• Dos motores y un tsunami
• El zape a Creel
Se deben reconocer, mi estimado, los errores a tiempo antes de que otros los exalten. Los augurios del hoyo negro en la economía estadunidense siguen, a medida que avanzan los días, desatando nerviosismo y contagiando, no sólo a los mercados internacionales que han tenido ligeras bocanadas de oxígeno, sino a la clase política y empresarial de varios países.
Las alarmas hace algún tiempo suenan, pero en Davos, Suiza, epicentro del original Foro Económico Mundial, fue escaparate ideal para que diversas voces, reconocidas, alerten sobre los riesgos reales de la recesión norteamericana y su peligroso impacto en las finanzas y crecimiento de México.
Mientras aquí, my friend, Felipe Calderón y Agustín Carstens juegan fanfarroneando, entre otras linduras, estupideces mecánicas como la de prender los motores, y que su Plan B para enfrentar el seductor tsunami serán los excedentes petroleros —rubro donde un poco de transparencia ayudaría para saber dónde ha quedado la millonaria bolita de oro negro— para que nuestra economía no se desfonde, perdón, (fuckin’ monday) sortee el ocurrente vendaval.
Ejemplos de los planes B de este régimen comienzan a amontonarse para el libro anecdótico del achispado Gymboree donde, ante una crisis, las salidas (y neuronas) parecen bloquearse con cierta facilidad y el control de daños oscila entre lo grotesco y el absurdo resultándoles más caro el caldo mediático que las albóndigas.
Uno de esos deliciosos botones fue la estrepitosa y desenfrenada llegada de Juan Camilo Mouriño a Bucareli cuando su destino final era Sedesol, mientras el buen Ernesto Cordero iba derechito sin escalas a... Economía. Los respectivos titulares ya sabían del magnífico plan pero, como usted ya sabe mi estimado, Ramírez Acuña voló el tablero de los cambios presidenciales, presentando su renuncia, al habérsele negado su petición para regresarle las facultades políticas a Gobernación cuyas riendas llevaba el cabecilla del Gymboree, favorito de Felipe en Los Pinos, Juan Camilo.
Por eso el curiosito retraso en los nombramientos de varios subsecretarios en Gobernación —ya ni hablar del cinismo y/o ignorancia total de Mouriño nombrando a su Oficial Mayor—, donde finalmente ayer se dieron a conocer entre los que destacan ¿el regreso? del Cabeza de Vaca notarial en el jurídico, Ana Tere Aranda en Migración y Asuntos Religiosos, e Irma Pía Luna (palomeada por Televisa) en Normatividad de Medios.
El Plan B orquestado a tropezones por Felipe para atender la crisis de la renuncia de Francisco logró que en el gabinete federal se desataran el chongo (common indeed), que entre panistas aflorara molestia y que la cascada de rumores desatara la velada guerra interna que hace luna(s) mantienen funcionarios de alto nivel... y que hizo su primer clímax con el caso del atentado contra José Luis Santiago Vasconcelos... donde se mezclan sugestivos hechos de diciembre y enero y donde hay elementos suficientes —y diferentes— de narcotráfico... y guerrilla, además de otras espléndidas líneas de investigación... que han encendido focos rojos bilaterales.
En medio del incontrolable jolgorio mediático, García Luna envió atentos saludos, Medina Mora se pegó a la pared, Santiago Vasconcelos no suelta el micrófono, y la información de los detenidos ponen a más de uno en un seductor predicamento...
Quizá por el cúmulo de datos, my friend, que tuvieron originales escalas antes de su destino final. Porque el tipo de arsenal, los gadgets y los detenidos —donde hubo fugas y hay uno MIA— dieron, digamos, márgenes para tejer una versión federal... que pudiera derivar en altos riesgos en la toma de estrictas decisiones en materia de seguridad nacional.
Sobre todo en estos tiempos de intensa volatilidad, pirotecnia, cortinas de humo y cascadas, no, no... mares de entretenidas detenciones ligadas a la traviesa delincuencia que parece estar organizando special deliveries de cara al día de la amistad.
El problemita de tanto cariño y cooperación es que no hay Plan B... y para cuando se lo saquen de la manga, my friend, estará prendido, a todo lo que da... el ventilador.
Por la Mirilla
Germán Martínez le tiró ayer los dientes, perdón, la aspiración de ser epicentro mediático a Santiago Creel, que ya había anunciado que le entraría al debate energético con AMLO. Felipe Calderón, no... ¿Juan Camilo Mouriño?... y/o, es igual... el líder del PAN en una pésima, tardía y mediocre estrategia desmarcó al blanquiazul del tema. No entendieron eso de que timing is everything (shitheads).
