PATRÓN LAVIADA, "TALAMANGLES"

ÍNDICE POLÍTICO

FRANCISCO RODRÍGUEZ

EL 26 DE OCTUBRE del 2007, hace tres meses, inversionistas hoteleros españoles se reunieron en Cancún con funcionarios de la Secretaría del Medio Ambiente de la administración federal para discutir la aplicación de las leyes ecológicas en nuestro país. Allí estuvo don Carmelo Angulo, excelentísimo embajador de España en México, quien se refirió a las "dificultades" que enfrentan los empresarios por la aplicación de estas leyes, las cuales prohíben la construcción de hoteles sobre mangles, con lo cual, enfatizó, se genera incertidumbre entre los inversionistas.

Un mes después, el 29 de noviembre de 2007, veloces senadores de Acción Nacional presentaron reformas a la Ley General de Vida Silvestre y a la Ley General del Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente, cuyo dictamen quedó en primera lectura justo cuando el Congreso decidió clausurar anticipadamente su periodo ordinario de sesiones e irse a celebrar las más recientes fiestas navideñas.

No obstante, hay presiones del Ejecutivo para que a la brevedad, esto es en las próximas dos o tres semanas, ya reunido otra vez el Congreso, se aprueben estas reformas que faciliten la destrucción de los manglares, que sirven como barreras naturales, zona de crianza y hábitat para diversas especies, filtración de contaminantes al mantener la calidad del agua y evitan la erosión de las costas.

De aprobarse las reformas, ¿ante quién se podrá presentar una queja, una denuncia, si hace apenas unos días el señor Felipe Calderón nombró a Patricio Patrón Laviada, cual procurador Federal de la Defensa del Ambiente? Un nombramiento que equivale casi casi a entregar la PGR, al "Mochaorejas". Con perdón del "Mochaorejas", claro.

Y es que, como mandatario de Yucatán, Patrón Laviada fue precisamente acusado de arrasar parte de la reserva forestal de Cuxtal para construir ahí un pabellón de exposiciones y una feria ganadera y artesanal en el no tan lejano 2004. Talabosques o mochaorejas. Pareciera ser lo mismo.

Patrón Laviada, quien no se caracteriza ni por su capacidad de gestión y mucho menos por su sensibilidad y contacto con la gente, continuará desde la Pprocuraduría de dizque Defensa del Ambiente, favoreciendo los intereses de grupos y personas poderosos, cual demostró al otorgar todo tipo de facilidades para la adquisición de antiguos cascos de hacienda que serían convertidos en lujosos y exclusivos hoteles, muchos de ellos con conveniente pista de aterrizaje al lado.

También en materia ecológica el país está a merced de los grandes intereses y, lo peor, de los compromisos políticos y económicos. No se busca llevar a cabo acciones que brinden resultados que aplaudan las mayorías. Se atienden nada más los compromisos o el pago de supuestos favores políticos.

No se atienen los gobernantes a la idoneidad para el cargo en el que son nombrados los aliados o los patrocinadores. Y se cae así en el vicio, cada vez más arraigado, de cometer uno y otro error político.

Y los errores cuestan. Se pagan caros.

Ya lo verá usted.