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02 agosto 2007

Alianza estratégica

Eduardo Ibarra Aguirre | Utopía

Los presidentes de origen panista están mal y de malas con los escritores argentinos. Primero fue Vicente Fox Quesada, el expresidente más ignaro y frívolo en la historia del país, con el José Luis Borgues en lugar de Jorge Luis Borges, justamente en el Congreso de la Lengua Española, en Madrid, en abril de 2002.

Ahora es Felipe de Jesús Calderón Hinojosa quien en dos ocasiones muta el apellido paterno de Ernesto Sábato Ferrari en Sabato.

Ni uno ni otro están obligados a conocer de poesía ni de narrativa, pero el segundo debería saber que los mexicanos nunca “celebramos” la ejecución de Miguel Hidalgo y Costilla, el 30 de julio de 1811, sino que la conmemoramos. No creo que sea mucho pedir porque son decenas los hacedores de los discursos presidenciales. Que se limite a leerlos y que a diferencia de su enriquecido antecesor, los revise antes de pronunciarlos.

Justamente como ahora revisa Calderón Hinojosa con éxito los destrozos que cometió la pareja presidencial en las relaciones de México con Argentina, Bolivia, Cuba, República Dominicana y Venezuela. Los hizo el perverso dueto más por vocación servil hacia los proyectos geoestratégicos de Washington hacia América Latina que como parte del diseño propio de una política exterior, bajo la guía de Jorge Castañeda Gutman y Ernesto Derbez Bautista.

Para andar el camino hacia el sur, el michoacano no sólo tuvo que deslindarse de su exjefe, sino de sí mismo. Por lo menos del discurso de Davos, Suiza, en el que se confrontó con Hugo Rafael Chávez Frías, al colocarse en la tesitura de vocero del libre mercado y la integración latinoamericana subordinada a la Casa Blanca. “Usted no se preocupe tanto por Venezuela”, le aconsejó un paciente Luis Inácio Lula da Silva.

E hizo caso al presidente brasileño. Lo que acompañado de una diplomacia para crear nuevos espacios de relación política y en menor medida económica y comercial, colocará a México en condiciones menos desventajosas para sortear sus diferendos con el agónico y troglodita gobierno de George Walker Bush.

Naturalmente que las presiones nacionales, sobre todo las derivadas de una elección que un año después es percibida como fraudulenta por la mitad de la ciudadanía, tienen un peso considerable en la febril actividad del maestro en economía, para relacionarse un poco más y mejor con los países al sur del Suchiate, destacadamente con los gobernados por las izquierdas latinoamericanas, esa diversidad en la que, a mi juicio, estriban sus fortalezas.

Felipe de Jesús Calderón navega a contracorriente de su propio partido y del activismo tan desbordado como maniqueo de Manuel Espino Barrientos, en su condición de presidente de la Organización Demócrata Cristina de América y promotor de Fox Quesada para que presida la Internacional Demócrata del Centro.

Como resultado de la visita de Néstor Carlos Kirchner Ostoi y su esposa la doctora Cristina E. Fernández, senadora y candidata presidencial, los gobiernos de Argentina y México suscribieron un acuerdo de asociación estratégica para profundizar las relaciones bilaterales en múltiples aspectos, con una comisión que se ocupará de tres prioritarios: el político, el económico y el de la cooperación bilateral.

Tan atrás quedó el encontronazo que provocó Fox al criticar al presidente argentino en la Cumbre de las Américas por no impulsar el Acuerdo de Libre Comercio de las Américas, que más allá de fórmulas diplomáticas Kirchner convirtió en el brindis a Margarita Zavala Gómez del Campo en “la señora presidenta” y la periodista Olga Wornat destacó entre las invitadas al almuerzo del alcázar de Chapultepec.

Fórmulas políticas y electorales argentinas aparte, es pertinente subrayar que en territorio azteca la esposa del titular del Ejecutivo es solamente eso. O cuando mucho esa cursilería del autoritarismo denominada primera dama.

Acuse de recibo

Insiste William Rodríguez Blanco: “Diría mi padre, el buen periodista es el que escribe lo malo incluyendo lo que así haga el que escribe. Dice usted Utopía, eso es pensar en algo que no va a ocurrir, y así será si ustedes con su política del no, quieran llegar al poder”...

Para el doctor Enrique Bonilla Rodríguez: “Tus comentarios en general, en la columna Utopía de la revista Forum, me parecen excelentes, sencillos, comprensibles, reales y profundos, que en realidad me da envidia la facilidad que tienes para escribir. Con relación al señor Rodríguez Blanco te puedo asegurar que es un destacado panista o priísta con canonjías”...

La abogada y periodista Lilia Cisneros Luján sugiere: “Comentarios como el de William, nos llegan a diario, yo creo que no vale la pena ni publicarlos; simplemente tomar en cuenta que si duele es porque estamos poniendo el dedo en la llaga, por eso se ensañan, atacan y demuestran de paso su muy limitada cultura (cuando menos en lo que concierne a quien eres tú). Un saludo, mi afecto, respeto y por supuesto el exhorto: sigamos adelante aun con el aullido de quienes no ven más allá de los intereses de los pocos”.

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