2. Del Renacimiento a la Ilustración
El que se pueda identificar a la razón durante el medioevo habla de la dependencia que tenemos los hombres de dicha razón, así tengamos fe o no en Dios. No podemos medir hasta qué punto y cuánta gente realmente empleaba la razón concibiéndola como tal durante la Edad Media, pero probablemente sí podemos decir que fue una razón sometida a la voluntad del pensamiento religioso predominante en Europa. Sin embargo, la razón al haber estado en esa posición de desventaja lo mismo ayudó para que pudiera despejarse el camino y marcar diferencia en el desarrollo de las distintas sociedades europeas; unas por un lado aferradas a seguir dependiendo de la religión por entero (bastaría mencionar como ejemplo a España), y otras sociedades ya decididas a separar a la esfera religiosa del pensamiento común humano.
En el siglo XV inicia el Renacimiento considerado como uno de los grandes momentos de la historia universal, el cual marcó el paso del mundo Medieval al mundo Moderno. En este periodo es donde cobró fuerza el redescubrimiento del hombre como individuo, el redescubrimiento del mundo como armonía y realidad que rodea al hombre liberado de todas las preocupaciones religiosas; obviamente para llegar a esto debió el hombre haber tenido una mejor y desarrollada concepción de la razón. Aquí, el ideal del nuevo hombre es el del individuo que, en vez de atenerse a moldes fijos, pretende elegir para sí una realidad propia.[6] Se considera también que el Renacimiento fue una clara reacción al espíritu teológico de la Edad Media, sin embargo la ruptura entre estos dos periodos no se da de manera instantánea o violenta, porque no pocas de las concepciones que se van a desarrollar tuvieron su origen durante el medioevo.
Es en Nicolás Copérnico (1473-1543) en quien encontramos a un diferenciador entre la teología, la filosofía y la ciencia. De este personaje vimos en clase que fue matemático, astrónomo, jurista, físico, clérigo católico, gobernador, administrador, líder militar, diplomático y economista. Mientras que la teoría heliocéntrica había sido formulada por sabios griegos, hindúes y musulmanes siglos antes que Copérnico, su reiteración de que el Sol (en lugar de la Tierra) está en el centro del Sistema Solar se considera como una de las teorías más importantes en la historia de la ciencia occidental. Es con ese hecho que aún a la razón misma la podemos ubicar en un papel distinto al que venía cumpliendo dentro de la Edad Media. Junto a lo anterior es importante resaltar que para el siglo XVI llega a su momento cumbre la reforma religiosa (ya habíamos citado que Lutero fue pieza clave y conocemos como desde este siglo se desprende del Cristianismo tres frentes: la Iglesia Católica, la Ortodoxa y la Protestante); además para el siglo XVII se daría el triunfo de la filosofía cartesiana la cual cambió por completo la imagen del mundo.
[6] Villoro, Luis. El pensamiento moderno, México, FCE y El Colegio Nacional, 1992. p. 34
El que se pueda identificar a la razón durante el medioevo habla de la dependencia que tenemos los hombres de dicha razón, así tengamos fe o no en Dios. No podemos medir hasta qué punto y cuánta gente realmente empleaba la razón concibiéndola como tal durante la Edad Media, pero probablemente sí podemos decir que fue una razón sometida a la voluntad del pensamiento religioso predominante en Europa. Sin embargo, la razón al haber estado en esa posición de desventaja lo mismo ayudó para que pudiera despejarse el camino y marcar diferencia en el desarrollo de las distintas sociedades europeas; unas por un lado aferradas a seguir dependiendo de la religión por entero (bastaría mencionar como ejemplo a España), y otras sociedades ya decididas a separar a la esfera religiosa del pensamiento común humano.
En el siglo XV inicia el Renacimiento considerado como uno de los grandes momentos de la historia universal, el cual marcó el paso del mundo Medieval al mundo Moderno. En este periodo es donde cobró fuerza el redescubrimiento del hombre como individuo, el redescubrimiento del mundo como armonía y realidad que rodea al hombre liberado de todas las preocupaciones religiosas; obviamente para llegar a esto debió el hombre haber tenido una mejor y desarrollada concepción de la razón. Aquí, el ideal del nuevo hombre es el del individuo que, en vez de atenerse a moldes fijos, pretende elegir para sí una realidad propia.[6] Se considera también que el Renacimiento fue una clara reacción al espíritu teológico de la Edad Media, sin embargo la ruptura entre estos dos periodos no se da de manera instantánea o violenta, porque no pocas de las concepciones que se van a desarrollar tuvieron su origen durante el medioevo.
Es en Nicolás Copérnico (1473-1543) en quien encontramos a un diferenciador entre la teología, la filosofía y la ciencia. De este personaje vimos en clase que fue matemático, astrónomo, jurista, físico, clérigo católico, gobernador, administrador, líder militar, diplomático y economista. Mientras que la teoría heliocéntrica había sido formulada por sabios griegos, hindúes y musulmanes siglos antes que Copérnico, su reiteración de que el Sol (en lugar de la Tierra) está en el centro del Sistema Solar se considera como una de las teorías más importantes en la historia de la ciencia occidental. Es con ese hecho que aún a la razón misma la podemos ubicar en un papel distinto al que venía cumpliendo dentro de la Edad Media. Junto a lo anterior es importante resaltar que para el siglo XVI llega a su momento cumbre la reforma religiosa (ya habíamos citado que Lutero fue pieza clave y conocemos como desde este siglo se desprende del Cristianismo tres frentes: la Iglesia Católica, la Ortodoxa y la Protestante); además para el siglo XVII se daría el triunfo de la filosofía cartesiana la cual cambió por completo la imagen del mundo.
[6] Villoro, Luis. El pensamiento moderno, México, FCE y El Colegio Nacional, 1992. p. 34
PRÓXIMA SEMANA APARTADO 3 Y CONCLUSIONES
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