Buscar este blog

24 junio 2008

CON AGUA Y BASURA COMBINADOS PODRÍA CREARSE UN PROYECTO ENERGÉTICO NACIONAL

  • El director del CFATA, Víctor Manuel Castaño Meneses, intervino en el Debate Universitario sobre la Reforma Energética de la UNAM
  • El experto del IBt, Alfredo Martínez Jiménez, manifestó que las medidas tecnológicas que adopten los países, tendrán diferente impacto en la biomasa o en los biocombustibles
  • La integrante del IIEc, Leticia Campos Aragón, aseveró que no es la abundancia del petróleo lo que ha provocado el cambio climático, sino la acumulación de capital
  • El director del CIE, Claudio Estrada Gasca, expuso que se requiere de una visión de Estado, donde se dé mayor financiamiento y se tenga una política adecuada para la promoción de tecnologías

Con la combinación del agua y la basura podría crearse un proyecto energético nacional, propuso el director del Centro de Física Aplicada y Tecnología Avanzada (CFATA) de la UNAM, Víctor Manuel Castaño Meneses.

Al participar en el Debate Universitario sobre la Reforma Energética, que se realiza en el auditorio Raoul Fournier de la Facultad de Medicina (FM), explicó que a través de un sistema integral que involucre aspectos técnicos, tecnológicos, económicos y sociales, la basura se convertiría en un sistema de generación de metano e hidrógeno, combustible para el transporte público, mediante paneles fotovoltaicos de generación de ese elemento.

Este proyecto, puntualizó, se desarrolla en colaboración con el gobierno de Estados Unidos, que consiste en tomar desperdicios orgánicos de hospitales, restaurantes y grandes concentradores de basura, que pueden convertirse en biogas; con las celdas de combustible, se crea energía. También, se puede usar el potencial del agua, porque el hidrógeno es un material que sirve para generar energía.

En la mesa de trabajo Fuentes alternas de energía-II, la moderadora y el relator fueron: María Leticia Rosales Hoz, directora del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICMyL), y José Manuel Saniger Blesa, director del Centro de Ciencias Aplicadas y Desarrollo Tecnológico (CCADET), respectivamente.

En su intervención, el investigador del Instituto de Biotecnología (IBt), Alfredo Martínez Jiménez, manifestó que las medidas que adopte cada país en el uso de las tecnologías, tendrán un impacto diferente en la biomasa o en los biocombustibles.

Se prevé que hasta un 30 por ciento de la matriz energética pueda satisfacerse a partir de estos materiales. En la actualidad, ocho por ciento de la energía primaria viene de biocombustibles, es decir, 25 millones de habitantes de la zona rural utilizan la leña, mientras que en los ingenios usan el bagazo de la caña de azúcar.

Los seres humanos, señaló, tienen necesidad de energías alternas como combustibles sólidos, líquidos y gaseosos, que resaltan la importancia de los biocombustibles que, de utilizarse de manera adecuada, resultarían de gran utilidad.

La integrante del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc), Leticia Campos Aragón, aseveró que no es la abundancia del petróleo lo que ha provocado el cambio climático, sino la producción de materiales, de expansión y de acumulación de capital, lo que ha determinado las formas de apropiación de la naturaleza.

El empleo de nuevos componentes y tecnologías y el fomento de la biotecnología, ha precipitado dicho proceso; a esta acelerada perturbación de la atmósfera, ha contribuido sustancialmente la industrialización de los llamados países del tercer mundo, indicó.

A su vez, el director del Centro de Investigación en Energía (CIE), Claudio Estrada Gasca, comentó que el debate actual no debe ser sólo para analizar de qué manera se extraerá el petróleo de aguas profundas, sino para hacer una reflexión de la forma en que se encuentra el sistema energético y cómo darle sustentabilidad en los próximos años.

“Tenemos que garantizar el futuro de las siguientes generaciones de mexicanos –sostuvo–; existen otros países que han despertado más pronto que nosotros, tal es el caso de Brasil, que produce etanol con caña de azúcar”.

Nosotros no estamos contribuyendo mucho. Los centros de investigación hacemos nuestro esfuerzo, pero, sin lugar a dudas, se requiere de una visión de Estado, donde se dé mayor financiamiento y se tenga una política adecuada para la promoción de estas tecnologías, y también para la investigación y el desarrollo, que después conviertan esas innovaciones en productos comerciales, concluyó.

No hay comentarios.: