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24 enero 2008

Romanticismo trasnochado

Rosaura Barahona 24 Ene. 08 El Norte / REFORMA

En un número reciente de la revista Proceso (No. 1628) aparece una investigación sobre la Enciclomedia que deprimirá a muchos, sobre todo a los románticos trasnochados que insistimos en creer, a pesar de todas las evidencias recientes y añejas, que algún día alguien llegará a gobernar honestamente. Y al decir eso no me refiero sólo a que no roben, sino a que nos digan la verdad.

Durante el reinado del PRI había siempre planes extraordinarios para sacar de algo a los pobres o a los indígenas. Por ejemplo, crear hospitales en las zonas rurales. Se construían algunos, pero a la hora de informar se reportaban más de los que funcionaban.

En alguna ocasión, el Presidente en turno iba a inaugurar varias clínicas y dispensarios. Como en muchos sitios no había luz eléctrica, iba un grupo de avanzada, entraba al pueblo, ponía una planta de luz, llegaba el Presidente, movía la palanca, se encendía la lámpara del quirófano, le tomaban la foto y empezaban los aplausos y saludos.

Mientras, los tramposos desconectaban la planta, corrían y repetían el numerito en el siguiente poblado. Es decir, había testigos y documentos del funcionamiento de las clínicas que, de hecho, no funcionaban.

En otra ocasión fue la suficiencia alimenticia y se gastaron millones en dotar a muchas familias rurales de chivos y gallinas. Pasó lo mismo. El grupo de avanzada llevaba los mismos animales de un lugar a otro y se repetía la entrega, la foto, los discursos, los saludos y la desaparición de los animales. A las familias "ayudadas" se les prometía que pronto llegarían sus animales verdaderos, pero claro, nunca llegaron.

Creímos que eso se había terminado, pero resulta que no. Proceso publicó: "Enciclomedia: costosas mentiras", de Patricia Dávila, con testimonios de algunas personas involucradas en el programa.

Kenneth Rosenzweig Espinal fue contratado para instalar el equipo en 120 de las 6 mil 843 aulas programadas para desarrollar el programa en Oaxaca. La orden que le dieron fue: "Ustedes instalen. Les van a dar una ruta. No importa si la escuela tiene ventanas, si tiene puertas, si tiene protecciones, si hay luz, si tiene techo, si van a instalar en la iglesia, en la escuela, en la casa del vecino, en un jacal o debajo de un árbol. Si hay quien selle y firme, instalan. La consigna fue reportar todo en operación, sin importar si funcionaba; de lo contrario, no pagaban".

Los horrores siguen. Lo de la planta de luz priista se repitió y a hora de las "inauguraciones" una brigada iba por delante, conectaba la planta de luz, encendía la Enciclomedia, foto, aplauso y desconexión para el que sigue.

Rosenzweig asegura que las 120 instalaciones que él hizo después de mayo de 2007 aparecen como instaladas por el Gobierno de Fox, pero no es verdad. Y nos cuenta cómo los instaladores debían capacitar a quienes se beneficiarían con el uso de la Enciclomedia, pero aunque él sí capacitaba, otros colegas le decían que ellos nada más les enseñaban a encenderla y apagarla... si había luz.

A mí me tocó ver una demostración de la Enciclomedia y me pareció excelente. Me dio mucho gusto por todos los mexicanos que, gracias a una tecnología avanzada, tendrían acceso a información de mayor calidad y más actualizada, estuvieran cerca o no de una oferta educativa de calidad.

Los costos del programa, altos, me parecieron justificados quizá porque las cantidades con muchos números son tan abstractas para mi mente que no alcanzo a darles su justo significado. Pero también porque cuando se gasta en educación, no me duele. Ojo: dije en educación, no en sindicatos de supuestos educadores que le chupan la sangre a este país desde hace años.

El cinismo es muy peligroso, pero en México a menudo es necesario. Alguien cercano a mí y menos romántico, ingenuo o tonto que yo, al ver mi entusiasmo por la Enciclomedia, me preguntó si no me imaginaba cuánto se habrían robado en el programa. Le respondí: "Mira, si roban y hacen algo en beneficio de muchos, me resigno porque la mayoría roba y no hace nada".

Pero resulta que quienes más lo necesitan no han sido beneficiados. A menos, claro, que salir en la foto frente a los chipocludos sea un beneficio.

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