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24 junio 2008

FACTOR FUNDAMENTAL DE LA CRISIS DE PEMEX, EL SUBDESARROLLO TECNOLÓGICO DE MEXICO

La crisis de Petróleos Mexicanos en los últimos años específicamente se debe, al subdesarrollo tecnológico del país. No es posible que después de 70 años de la nacionalización de los hidrocarburos, México esté desprotegido para manejar esa industria, reconoció el investigador emérito del Instituto de Geofísica de la UNAM, Ismael Herrera Revilla.

Al participar en la mesa Recursos humanos, investigación y tecnología en materia energética, del Debate Universitario sobre la Reforma Energética, consideró necesario realizar una revisión profunda de la estrategia científica y tecnológica de la nación, porque “no podemos darnos el lujo de tener una política en ese rubro que no sea nacionalista”.

En el auditorio Alfonso García Robles, del Centro Cultural Universitario Tlatelolco, subrayó que México se encuentra en una encrucijada de tiempos difíciles, por la declinación de la producción petrolera. La discusión respectiva ha sido abundante, pero los aspectos técnicos no se han abordado con amplitud suficiente. Las dificultades son consecuencia, en buena medida, del subdesarrollo tecnológico.

En la actualidad, las compañías operadoras internacionales reponen, en promedio, 114 por ciento de los volúmenes de petróleo que utilizan, es decir, mantienen una tasa de aumento de sus reservas, equivalente al 14 por ciento de su producción. En cambio, las de Pemex disminuyen a un ritmo del 75 por ciento de producción, pues mantienen una tasa de reposición del 25 por ciento de los volúmenes generados.

Para el académico de la Facultad de Ingeniería, Néstor Martínez Romero, el capital intelectual es el activo más importante de un país o de una empresa. Sin embargo, la reforma energética planteada, no considera en forma explícita el desarrollo de los recursos humanos y la tecnología.

Hoy, 35 por ciento de los ingresos fiscales de la nación provienen de la industria petrolera; Pemex enfrenta la tarea de compensar la caída de la producción que registra desde 2005; deben eliminarse las restricciones que se le han impuesto, pues no hacer nada es la peor alternativa.

En México, la exploración y explotación de los hidrocarburos fósiles de hace varios años llegó a su fin; por ello, mantenerse actualizado requiere de una organización que la industria debe reconocer; las nuevas tecnologías exigen un esfuerzo mayor a los recursos humanos para asimilar la información y transformarla en conocimiento.

Aunque Pemex tiene personal altamente calificado, no es suficiente, porque se presentan importantes brechas por cerrar para alcanzar metas internacionales de alto nivel. No obstante, desde hace medio siglo la empresa ha afrontado, en forma exitosa, los proyectos que le permiten ubicarse dentro de las pocas en el mundo que produce casi tres millones de barriles de aceite al día.

Ante ello, dijo, se requiere incentivar de forma eficiente la investigación aplicada y el desarrollo de la tecnología, a través del Instituto Mexicano del Petróleo e instituciones afines, y crear planes de corto, mediano y largo plazos para resolver problemas técnicos.

Por su parte, el profesor de la Facultad de Ingeniería (FI), Héber Cinco Ley, al hablar de los retos tecnológicos de México, aseguró que de nada sirven los recursos, si no se aplican adecuadamente las innovaciones.

La tecnología debe ser un negocio para Pemex y para México, es la fuerza necesaria para afrontar los retos, mencionó. Pero en el país, éstos superan las condiciones prevalecientes porque no existe el conocimiento necesario para aplicar los más adecuados en cada área.

Cinco Ley enumeró algunos de los desafíos, como la recuperación secundaria y mejorada, sector en el que se debe investigar la manera de sustraer recursos de la matriz de las rocas, como se hace en otros países. Además, las aguas profundas son uno de los enigmas a superar, pues no existe aún desarrollo para aplicarlo, ni investigación respectiva.

Finalmente, el director del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ), Héctor Felipe Fix-Fierro, acentuó la necesidad de que existan juristas que cotidianamente trabajen en la revisión y propuestas sobre la legislación en esta área.

El jurista universitario destacó la importancia de contar con investigaciones desde las Ciencias Sociales, porque esta problemática está enmarcada en aspectos sociales y culturales que deben ser contemplados por la reforma.

La vinculación social con la explotación de yacimientos es un aspecto poco estudiado, en el que el IIJ trabaja en un proyecto de investigación, para conocer las variables colectivas involucradas, reveló.

En la mesa participaron, como moderador, el director de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala, Sergio Cházaro Olvera, y como relator, el director del Instituto de Ingeniería, Adalberto Noyola Robles.

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