Por Lila Sarai
El pasado sábado se develó el resultado de las votaciones para ocupar la presidencia de la India en la que la candidata por el Partido del Congreso, Pratibha Patil de 72 años resultó ganadora con 2.931 votos frente a 1.449 de su opositor, el vicepresidente Bhairon Singh Shekhawat.
Esto convierte a Pratibha no sólo en la decimotercera mandataria de su país sino en la primera mujer que ocupa ese cargo a pesar de que se había dado un avance en la incursión del género en el congreso ya que Indira Gandhi desempeñó el puesto de ministra y Sonia Gandhi es actual presidenta del partido ganador.
Pese a que Pratibha se desempeñaba como gobernadora del estado noroccidental de Rajastán, su nombre no contaba con mayor peso político, incluso muchos no apostaban por ella en un principio y fue víctima de hostigamiento y presiones cuando las elecciones han sido generalmente pacíficas y sin problemas en la India.
No obstante, su triunfo fue celebrado en las calles con danzas y música ya que el puesto significa un triunfo no sólo para la candidata sino para las mujeres que representan una minoría simbólica dentro de dicha nación al ser consideradas inferior al hombre, tanto que incluso algunas llegan a abortar o abandonar bebés nacidas mujeres.
Cabe resaltar que el cargo de Jefe de Estado de la India es mayormente simbólico y ceremonial ya que no posee las mismas características que en otras naciones, sin embargo, otorga ciertos atributos que ayudan a beneficiar sectores en desventaja y tal vez, lo mas importante sea que ahora Pratibha Patil está al mando de las fuerzas armadas del país.
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