Por Eduardo Ibarra Aguirre
De titular de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación –por nombre no paramos--, Alberto Cárdenas Jiménez pasó a autodenominarse líder y en tal condición presentar cuentas muy alegres y no reparar ante la crisis global en curso.
Para el ingeniero electricista y electrónico: ”(…) tuvimos un excelente año agropecuario, crecimos más que otros sectores de la economía, exportamos lo que nunca (oculta que incluyó la pesca) 15 mil millones de dólares, logramos un crecimiento del empleo e inversión, somos uno de los países en el mundo que menor impacto tuvieron a consecuencia de los precios de alimentos en su canasta básica y en la inflación”, presumió ante Matilde Pérez U. (La Jornada, 21-IV-08, p. 12), el convertido primero en experto de ecología y medio ambiente y ahora líder de la Sagarpa --previo papel de Caballo negro en 2005 con el padrinazgo de Lorenzo Servitje Sendra-- por obra y gracia del foxismo y de los compromisos que le pagó “el señor chaparrito, peloncito y de lentes”.
El alumno de la escuela del México de los triunfadores, cuyo director general es su jefe institucional y los primeros exitosos son Juan Camilo Mouriño Terrazo y César Nava Vázquez, el campo está dejando atrás “caminos viejos”, ése del “no puedo, soy un fracaso, dame más subsidios” --con los que privilegia a los consorcios exportadores del agro, pero los denomina apoyos--, recibió el 3 de mayo tremendo desmentido del Banco de México, donde la costosísima tecnoburocracia tiene mucha más idea de lo que sostiene que la propaganda del jalisciense de Zapotlán el Grande y con doctorado en la Universidad Politécnica de Madrid.
El alza sostenida de los precios internacionales de los productos alimentarios, significó para México un costo de 12 mil 898 millones de dólares por la compra en el exterior de 127 alimentos e insumos agropecuarios, destacadamente, maíz, trigo, soya, leche en polvo y semillas para la siembra.
De acuerdo al banco central que dirige Guillermo Ortiz Martínez, la cifra representa un aumento de 5 mil millones de dólares con respecto a 2005 (último año en que se tuvieron precios estables), incremento que superó las ganancias obtenidas por Petróleos Mexicanos –y que succionó Los Pinos a través de la Secretaría de Hacienda-- por concepto del excedente en las ventas de petróleo en el exterior, durante el año pasado y que fue de 4 mil 452 millones de dólares.
El alza generalizada de precios desató una crisis alimentaria en la aldea global que amenaza a mil millones de personas y colocó en situación de pobreza extrema a 100 millones de habitantes más en los últimos tres años. La Organización de las Naciones Unidas solicitó, para hacerle frente, 755 millones de dólares a los países donantes, cantidad ridícula frente al gigantesco gasto que realiza Estados Unidos para sostener, a sangre y fuego, la invasión de Irak y Afganistán, en este caso con sus aliados de la Organización del Tratado del Atlántico Norte.
El mantenimiento y reproducción en México del modelo de ventajas comparativas, refrendado en Luisiana, Nueva Orleáns, con la declinación de Felipe de Jesús Calderón Hinojosa a cualquier renegociación del capítulo agropecuario del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, mientras Canadá mostró disposición, profundiza la dependencia alimentaria de nuestro país de las importaciones de diversos productos, coloca a la nación en una coyuntura de alta vulnerabilidad --que sólo un líder como Cárdenas Jiménez puede subestimar-- ante la escasez de alimentos generada por presiones especulativas de las trasnacionales agroexportadoras y los intermediarios, factores climáticos, reducciones en los inventarios, altos precios en los hidrocarburos y la producción desaforada de biocombustibles en base al maíz.
De titular de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación –por nombre no paramos--, Alberto Cárdenas Jiménez pasó a autodenominarse líder y en tal condición presentar cuentas muy alegres y no reparar ante la crisis global en curso.
Para el ingeniero electricista y electrónico: ”(…) tuvimos un excelente año agropecuario, crecimos más que otros sectores de la economía, exportamos lo que nunca (oculta que incluyó la pesca) 15 mil millones de dólares, logramos un crecimiento del empleo e inversión, somos uno de los países en el mundo que menor impacto tuvieron a consecuencia de los precios de alimentos en su canasta básica y en la inflación”, presumió ante Matilde Pérez U. (La Jornada, 21-IV-08, p. 12), el convertido primero en experto de ecología y medio ambiente y ahora líder de la Sagarpa --previo papel de Caballo negro en 2005 con el padrinazgo de Lorenzo Servitje Sendra-- por obra y gracia del foxismo y de los compromisos que le pagó “el señor chaparrito, peloncito y de lentes”.
El alumno de la escuela del México de los triunfadores, cuyo director general es su jefe institucional y los primeros exitosos son Juan Camilo Mouriño Terrazo y César Nava Vázquez, el campo está dejando atrás “caminos viejos”, ése del “no puedo, soy un fracaso, dame más subsidios” --con los que privilegia a los consorcios exportadores del agro, pero los denomina apoyos--, recibió el 3 de mayo tremendo desmentido del Banco de México, donde la costosísima tecnoburocracia tiene mucha más idea de lo que sostiene que la propaganda del jalisciense de Zapotlán el Grande y con doctorado en la Universidad Politécnica de Madrid.
El alza sostenida de los precios internacionales de los productos alimentarios, significó para México un costo de 12 mil 898 millones de dólares por la compra en el exterior de 127 alimentos e insumos agropecuarios, destacadamente, maíz, trigo, soya, leche en polvo y semillas para la siembra.
De acuerdo al banco central que dirige Guillermo Ortiz Martínez, la cifra representa un aumento de 5 mil millones de dólares con respecto a 2005 (último año en que se tuvieron precios estables), incremento que superó las ganancias obtenidas por Petróleos Mexicanos –y que succionó Los Pinos a través de la Secretaría de Hacienda-- por concepto del excedente en las ventas de petróleo en el exterior, durante el año pasado y que fue de 4 mil 452 millones de dólares.
El alza generalizada de precios desató una crisis alimentaria en la aldea global que amenaza a mil millones de personas y colocó en situación de pobreza extrema a 100 millones de habitantes más en los últimos tres años. La Organización de las Naciones Unidas solicitó, para hacerle frente, 755 millones de dólares a los países donantes, cantidad ridícula frente al gigantesco gasto que realiza Estados Unidos para sostener, a sangre y fuego, la invasión de Irak y Afganistán, en este caso con sus aliados de la Organización del Tratado del Atlántico Norte.
El mantenimiento y reproducción en México del modelo de ventajas comparativas, refrendado en Luisiana, Nueva Orleáns, con la declinación de Felipe de Jesús Calderón Hinojosa a cualquier renegociación del capítulo agropecuario del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, mientras Canadá mostró disposición, profundiza la dependencia alimentaria de nuestro país de las importaciones de diversos productos, coloca a la nación en una coyuntura de alta vulnerabilidad --que sólo un líder como Cárdenas Jiménez puede subestimar-- ante la escasez de alimentos generada por presiones especulativas de las trasnacionales agroexportadoras y los intermediarios, factores climáticos, reducciones en los inventarios, altos precios en los hidrocarburos y la producción desaforada de biocombustibles en base al maíz.
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