1. La razón en la Edad Media
Al principio de nuestro curso de Cultura Científico – Humanística II revisamos lo más importante del periodo histórico denominado Edad Media (Siglos V – XV), donde sobresale el dominio de la religión católica en la vida de casi todas las sociedades europeas de ese período. Sobre la Edad Media se cree que estuvo dominada por la superstición, el atraso técnico y cultural: en suma, se le ve como un intermedio oscuro entre dos épocas de grandes realizaciones culturales Edad Antigua y Renacimiento. Pero actualmente muchos historiadores revalorizan la Edad Media como una etapa en la que tuvieron lugar hechos y procesos relevantes.
En este proceso es que entraron en contacto los tres legados del mundo antiguo –el grecorromano, el judeocristiano y el germano–, y de sus interrelaciones y entrecruzamientos surgió como síntesis perdurable y trascendente la cultura occidental. Muchas creaciones de esa época aún perduran. Durante esos siglos se produjo la expansión y consolidación del cristianismo y de la Iglesia, surgieron reinos que fueron el fundamento de muchos Estados europeos actuales, se constituyó una nueva religión –militante y agresiva– que favoreció la unificación y expansión de los árabes, nacieron y renacieron muchas de las ciudades más importantes del mundo actual, se conformó la burguesía y comenzó a elaborarse, en el seno mismo de la sociedad feudal, la mentalidad capitalista.
Es cierto que durante este tiempo predominó la fe y que se identifica también a la Edad Media como un tiempo de “oscuridad”, pero ello no necesariamente se traduce en que sólo se empleaba la fe y la razón fuera nula. Distinto a lo que algunos pudiéramos suponer, la razón ha tenido presencia importante en cada proceso histórico, manifestándose de distintas formas. En lo personal destacaría la presencia que ella tuvo en la Edad Media, quizás no tan visible como se da en la Ilustración pero sí existente –lo cual veremos más adelante en este trabajo-.
Para argumentar lo anterior debemos remontarnos a la Edad Antigua que antecedió a la Edad Media. Desde aquel tiempo para dar validez al ejercicio del poder tanto en Grecia como en Roma se usaba la razón, pues empleaban un conjunto de conocimientos para implementar sus respectivos sistemas políticos. De la misma manera, para legitimar la detentación y uso del poder, se usaba la razón durante la Edad Media, sólo que los conocimientos aplicados que se ejercitaban respondían a una variante sistémica controlada obviamente por el clero católico. Inclusive, en ambos casos, la guerra se legitimaba con razones.
En la Edad Media se daba y tenía relevancia el uso de la razón. Por un lado San Agustín (354-430) consideraba que ésta llegaba hasta donde empezaba la fe, para él no era posible que la razón fuera por sí misma. Contra esa posición agustiniana, Tomás de Aquino (1225-1274) intentó establecer una relación nueva de armonía y equilibrio entre razón y fe, entendiendo que la razón puede por sí misma, sin ayuda de la revelación, alcanzar el verdadero conocimiento; respetando por tanto su lugar tanto a la razón como a la fe. No está demás ubicar el pensamiento de los pensadores escolásticos2 quienes sostuvieron una amplia variedad de ideas tanto en filosofía como en teología. Lo que da unidad a todo el movimiento escolástico son las metas comunes, las actitudes y los métodos aceptados de un modo general por todos sus miembros. La principal preocupación de los escolásticos no fue conocer nuevos hechos sino integrar el conocimiento ya adquirido de forma separada por el razonamiento griego y la revelación cristiana.
Cabe decir que una gran parte de los jerarcas religiosos en esa época para tener control de la gente justificaban prácticamente todo en la fe3. Era común que las personas creyeran por fe que la Tierra era centro del universo y no se razonaba ese hecho y por ello no había lugar para concebir la Tierra de otra manera, que el Sol por ejemplo, fuera el centro del universo y no la Tierra como se creía entonces. Los mismos jerarcas religiosos razonaban lo que hacían, siendo una de sus prioridades mantener a salvo los intereses de la iglesia, de tal manera que consideraron importante mantener al margen el razonamiento entre la gente, la iglesia tenía que ser incuestionable. Esto se ve con claridad cuando filósofos y científicos de esa época tienen que luchar contra todo el aparato inquisidor del medioevo, al cual no le interesaba si algún avance en medicina –por ejemplo- podía beneficiar a la sociedad; recordemos como se satanizaba4 además el simple hecho de hacer ciencia o pensar cuestionando el ámbito religioso. Incluso, sin necesidad de salir de la esfera religiosa, el mismo Martín Lutero -quien considero en lo personal fue un personaje que razonó la Biblia-, fue víctima de una persecución tremenda y finalmente excomulgado de la Iglesia Católica en 1521, durante el tiempo que se identifica como la Reforma Protestante (Siglo XVI) y que iniciara precisamente con este personaje en Alemania.
Algo que debemos tener muy claro es que desde la Edad Antigua y hasta nuestros días la razón ha sido una facultad de los hombres que le permite buscar satisfacción y solución a distintos problemas. Partiendo desde ese punto, sí se debe destacar como característica fundamental de la razón en la Edad Media una lucha para que ella fuese empleada por los hombres y dejar la fe separada de la razón, ya citaba a Tomás de Aquino con anterioridad, quien también llegó a considerar que: la filosofía y teología deben estar separadas como fuentes de conocimiento. La filosofía procede desde abajo, desde las cosas creadas, mientras que la teología procede desde arriba, a partir de la palabra de Dios. Santo Tomás de Aquino, apartándose en esto de la postura agustiniana, reconoce que el hombre, en cuanto dotado de esa luz natural que es su razón, puede alcanzar un conocimiento de forma autónoma e independiente, y precisamente una espléndida experiencia de la razón sin la fe es la filosofía aristotélica5.
Y es precisamente con esfuerzos como el de Aquino que se va rompiendo con un dominio férreo de la fe sobre la razón, para dar lugar a lo que será el pensamiento renacentista del cual citaremos aspectos relevantes relacionados con la razón.[3] Durante la Edad Media la fe, esto es, creer en algo sin verlo necesariamente o comprobar su existencia; fue lo que convenía al clero hacer predominara entre la gente. Se decía “Dios existe” y por fe, para la gente “Dios sí existía”, cosa que no iba a ser igual si el clero hubiese permitido el estudio de la Biblia y cuestionamiento de la existencia de Dios. Estaba prohibido hacer ciencia, estudiar la Biblia y cuestionar la doctrina impartida por la iglesia.
[4] Se consideraba diabólico o satánico a las actividades que fueran en contra de los intereses de la iglesia, eran herejes los que fueran contra la doctrina cristiana y la Inquisición se encargaba de la supresión de la herejía en el seno de la Iglesia Católica
[5] Moisés González Tema: Filosofía y Modernidad, En: «http://www.kaosenlared.net/». Fecha: abril del 2006.
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