Por: Eduardo Ibarra Aguirre
Si el madrileño de nacimiento y gallego de origen, Juan Camilo Mouriño Terrazo -“me siento mexicano hasta la médula”, respondió a El Faro de Vigo y no el inconfundible soy-, escurrió el bulto sobre la propuesta de Andrés Manuel López Obrador para debatir públicamente sobre el futuro de Petróleos Mexicanos, la indisposición presidencial puede interpretarse, sin forzar nada, como absoluta.
Textualmente dijo el secretario de Gobernación más joven en la historia del país: “Respecto al debate, de AMLO, quiero reiterar el respeto por cualquier opinión de un líder social o de cualquier ciudadano en nuestro país”.
Seguramente la opinión de usted, amable lector, y la de este escribidor merecen tal respeto del exdiputado local y federal por Campeche que no sólo las desconoce sino las ignora.
La elusión de los temas y las preguntas periodísticas incómodas, con frecuencia conducen a los funcionarios públicos al uso de frases y lugares comunes que terminan por enredarlos en su fraseología.
Con la fórmula de “diálogo y más diálogo” –“política y más política”, decía el monólogo del candidato presidencial Carlos Salinas de Gortari-, la defensa del “estilo de gobierno que hasta ahora se ha llevado a cabo como un diálogo en lo oscurito, en todo caso ha sido un diálogo efectivo y es lo que debe importarnos”, Mouriño Terrazo rechazó sin atenuantes -como político y funcionario formado sólo en una década- cualquier posibilidad de interlocución directa con López Obrador, bajo el sofisma de que temas como la reforma energética deben ser discutidos en el Congreso de la Unión.
Las excluyentes respuestas del hijo de Carlos Mouriño Atanes, cabeza del poderoso y prospero Grupo Energético del Sureste, no sólo fueron vertidas en razón de la nueva responsabilidad institucional en el Palacio de Covián, sino en reacción a una grave y lacónica acusación del tabasqueño, contenida en cuatro puntos de un comunicado, de los que le comparto dos.
“1.Tengo información acerca de que hay un acuerdo entre las cúpulas del PRI y el PAN para entregar el petróleo a empresas extranjeras.
“2. Los promotores principales de este acto de traición a la patria son las siguientes personas: Felipe Calderón Hinojosa, Juan Camilo Mouriño Terrazo, Santiago Creel Miranda, Manlio Fabio Beltrones Rivera, Emilio Gamboa Patrón, Francisco Labastida Ochoa y Jesús Reyes Heroles González Garza”.
Frente a la denuncia sin matices, Emilio Gamboa Patrón sólo atinó a responder: “Lo que quiere es salir en los medios”. Mientras que al decir de Héctor Larios Córdova, a Obrador “le urge debatir con alguien”.
Con el dizque “nuevo estilo de dialogo en lo oscurito”, la soberbia característica de los efebos de Calderón Hinojosa, la interlocución sólo con los que apuestan por las reformas de segunda y tercera generaciones del panismo, en alianza estratégica y transexenal con el priísmo, el grupo gobernante se dispone a excluir en forma facciosa a buena parte de la ciudadanía y de la oposición social y política en la toma de decisiones trascendentales.
El emplazamiento presentado el lunes 14 “a un debate público para demostrar con datos e información objetiva que no hay ninguna justificación técnica o financiera para privatizar la industria petrolera del país, sino el simple interés y la ambición de una minoría rapaz para apropiarse de un recurso que es de todos los mexicanos”, no tiene por ahora ninguna viabilidad, salvo que los actores sociales y políticos identificados con esta iniciativa logren conquistar en las plazas y calles el elemental derecho a que la suerte de los vitales energéticos, en manos aún de la nación, se dirima de cara a la sociedad y no en los cenáculos del poder, donde hoy como ayer los intereses particulares, nacionales y extranjeros, son sobrepuestos a los de México.
Si el madrileño de nacimiento y gallego de origen, Juan Camilo Mouriño Terrazo -“me siento mexicano hasta la médula”, respondió a El Faro de Vigo y no el inconfundible soy-, escurrió el bulto sobre la propuesta de Andrés Manuel López Obrador para debatir públicamente sobre el futuro de Petróleos Mexicanos, la indisposición presidencial puede interpretarse, sin forzar nada, como absoluta.
Textualmente dijo el secretario de Gobernación más joven en la historia del país: “Respecto al debate, de AMLO, quiero reiterar el respeto por cualquier opinión de un líder social o de cualquier ciudadano en nuestro país”.
Seguramente la opinión de usted, amable lector, y la de este escribidor merecen tal respeto del exdiputado local y federal por Campeche que no sólo las desconoce sino las ignora.
La elusión de los temas y las preguntas periodísticas incómodas, con frecuencia conducen a los funcionarios públicos al uso de frases y lugares comunes que terminan por enredarlos en su fraseología.
Con la fórmula de “diálogo y más diálogo” –“política y más política”, decía el monólogo del candidato presidencial Carlos Salinas de Gortari-, la defensa del “estilo de gobierno que hasta ahora se ha llevado a cabo como un diálogo en lo oscurito, en todo caso ha sido un diálogo efectivo y es lo que debe importarnos”, Mouriño Terrazo rechazó sin atenuantes -como político y funcionario formado sólo en una década- cualquier posibilidad de interlocución directa con López Obrador, bajo el sofisma de que temas como la reforma energética deben ser discutidos en el Congreso de la Unión.
Las excluyentes respuestas del hijo de Carlos Mouriño Atanes, cabeza del poderoso y prospero Grupo Energético del Sureste, no sólo fueron vertidas en razón de la nueva responsabilidad institucional en el Palacio de Covián, sino en reacción a una grave y lacónica acusación del tabasqueño, contenida en cuatro puntos de un comunicado, de los que le comparto dos.
“1.Tengo información acerca de que hay un acuerdo entre las cúpulas del PRI y el PAN para entregar el petróleo a empresas extranjeras.
“2. Los promotores principales de este acto de traición a la patria son las siguientes personas: Felipe Calderón Hinojosa, Juan Camilo Mouriño Terrazo, Santiago Creel Miranda, Manlio Fabio Beltrones Rivera, Emilio Gamboa Patrón, Francisco Labastida Ochoa y Jesús Reyes Heroles González Garza”.
Frente a la denuncia sin matices, Emilio Gamboa Patrón sólo atinó a responder: “Lo que quiere es salir en los medios”. Mientras que al decir de Héctor Larios Córdova, a Obrador “le urge debatir con alguien”.
Con el dizque “nuevo estilo de dialogo en lo oscurito”, la soberbia característica de los efebos de Calderón Hinojosa, la interlocución sólo con los que apuestan por las reformas de segunda y tercera generaciones del panismo, en alianza estratégica y transexenal con el priísmo, el grupo gobernante se dispone a excluir en forma facciosa a buena parte de la ciudadanía y de la oposición social y política en la toma de decisiones trascendentales.
El emplazamiento presentado el lunes 14 “a un debate público para demostrar con datos e información objetiva que no hay ninguna justificación técnica o financiera para privatizar la industria petrolera del país, sino el simple interés y la ambición de una minoría rapaz para apropiarse de un recurso que es de todos los mexicanos”, no tiene por ahora ninguna viabilidad, salvo que los actores sociales y políticos identificados con esta iniciativa logren conquistar en las plazas y calles el elemental derecho a que la suerte de los vitales energéticos, en manos aún de la nación, se dirima de cara a la sociedad y no en los cenáculos del poder, donde hoy como ayer los intereses particulares, nacionales y extranjeros, son sobrepuestos a los de México.
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