Los integrantes del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y del Partido de Acción Nacional (PAN) en la Comisión Permanente echaron a un lado la propuesta de varios sectores de realizar un referendo sobre la reforma energética, al finalizar el debate sobre el mismo.
Inmediatamente, Santiago Creel (líder de los senadores del PAN) desechó dicha posibilidad al declarar que no están atenidos a propuestas que vengan de fuera y que los únicos que podrán tomar la decisión de dicho tema son los legisladores.
Al mismo tiempo, Emlio Gamboa (coordinador de diputados del PRI) confesó lamentablemente: "En el Congreso de la Unión no vamos a dejar que nos mande López Obrador ni nadie", y tal vez la pregunta exacta para tal declaración sería: ¿acaso ni el pueblo?
Esta oposición al referendo sitúa los acontecimientos en un contexto donde está más que claro que el pueblo es lo que menos cuenta. Es de saberse que un referendo es un mecanismo de participación ciudadana que se utiliza para aprobar un proyecto de ley, de ordenanza o de resolución local de iniciativa popular. La votación no es por algún ‘candidato a algo’, sino por alguna modificación a la ley o a la Constitución.
La importancia del referendo reside en que el pueblo, los que realmente sufren de las decisiones de los de arriba, pueden decidir en lugar de dejarles todo a quienes ni la voz del pueblo se atreven a escuchar. La figura del referéndum es importante para combatir la politiquería barata y es beneficiosa en un tema tan importante como son los recursos energéticos de la nación.
Por eso es válida la pregunta que habrá que hacerle al señor Gamboa y a toda la bancada: ¿No permitirán que les mande nadie, ni el pueblo, al que se supone que representan? ¿Es esto una Democracia?
Inmediatamente, Santiago Creel (líder de los senadores del PAN) desechó dicha posibilidad al declarar que no están atenidos a propuestas que vengan de fuera y que los únicos que podrán tomar la decisión de dicho tema son los legisladores.
Al mismo tiempo, Emlio Gamboa (coordinador de diputados del PRI) confesó lamentablemente: "En el Congreso de la Unión no vamos a dejar que nos mande López Obrador ni nadie", y tal vez la pregunta exacta para tal declaración sería: ¿acaso ni el pueblo?
Esta oposición al referendo sitúa los acontecimientos en un contexto donde está más que claro que el pueblo es lo que menos cuenta. Es de saberse que un referendo es un mecanismo de participación ciudadana que se utiliza para aprobar un proyecto de ley, de ordenanza o de resolución local de iniciativa popular. La votación no es por algún ‘candidato a algo’, sino por alguna modificación a la ley o a la Constitución.
La importancia del referendo reside en que el pueblo, los que realmente sufren de las decisiones de los de arriba, pueden decidir en lugar de dejarles todo a quienes ni la voz del pueblo se atreven a escuchar. La figura del referéndum es importante para combatir la politiquería barata y es beneficiosa en un tema tan importante como son los recursos energéticos de la nación.
Por eso es válida la pregunta que habrá que hacerle al señor Gamboa y a toda la bancada: ¿No permitirán que les mande nadie, ni el pueblo, al que se supone que representan? ¿Es esto una Democracia?
Fuente: Machete Arte
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