Por Enrique Cisneros
Siguiendo la táctica neoliberal de quebrar y declarar en bancarrota lo que se va a privatizar, de manera cínica, Felipe Calderón decidió mostrar como incompetente al Ejército Mexicano, para implorar (y justificar) la entrada de los mandos militares gringos a México. Su pretexto fue que los militares mexicanos (y las policías nacionales) no pudieron contra lo que llama “delincuencia organizada” por lo que se arrastró ante los gringos para que aprueben la llamada Iniciativa Mérida (Plan México), remedo del Plan Colombia.
Por ello, mientras la PGR reconoce que no ha podido contra las “bandas criminales”, Gordon Johndroe, portavoz del Consejo de Seguridad estadounidense afirmó ayer que es urgente que “ la Casa Blanca asista al vecino del sur ”
Johndroe expuso que los hechos criminales que se han dado en México en los últimos días, confirmaron la necesidad de que se apruebe la Iniciativa Mérida , un plan a tres años por el que Estados Unidos aportará mil 400 millones de dólares a México y Centroamérica para luchar contra el narcotráfico y el crimen organizado. Para la Casa Blanca , es urgente que Estados Unidos asista a su "vecino del sur" y proteja con ello a los ciudadanos estadounidenses, dijo el funcionario gabacho.
Esto se complementa con declaraciones del procurador general de la república Eduardo medina Mora, quién afirmó que "por años, el crimen organizado captó y compró voluntades individuales para infiltrarse en las corporaciones de seguridad y justicia y en la sociedad, y mediante intimidación, impunidad, violencia y corrupción, se fue asentando a lo largo de los años" Paralelamente destacó la puesta en marcha el programa Oasis para reforzar la seguridad de la frontera, intentando no alarmar a los norteamericanos.
Esta medida de dar dinero a cambio de que se permita la entrada de los mandos militares a un país para supuestamente combatir el narcotráfico, pero dirigido hacia aniquilar las protestas sociales, ya se aplicó en Colombia con el nombre de Plan Colombia. Desde luego que en nada sirvió para combatir el narco y la delincuencia, pues en ella están involucrados los mismos mandos militares y los políticos colombianos, pero los enriqueció a cambio de entregar la soberanía nacional.
Los norteamericanos que pretenden ampliar su control militar en México, sobre todo para aplastar la resistencia popular, que entre otros rubros está defendiendo el petróleo mexicano, quieren aprovechar los acontecimientos para garantizar que no peligre el control que quieren ejercer sobre el petróleo mexicano. Ya desde el gobierno de Vicente Fox, con la firma de la llamada ASPAN, militares norteamericanos tienen injerencia directa en el control de aeropuertos, fronteras y el espacio aéreo mexicano.
Para vergüenza del ejército mexicano, los altos mandos se quedaron callados ante las declaraciones de incompetencia que hicieron ayer los funcionarios norteamericanos, mismas que responden a las recientes declaraciones de Felipe Calderón que hace unos días, en viaje por Estados Unidos suplicó al Congreso gringo que ya le apruebaran, por lo menos en lo inmediato, 500 millones de dólares.
En Colombia, los miles de millones de dólares han servido para corromper a los altos mandos militares y gubernamentales, que ante la mirada cínica de Estados Unidos, se reparten el botín producto de la venta de la soberanía nacional.
Pero hay algo que los gringos no han tomado en cuenta: que el pueblo mexicano está harto de esos vendepatrias y no sólo están cansados los mexicanos que viven de este lado de la frontera, sino millones de paisanos que habitan en el México ocupado: Texas, Arizona, California...
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