser UNIVERSALES, eso es ser católico, pero claro, bajo el complemento de “apostólico y romano” ese sí, es referente a ser miembro de esa religión. Pero ¿por qué difunde el clero católico, o a que se debe que se permita que se diga que un mexicano solo será laico si pertenece a la iglesia católica?, ¿no es eso racismo?, ¿dónde o que versículo bíblico, pasaje o característica de Dios puede sustentar tal afirmación? Señoras y señores estamos ante la divulgación de un conjunto de creencias que su origen al no ser bíblico puramente, cae en el riesgo de poder ser incluso considerado un conjunto de creencias o doctrinas “diabólicas”. La Biblia una vez más por si sola se interpreta, veamos este pasaje de Hechos capítulo 2 versos 43 al 47: Y sobrevino temor a toda persona; y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles. Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas; y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno. Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos. Y más adelante el capítulo 4 del mismo libro de los Hechos en los versos 32 al 35 cita: Y la multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma; y ninguno decía ser suyo propio nada de lo que poseía, sino que tenían todas las cosas en común. Y con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús, y abundante gracia era sobre todos ellos. Así que no había entre ellos ningún necesitado; porque todos los que poseían heredades o casas, las vendían, y traían el precio de lo vendido, y lo ponían a los pies de los apóstoles; y se repartía a cada uno según su necesidad. Si analizamos los textos bíblicos originales y no solo la traducción al castellano, veremos que no se maneja o no se interpreta, por nada del mundo, que la iglesia primitiva haya sido una difusora del catolicismo. De estas porciones bíblicas a las que me he remitido ¿en donde ven “y se fueron sumando más católicos”, o que dijera “y predicaban la doctrina católica con mucho gusto”?, señoras y señores nuevamente hago la invitación a que busquen de Dios con todo su corazón, leyendo ustedes la Biblia, haciendo sí caso a los cristianos sinceros y honestos que predican con la voz y con los hechos. Estamos en medio de una generación perversa que corrompe el evangelio para presentar un falso Cristo. La misma Biblia habla que Jesucristo resucito al tercer día y hoy vive, está sentado a la diestra de Dios Padre intercediendo por ti y por mi. No es posible predicar el evangelio de un Cristo muerto o crucificado, ni pretender que sea un símbolo, tradiciones o costumbres las que marquen nuestra doctrina, creencias y fe. No, ha de ser la vida en Cristo, el poner en practica las buenas nuevas, lo que nos va a caracterizar a nosotros como creyentes genuinos. Ha este país se le ha hecho mucho daño y no se debe permitir que se siga dando esa manipulación religiosa, donde repito y Benito Juárez así lo creía: México requiere una religión que le haga leer y escribir bien, y no tanto gastar el dinero en cirios para los santos. Finalmente pude encontrar que el laicismo es la doctrina que defiende la existencia de una sociedad organizada aconfesionalmente, cuyo ejemplo más representativo es el “Estado laico" o "no confesional". El término “laico” (del griego λαϊκός, laikós - alguien del pueblo de la raíz λαός, laós - pueblo ) aparece primeramente en un contexto cristiano. Pero jamás para decir que “los laicos son todos aquellos que pertenecen a la iglesia Católica”... ¿Y que hay de aquellos que como yo, hemos recibido la ciudadanía celestial pero que hoy estamos solo de paso en ésta tierra? Esa pregunta quizás nunca me la puedan responder los altos mandos religiosos, pues es muy distinto vivir las buenas nuevas a que solo se manejen como parte del menú en una tonta realidad llamada religión... Ha sido un placer comunicarles lo anterior, el día del Señor regresa la siguiente semana...
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