“Antes te inscribías en la profesión que habían estudiado tus padres. Posteriormente tú podías elegir la carrera de tu gusto. Actualmente te asignan lo que vas a estudiar”, dice en entrevista Irma Gómez, profesora de escuela publica en nivel medio superior, que accede a platicar del examen único que se les aplica a los estudiantes recién egresados de la secundaria para ingresar al bachillerato.
La profesora comenta de los alumnos que les fue asignada una carrera o escuela que no eligieron entre las tres primeras opciones durante el examen de selección. Narra lo que platica con los educandos:
“¿Cuáles son tus planes? ¿Qué piensas hacer en el futuro con tus estudios?”, son las preguntas que hace la maestra cuando ingresan a nivel medio superior. “Seguirla pasando” , es una respuesta que en distintas palabras se reitera. Y los papás saben de la situación de sus hijos, pero explica Irma Gómez, cuya tesis de licenciatura versó sobre el proceso de ‘enseñanza-aprendizaje': “Para los padres es un descanso saber que sus hijos están estudiando, pero muchos de ellos no saben para qué o qué. Hay una certeza: los alumnos carecen de bases sólidas para poder acceder a niveles mayores.
“El alumno no encuentra motivación. Los padres, en la mayoría de las ocasiones, no tienen la primaria o la secundaría completa. Muchos de la familia están en ese nivel. Algunos se salvan de nivel profesional. Entonces ¿cómo es que le estamos pidiendo al alumno que avance si no tiene de donde? No existe una persona en la cual pudieran ver una imagen al cual pudieran copiar. No hay nada”, finaliza.
Por su parte, en su libro Los fines de la educación (Ed. S. XXI), Juan Delval afirma que: “Diversos problemas afectan a la institución escolar. Uno es el llamado fracaso escolar , es decir, el hecho de que un buen número de individuos no consigan superar los obstáculos que la escuela plantea, y no obtengan, al termino de los estudios, el título esperado, lo cual tienen consecuencias psicológicas, sociales y profesionales posteriores. Unido a ello está otro fenómeno, el abandono de la escuela; muchos alumnos, sobre todo adolescentes, dejan la escuela porque no sienten interés por lo que enseñan, ni ven utilidad a lo que se hace allí”.
La deserción escolar no va a desaparecer. Se va a mantener porque es parte de la complejidad social. Es estructural. De una estructura en crisis en los diferentes escalones sociales, en los diversos pisos de la realidad social. Justo allí en donde se han quebrantado los escalones y pisos de la realidad social están los jóvenes que han desertado de las instituciones escolares. La crisis es en todos los sentidos. Desde el lúdico al económico. Desde el creativo hasta el político. Desde el cultural hasta el moral.
Necesitamos seducir. Necesitamos encantar. Necesitamos saber de la otredad. Necesitamos reconocer que somos sustituibles. Crisis es la palabra clave para entender el escape del joven de la escuela. Hablamos de la crisis de la familia, de la escuela, de las instituciones políticas y culturales añejas que no renuevan el material del que están hechos. Tienen una sola vista. La vista del poder. El poder que no concede, que controla, que impone, que maneja y que no se atreve a seducir, a llamar al otro, a la otredad para reconocer y entender la crisis.
En las instituciones escolares de la educación media superior en México no se sabe jugar con la autoridad. No se práctica. Hay más rasgos de imposición. El autoritarismo pasa lista cotidianamente. Se ha alejado del juego de ese instrumento raro llamado poesía. Rousseau dice que la educación es alimento; pero esto se desconoce. Además, no se sabe jugar con la cotidianidad. La comunicación con el mundo estudiantil está rota. Queremos cumplir. Sólo cumplir. Con recursos o sin ellos, la deserción escolar se va a mantener si no se recupera el aspecto lúdico del espacio escolar.
Juan Jacobo Rousseau, en su libro Emilio o de la educación (Ed.Porrúa), escribió: “Desde que empezamos a vivir empieza nuestra instrucción; nuestra educación empieza cuando empezamos nosotros... la palabra educación tenía antiguamente otra significación que ya se ha perdido, y quería decir alimento”.
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