Por Iván H.
Viernes 11 de enero de 2008. 14:43 horas. Poco más de 700 elementos de las fuerzas especiales de la policía estatal y miembros del Ejército Mexicano recuperaron las instalaciones de la mina de Cananea, luego de que los trabajadores mantuvieran la huelga desde julio del año pasado, misma que fue declarada como inexistente por la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje. Sin embargo, el asunto se tornó gris, ya que dicha recuperación de las instalaciones provocó disturbios y diversas manifestaciones de descontento entre los huelguistas, lo cual condujo a enfrentamientos entre éstos y los efectivos. Según afirmaron fuentes extraoficiales, hay alrededor de cinco detenidos, cinco heridos y cuatro desaparecidos. De acuerdo con el líder sindical, cerca de 800 huelguistas se encontraban reunidos cuando las autoridades policiales y del ejército irrumpieron en las instalaciones y, mediante el empleo de la violencia física y el uso de balas de goma, gases lacrimógenos, toletes y piedras, comenzaron a dispersar a los mineros que ahí se encontraban.
Así, las instalaciones de la mina de Cananea han sido recuperadas, pero aquí la pregunta es ¿a qué costo? Y es que a veces la memoria parece ser demasiado dispersa y corta, y los hechos históricos se nos olvidan.
Basta recordar que e n 1905 se había publicado el manifiesto de la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano, una agrupación liberal que comenzaba a transitar al anarquismo , que convocaba a formar y articular un movimiento para derrocar la dictadura de Porfirio Díaz. Dada la persecución política, los opositores a Díaz se veían obligados a organizarse en la clandestinidad o en el exilio .
El 1 de junio de 1906, más de 2000 trabajadores mexicanos en demanda de un salario equitativo al de sus compañeros mineros norteamericanos que también laboraban en la Green Consolidated Mining Company (GCMC) y jornadas de trabajo más justas, presentaron un pliego petitorio a William C. Greene, quien al ver las peticiones, rechazó las demandas. Entonces los mineros decidieron llamar a Huelga, un acto nunca visto en la historia de México y que vendría a marcar un hito en la época Porfiriana . Los huelguistas portaban como símbolos la bandera de México y un estandarte con un billete de cinco pesos, cantidad demandada como salario mínimo. El movimiento estaría encabezado por los trabajadores Juan José Ríos , Manuel M. Diéguez y Esteban Baca Calderón , quienes llamarían a sus compañeros mineros al cese de actividades laborales justo al momento de salir de las oficinas de negociación con la negativa de Greene.
Una vez iniciado el movimiento de huelga , la masa de trabajadores se dirigía a protestar, sin saber que cuando al pasar a un costado de la maderería de la compañía diversos trabajadores norteamericanos comenzaron a descargar sus fusilas en contra de los huelguistas. En respuesta a esta agresión los mineros mexicanos atacaron con lo que disponían en el momento y a pedradas mataron a varios mineros estadounidenses, lo que desataría por completo la batalla entre mineros de las dos nacionalidades. Los trabajadores estadounidenses persiguieron a los mexicanos a lo largo del pueblo expulsándolos hacía la serranía de los alrededores, sin embargo en su camino los mexicanos lograron quemar la maderería donde aquellos laboraban.
En protesta por estos actos, Greene acudió al cónsul estadounidense, quien pidió apoyo al gobierno del vecino estado de Arizona ; en respuesta a su petición se envió un grupo de rangers para controlar la situación, de este modo, el 2 de junio estos entrarían armados a territorio mexicano para custodiar la tienda de raya y las instalaciones de la minera, así como perseguir y asesinar con el apoyo de la policía rural porfirista, a todo huelguista que pusiera resistencia. Los mineros acudieron al gobernador de Sonora para exponer sus demandas, pero en el trayecto fueron agredidos por los rangers y se extendió el combate en el poblado; por la noche las tropas estadounidenses tuvieron que ser reembarcadas a su país.
El 3 de junio se declaró Ley marcial en Cananea y el movimiento quedó casi controlado, los líderes mineros como Baca Calderón y otros integrantes del Partido Liberal Mexicano fueron aprehendidos y enviados a prisión política en San Juan de Ulúa . El saldo que arrojaron las dos jornadas de lucha fue de 23 muertos y 22 heridos, más de 50 personas detenidas y cientos que huyeron por temor.
El 4 de junio las actividades mineras regresarían a su normalidad, los trabajadores fueron sometidos y la incompetencia del entonces gobernador de Sonora Rafael Izábal se dejó ver, sin embargo el primer destello de luz de la Revolución se había dado en un pequeño poblado al norte del Estado de Sonora.
No sólo en 1906 hemos visto la censura y el atropellamiento a los derechos humanos. Ahora, mas de 100 años después y teniendo en el poder al que pretende controlar de forma absoluta todos y cada uno de los ámbitos de nuestro país, nos encontramos con una situación muy parecida. Veamos que es lo que nos prepara la historia y no nos sorprendamos si este nuevo acontecimiento en Cananea es un faro más que se enciende en la lucha revolucionaria, tal como lo hizo hace un siglo. Preparemos los sentidos y el espíritu, puesto que la lucha aún continúa.
