
Por Eduardo Ibarra Aguirre
Todavía está lejos el Congreso de la Unión de aprobar la reforma hacendaria para recaudar los 200 mil o 300 mil millones de pesos –en dependencia de que funcionario haga la estimación-- de aquí al 30 de noviembre de 2012, pero Felipe de Jesús Calderón Hinojosa anuncia con frecuencia en que se los va a gastar, con base a discursos que no acaban de escribírselos bien y tampoco pronunciarlos en forma convincente.
La presentación del Programa de Infraestructura 2007-2012 fue el momento seleccionado para que el michoacano vendiera por enésima ocasión la propuesta ante 15 gobernadores --¿a qué horas atienden los problemas de los estados que gobiernan si se la pasan en el Distrito Federal?-- y la Cámara Nacional de la Industria de la Construcción , de hacer “una gran alianza” para producir “un cambio dramático” en la política de infraestructura y superar así los “importantes rezagos”.
Mas el optimismo ahora es moderado y contempla tres escenarios para la propuesta fiscal que diseñó Agustín Carstens Carstens . Uno sería el base, otro el sobresaliente y finalmente el inercial .
Con el primero, la inversión pública en infraestructura crecería en 50 por ciento en términos reales respecto al sexenio de Vicente Fox Quesada .
El sobresaliente incluye las “reformas estructurales” –energética, laboral y de telecomunicaciones-- que permitirían “un flujo extraordinario de recursos para infraestructura”, casi 300 mil millones de dólares en los próximos seis años, y seguramente el “México de triunfadores” marcharía directo a ser la quinta economía de la aldea global para 2040.
Y, finalmente, el de la no aprobación de la reforma fiscal, con inversiones en decremento que nos mantendrían en el lugar 64 entre 125 países –por debajo de Barbados, Chile, Panamá, Jamaica, El Salvador y Uruguay-- en materia de infraestructura.
Maniqueísmos y visiones catastróficas aparte, es agradecible que el abogado y economista no se obsesione en sus proyectos hasta confrontarse con el Legislativo --como en el sexenio de la ilimitada incompetencia, frivolidad y el robo institucionalizado-- y contemple la cruda realidad: el retraimiento de los “aliados naturales” que se la jugaron a brazo partido para colocarlo en Los Pinos, pero ahora expresan la resistencia más fuerte y amenazan con una cruzada de amparos judiciales si la contribución de tasa única es aprobada por el Congreso.
El Consejo Mexicano de Hombres de Negocios –los verdaderos dueños del país--, el Consejo Coordinador Empresarial, la Bolsa Mexicana de Valores, el Consejo Nacional Agropecuario, la Confederación Patronal de la República Mexicana , la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación y los más notables filántropos, expertos en evasión y elusión al fisco, no están dispuestos a que se alteren un milímetro las reglas en vigor.
El panorama político se enriquece, pero se complica para el grupo gobernante, con la iniciativa con proyecto de decreto para reformar la Ley Federal de Derechos que dotaría a Petróleos Mexicanos de 60 mil millones de pesos para su modernización e investigación petrolera, presentada por todos los grupos parlamentarios del Senado, excepto el de Acción Nacional.
La simpatía que despertó el proyecto multipartidista en la Confederación de Cámaras Industriales y la Canacintra , el apoyo de Alternativa Socialdemócrata y la disposición del senador Santiago Creel Miranda , a nombre del titular del Ejecutivo, para emprender cambios en el régimen fiscal que aplasta y descapitaliza a Pemex, ponen de relieve que los caminos a emprender son diversos, que la aptitud y la voluntad políticas para integrar propuestas y sumar fuerzas serán la clave que determine el futuro de la limitada reforma de Calderón Hinojosa. Timorata porque no modifica la naturaleza de México como paraíso fiscal para las trasnacionales.
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