• El zape a Creel
Se deben reconocer, mi estimado, los errores a tiempo antes de que otros los exalten. Los augurios del hoyo negro en la economía estadunidense siguen, a medida que avanzan los días, desatando nerviosismo y contagiando, no sólo a los mercados internacionales que han tenido ligeras bocanadas de oxígeno, sino a la clase política y empresarial de varios países.
Las alarmas hace algún tiempo suenan, pero en Davos, Suiza, epicentro del original Foro Económico Mundial, fue escaparate ideal para que diversas voces, reconocidas, alerten sobre los riesgos reales de la recesión norteamericana y su peligroso impacto en las finanzas y crecimiento de México.
Mientras aquí, my friend, Felipe Calderón y Agustín Carstens juegan fanfarroneando, entre otras linduras, estupideces mecánicas como la de prender los motores, y que su Plan B para enfrentar el seductor tsunami serán los excedentes petroleros —rubro donde un poco de transparencia ayudaría para saber dónde ha quedado la millonaria bolita de oro negro— para que nuestra economía no se desfonde, perdón, (fuckin’ monday) sortee el ocurrente vendaval.
Ejemplos de los planes B de este régimen comienzan a amontonarse para el libro anecdótico del achispado Gymboree donde, ante una crisis, las salidas (y neuronas) parecen bloquearse con cierta facilidad y el control de daños oscila entre lo grotesco y el absurdo resultándoles más caro el caldo mediático que las albóndigas.
Uno de esos deliciosos botones fue la estrepitosa y desenfrenada llegada de Juan Camilo Mouriño a Bucareli cuando su destino final era Sedesol, mientras el buen Ernesto Cordero iba derechito sin escalas a... Economía. Los respectivos titulares ya sabían del magnífico plan pero, como usted ya sabe mi estimado, Ramírez Acuña voló el tablero de los cambios presidenciales, presentando su renuncia, al habérsele negado su petición para regresarle las facultades políticas a Gobernación cuyas riendas llevaba el cabecilla del Gymboree, favorito de Felipe en Los Pinos, Juan Camilo.
Por eso el curiosito retraso en los nombramientos de varios subsecretarios en Gobernación —ya ni hablar del cinismo y/o ignorancia total de Mouriño nombrando a su Oficial Mayor—, donde finalmente ayer se dieron a conocer entre los que destacan ¿el regreso? del Cabeza de Vaca notarial en el jurídico, Ana Tere Aranda en Migración y Asuntos Religiosos, e Irma Pía Luna (palomeada por Televisa) en Normatividad de Medios.
El Plan B orquestado a tropezones por Felipe para atender la crisis de la renuncia de Francisco logró que en el gabinete federal se desataran el chongo (common indeed), que entre panistas aflorara molestia y que la cascada de rumores desatara la velada guerra interna que hace luna(s) mantienen funcionarios de alto nivel... y que hizo su primer clímax con el caso del atentado contra José Luis Santiago Vasconcelos... donde se mezclan sugestivos hechos de diciembre y enero y donde hay elementos suficientes —y diferentes— de narcotráfico... y guerrilla, además de otras espléndidas líneas de investigación... que han encendido focos rojos bilaterales.
En medio del incontrolable jolgorio mediático, García Luna envió atentos saludos, Medina Mora se pegó a la pared, Santiago Vasconcelos no suelta el micrófono, y la información de los detenidos ponen a más de uno en un seductor predicamento...
Quizá por el cúmulo de datos, my friend, que tuvieron originales escalas antes de su destino final. Porque el tipo de arsenal, los gadgets y los detenidos —donde hubo fugas y hay uno MIA— dieron, digamos, márgenes para tejer una versión federal... que pudiera derivar en altos riesgos en la toma de estrictas decisiones en materia de seguridad nacional.
Sobre todo en estos tiempos de intensa volatilidad, pirotecnia, cortinas de humo y cascadas, no, no... mares de entretenidas detenciones ligadas a la traviesa delincuencia que parece estar organizando special deliveries de cara al día de la amistad.
El problemita de tanto cariño y cooperación es que no hay Plan B... y para cuando se lo saquen de la manga, my friend, estará prendido, a todo lo que da... el ventilador.
Por la Mirilla
Germán Martínez le tiró ayer los dientes, perdón, la aspiración de ser epicentro mediático a Santiago Creel, que ya había anunciado que le entraría al debate energético con AMLO. Felipe Calderón, no... ¿Juan Camilo Mouriño?... y/o, es igual... el líder del PAN en una pésima, tardía y mediocre estrategia desmarcó al blanquiazul del tema. No entendieron eso de que timing is everything (shitheads).
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