Viernes 11 de enero de 2008. 14:43 horas. Poco más de 700 elementos de las fuerzas especiales de la policía estatal y miembros del Ejército Mexicano recuperaron las instalaciones de la mina de Cananea, luego de que los trabajadores mantuvieran la huelga desde julio del año pasado, misma que fue declarada como inexistente por la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje. Sin embargo, el asunto se tornó gris, ya que dicha recuperación de las instalaciones provocó disturbios y diversas manifestaciones de descontento entre los huelguistas, lo cual condujo a enfrentamientos entre éstos y los efectivos. Según afirmaron fuentes extraoficiales, hay alrededor de cinco detenidos, cinco heridos y cuatro desaparecidos. De acuerdo con el líder sindical, cerca de 800 huelguistas se encontraban reunidos cuando las autoridades policiales y del ejército irrumpieron en las instalaciones y, mediante el empleo de la violencia física y el uso de balas de goma, gases lacrimógenos, toletes y piedras, comenzaron a dispersar a los mineros que ahí se encontraban.
Así, las instalaciones de la mina de Cananea han sido recuperadas, pero aquí la pregunta es ¿a qué costo? Y es que a veces la memoria parece ser demasiado dispersa y corta, y los hechos históricos se nos olvidan.
Basta recordar que e n 1905 se había publicado el manifiesto de la Junta Organizadora del Partido Liberal Mexicano, una agrupación liberal que comenzaba a transitar al anarquismo , que convocaba a formar y articular un movimiento para derrocar la dictadura de Porfirio Díaz. Dada la persecución política, los opositores a Díaz se veían obligados a organizarse en la clandestinidad o en el exilio .
El 1 de junio de 1906, más de 2000 trabajadores mexicanos en demanda de un salario equitativo al de sus compañeros mineros norteamericanos que también laboraban en la Green Consolidated Mining Company (GCMC) y jornadas de trabajo más justas, presentaron un pliego petitorio a William C. Greene, quien al ver las peticiones, rechazó las demandas. Entonces los mineros decidieron llamar a Huelga, un acto nunca visto en la historia de México y que vendría a marcar un hito en la época Porfiriana . Los huelguistas portaban como símbolos la bandera de México y un estandarte con un billete de cinco pesos, cantidad demandada como salario mínimo. El movimiento estaría encabezado por los trabajadores Juan José Ríos , Manuel M. Diéguez y Esteban Baca Calderón , quienes llamarían a sus compañeros mineros al cese de actividades laborales justo al momento de salir de las oficinas de negociación con la negativa de Greene.
Una vez iniciado el movimiento de huelga , la masa de trabajadores se dirigía a protestar, sin saber que cuando al pasar a un costado de la maderería de la compañía diversos trabajadores norteamericanos comenzaron a descargar sus fusilas en contra de los huelguistas. En respuesta a esta agresión los mineros mexicanos atacaron con lo que disponían en el momento y a pedradas mataron a varios mineros estadounidenses, lo que desataría por completo la batalla entre mineros de las dos nacionalidades. Los trabajadores estadounidenses persiguieron a los mexicanos a lo largo del pueblo expulsándolos hacía la serranía de los alrededores, sin embargo en su camino los mexicanos lograron quemar la maderería donde aquellos laboraban.
En protesta por estos actos, Greene acudió al cónsul estadounidense, quien pidió apoyo al gobierno del vecino estado de Arizona ; en respuesta a su petición se envió un grupo de rangers para controlar la situación, de este modo, el 2 de junio estos entrarían armados a territorio mexicano para custodiar la tienda de raya y las instalaciones de la minera, así como perseguir y asesinar con el apoyo de la policía rural porfirista, a todo huelguista que pusiera resistencia. Los mineros acudieron al gobernador de Sonora para exponer sus demandas, pero en el trayecto fueron agredidos por los rangers y se extendió el combate en el poblado; por la noche las tropas estadounidenses tuvieron que ser reembarcadas a su país.
El 3 de junio se declaró Ley marcial en Cananea y el movimiento quedó casi controlado, los líderes mineros como Baca Calderón y otros integrantes del Partido Liberal Mexicano fueron aprehendidos y enviados a prisión política en San Juan de Ulúa . El saldo que arrojaron las dos jornadas de lucha fue de 23 muertos y 22 heridos, más de 50 personas detenidas y cientos que huyeron por temor.
El 4 de junio las actividades mineras regresarían a su normalidad, los trabajadores fueron sometidos y la incompetencia del entonces gobernador de Sonora Rafael Izábal se dejó ver, sin embargo el primer destello de luz de la Revolución se había dado en un pequeño poblado al norte del Estado de Sonora.
No sólo en 1906 hemos visto la censura y el atropellamiento a los derechos humanos. Ahora, mas de 100 años después y teniendo en el poder al que pretende controlar de forma absoluta todos y cada uno de los ámbitos de nuestro país, nos encontramos con una situación muy parecida. Veamos que es lo que nos prepara la historia y no nos sorprendamos si este nuevo acontecimiento en Cananea es un faro más que se enciende en la lucha revolucionaria, tal como lo hizo hace un siglo. Preparemos los sentidos y el espíritu, puesto que la lucha aún continúa.
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