En los postreros días dice Jehová haré temblar las economías de las naciones y el efecto "dominó" ¡ya empezó!, esto traerá una cadena de repercusiones mundialmente, en la gran tribulación el salario del trabajador será muy bajo y los resultados serán más hambre y mortandad con un escenario espantoso, morirá la cuarta parte de la población mundial... Hageo 2:6-9, Santiago 5:1-8 y Apocalipsis 6:5-8
Para escapar de los problemas en Estados Unidos, los inversionistas se han abalanzado sobre las acciones de las economías de rápido crecimiento como China, India y Brasil. Estos mercados, sin embargo, tal vez no ofrezcan el resguardo esperado.
En los últimos meses, a medida que el panorama estadounidense se nubla, los inversionistas han comenzado a cuestionar si los mercados emergentes se pueden "desacoplar" del tren económico estadounidense, es decir, que continúen creciendo conforme a las expectativas pese a una desaceleración en EE.UU. Además, aunque estas economías resistan, tal vez sus bolsas no lo hagan. Estas, en vez de desligarse de EE.UU., se están conectando cada vez más.
La preocupación por las crecientes probabilidades de que EE.UU. entre en recesión se ha expandido por todo el planeta. Los índices de referencia en Corea del Sur, Tailandia, Turquía y Brasil han caído un 8% o más en lo que va del año. El Índice Internacional de Mercados Emergentes de Morgan Stanley Capital cayó 4% en dólares hasta el martes. Ayer, los indicadores líderes de la Bolsa de México y la Bolsa de San Pablo vieron un declive de 2,2 y 1,9%, respectivamente.
La tendencia revierte el desempeño estelar del año pasado y es una mala noticia para los inversionistas que han considerado a estos mercados como refugios seguros contra la crisis del crédito y el sector inmobiliario que afectan a EE.UU. y Europa.
Aún hay muchas cosas buenas en las economías emergentes. Estos mercados han mejorado significativamente su habilidad para capear las debilidades de la economía estadounidense. En general, sus finanzas están en un pie mucho más sólido que en el pasado. En conjunto, los mercados emergentes cuentan con reservas en torno a los US$ 4,1 billones (millones de millones) en las arcas de sus bancos centrales, lo que hace que sea poco probable que se repitan crisis pasadas. También han reducido su deuda externa. A su vez, los consumidores locales están jugando un papel más importante en el crecimiento económico, lo que ayuda a contrarrestar la dependencia de las exportaciones.
Las economías emergentes "estarán bien siempre y cuando EE.UU. tenga una gripe y no una neumonía", predice Ignacio Sosa de OneWorld Investments, un fondo de cobertura especializado en los mercados emergentes.
Sin embargo, sus lazos comerciales y financieros con el resto del mundo han crecido desde la última vez que EE.UU. experimentó una recesión. Eso es especialmente válido en el caso de Asia. Las exportaciones representaron un 44% del total de la producción económica asiática en 2002. En 2005, alcanzaron el 55% del producto, según el Banco de Desarrollo Asiático. Aunque el comercio intra-asiático ha crecido, cerca del 60% de las exportaciones asiáticas van a parar a EE.UU., Europa y Japón.
Así que a medida que crece a la posibilidad de una recesión en EE.UU., los economistas e inversionistas se están replanteando la idea de que estas economías pueden defenderse por sí mismas. El mes pasado, Gray Newman, el principal economista para Latinoamérica de Morgan Stanley, publicó un informe en el que se apartaba de la visión que la firma tenía de la región, diciendo que el crecimiento podría estar por debajo de las predicciones de la firma.
En un texto aparte Newman escribió: "Me preocupa que todo el impacto (de una recesión en EE.UU.) haya sido subestimado por mis colegas en las economías emergentes y en nuestro equipo de commodities".Morgan Stanley predice una recesión tenue en EE.UU. y un escenario más pesimista para Europa y Japón, pero "el desacoplamiento parece ser la palabra a la que hay que prestarle atención", entre sus expertos cuando se trata de economías emergentes, dijo Newman en su informe.
Una semana después, el equipo de acciones del banco cambió de estrategia en Brasil, aconsejando a los inversionistas que redujeran su exposición por debajo de lo que indica el índice MSCI de mercados emergentes, un indicador de referencia muy popular.
Algunos inversionistas concuerdan en que la percepción generalizada sobre el desacoplamiento está equivocada. "Se está creando un mito" que dice que las economías emergentes, especialmente las de Asia, pueden desacoplarse del resto del mundo", observa Harry Krensky de Atlas Capital Management, un fondo de cobertura dedicado a los mercados emergentes. "No creo que esta historia vaya a funcionar."
Krensky opina que las acciones de los mercados emergentes serán vulnerables si la desaceleración estadounidense empuja a los habitantes de ese país a reducir su consumo.
Después de predecir avances de 25% en las bolsas latinoamericanas en 2008, Citibank publicó un informe esta semana que se pregunta que sucedería en caso de que EE.UU. caiga en recesión. El documento señala que, de darse este escenario, la región podría enfrentar pérdidas de igual tamaño. Newman y un colega construyeron un modelo computacional que calculó cuál habría sido el crecimiento latinoamericano en los últimos años si no hubieran existido condiciones globales tan benignas. En vez de haber crecido 8,8% al año, la expansión de Argentina habría sido de 3,7%. Brasil habría perdido 1,6 puntos porcentuales de crecimiento, borrando en gran medida las ganancias recientes que han impulsado al alza su mercado. Newman cree que "todo el impacto" de una recensión en EE.UU. ha sido "subestimado por la mayoría de los observadores regionales".
Por Joanna Slater y Antonio Regalado
Para escapar de los problemas en Estados Unidos, los inversionistas se han abalanzado sobre las acciones de las economías de rápido crecimiento como China, India y Brasil. Estos mercados, sin embargo, tal vez no ofrezcan el resguardo esperado.
En los últimos meses, a medida que el panorama estadounidense se nubla, los inversionistas han comenzado a cuestionar si los mercados emergentes se pueden "desacoplar" del tren económico estadounidense, es decir, que continúen creciendo conforme a las expectativas pese a una desaceleración en EE.UU. Además, aunque estas economías resistan, tal vez sus bolsas no lo hagan. Estas, en vez de desligarse de EE.UU., se están conectando cada vez más.
La preocupación por las crecientes probabilidades de que EE.UU. entre en recesión se ha expandido por todo el planeta. Los índices de referencia en Corea del Sur, Tailandia, Turquía y Brasil han caído un 8% o más en lo que va del año. El Índice Internacional de Mercados Emergentes de Morgan Stanley Capital cayó 4% en dólares hasta el martes. Ayer, los indicadores líderes de la Bolsa de México y la Bolsa de San Pablo vieron un declive de 2,2 y 1,9%, respectivamente.
La tendencia revierte el desempeño estelar del año pasado y es una mala noticia para los inversionistas que han considerado a estos mercados como refugios seguros contra la crisis del crédito y el sector inmobiliario que afectan a EE.UU. y Europa.
Aún hay muchas cosas buenas en las economías emergentes. Estos mercados han mejorado significativamente su habilidad para capear las debilidades de la economía estadounidense. En general, sus finanzas están en un pie mucho más sólido que en el pasado. En conjunto, los mercados emergentes cuentan con reservas en torno a los US$ 4,1 billones (millones de millones) en las arcas de sus bancos centrales, lo que hace que sea poco probable que se repitan crisis pasadas. También han reducido su deuda externa. A su vez, los consumidores locales están jugando un papel más importante en el crecimiento económico, lo que ayuda a contrarrestar la dependencia de las exportaciones.
Las economías emergentes "estarán bien siempre y cuando EE.UU. tenga una gripe y no una neumonía", predice Ignacio Sosa de OneWorld Investments, un fondo de cobertura especializado en los mercados emergentes.
Sin embargo, sus lazos comerciales y financieros con el resto del mundo han crecido desde la última vez que EE.UU. experimentó una recesión. Eso es especialmente válido en el caso de Asia. Las exportaciones representaron un 44% del total de la producción económica asiática en 2002. En 2005, alcanzaron el 55% del producto, según el Banco de Desarrollo Asiático. Aunque el comercio intra-asiático ha crecido, cerca del 60% de las exportaciones asiáticas van a parar a EE.UU., Europa y Japón.
Así que a medida que crece a la posibilidad de una recesión en EE.UU., los economistas e inversionistas se están replanteando la idea de que estas economías pueden defenderse por sí mismas. El mes pasado, Gray Newman, el principal economista para Latinoamérica de Morgan Stanley, publicó un informe en el que se apartaba de la visión que la firma tenía de la región, diciendo que el crecimiento podría estar por debajo de las predicciones de la firma.
En un texto aparte Newman escribió: "Me preocupa que todo el impacto (de una recesión en EE.UU.) haya sido subestimado por mis colegas en las economías emergentes y en nuestro equipo de commodities".Morgan Stanley predice una recesión tenue en EE.UU. y un escenario más pesimista para Europa y Japón, pero "el desacoplamiento parece ser la palabra a la que hay que prestarle atención", entre sus expertos cuando se trata de economías emergentes, dijo Newman en su informe.
Una semana después, el equipo de acciones del banco cambió de estrategia en Brasil, aconsejando a los inversionistas que redujeran su exposición por debajo de lo que indica el índice MSCI de mercados emergentes, un indicador de referencia muy popular.
Algunos inversionistas concuerdan en que la percepción generalizada sobre el desacoplamiento está equivocada. "Se está creando un mito" que dice que las economías emergentes, especialmente las de Asia, pueden desacoplarse del resto del mundo", observa Harry Krensky de Atlas Capital Management, un fondo de cobertura dedicado a los mercados emergentes. "No creo que esta historia vaya a funcionar."
Krensky opina que las acciones de los mercados emergentes serán vulnerables si la desaceleración estadounidense empuja a los habitantes de ese país a reducir su consumo.
Después de predecir avances de 25% en las bolsas latinoamericanas en 2008, Citibank publicó un informe esta semana que se pregunta que sucedería en caso de que EE.UU. caiga en recesión. El documento señala que, de darse este escenario, la región podría enfrentar pérdidas de igual tamaño. Newman y un colega construyeron un modelo computacional que calculó cuál habría sido el crecimiento latinoamericano en los últimos años si no hubieran existido condiciones globales tan benignas. En vez de haber crecido 8,8% al año, la expansión de Argentina habría sido de 3,7%. Brasil habría perdido 1,6 puntos porcentuales de crecimiento, borrando en gran medida las ganancias recientes que han impulsado al alza su mercado. Newman cree que "todo el impacto" de una recensión en EE.UU. ha sido "subestimado por la mayoría de los observadores regionales".
Por Joanna Slater y Antonio Regalado
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