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28 junio 2008

Requiere México reintegrar, en manos de la empresa estatal, la industria petrolera

* La investigadora del IIEc de la UNAM, Sarahí Ángeles, dijo que la iniciativa de reforma lleva a la desintegración total de Pemex
* El académico de la FI, José Ángel Gómez, calificó de alarmante la situación de la petroquímica, en el último día del Debate Universitario sobre la Reforma Energética
* Alejandro Anaya Durand, profesor de la Facultad de Química, propuso impulsar el desarrollo de la petroquímica a través de actividades específicas
* El mercado nacional de petroquímicos asciende a 20 mil millones de dólares al año, señaló Alejandro Villalobos, académico de la FQ

La iniciativa de reforma energética busca la desintegración total de Pemex; sin embargo, lo que México requiere es reintegrar la industria petrolera en manos a la empresa estatal, como en otros países, aseguró la integrante del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, Olivia Sarahí Ángeles Cornejo.

Además, subrayó que frente a esa iniciativa, la Universidad Nacional cuenta con la masa crítica y el capital humano especializado, para presentar una propuesta alterna, en el último día del Debate Universitario sobre la Reforma Energética, celebrado en el auditorio Raoul Fournier Villada de la Facultad de Medicina.

Si lo que se busca es el interés nacional, no se puede aceptar una medida que prioriza a las empresas privadas, fundamentalmente extranjeras, precisó la investigadora en la mesa Petroquímica, transporte, almacenamiento y distribución de hidrocarburos y derivados, moderada por el director del Instituto de Física, Guillermo Monsiváis Galindo, y relatada por el titular de la Facultad de Ciencias, Ramón Peralta y Fabi.

La iniciativa, señaló la economista universitaria, establece que Pemex y sus organismos subsidiarios, previo permiso, podrán otorgar a los sectores social y privado las actividades de transporte, almacenamiento y distribución de gas de los productos que se obtengan de la refinación y de los petroquímicos básicos.

De esa manera, abundó, se trata de una reforma que lleva a la desintegración de Pemex y de la industria petrolera. Si se privatizan los ductos, el almacenamiento y la distribución, se cortarán los nexos que vinculan las fases del sector.

En ese sentido, el académico de la Facultad de Ingeniería (FI), José Ángel Gómez Cabrera, consideró que la situación de la petroquímica es alarmante, pues Pemex tiene 16 de 40 plantas petroquímicas fuera de operación, es decir, casi 50 por ciento están paradas por falta de competitividad, de mercado o de materia prima.

El cierre obedece a que su operación no genera ingresos suficientes para cubrir ni siquiera los costos variables, por lo que esta área de Pemex debe enfocarse a mejorar su desempeño, para elaborar un grupo selecto de productos, y realizar inversiones o alianzas.

Por otro lado, el especialista de la UNAM explicó que lo “sobresaliente” de la iniciativa radica en que los mexicanos toman conciencia de que “son privilegiados” por tener una industria petrolera sustentable, fuerte y sólida, que existe en pocos lados. Con la reforma, se abrió la “caja de Pandora”, y después de 70 años de la expropiación, el pueblo de México se entera que tiene una de las empresas del ramo más importantes del mundo.

En su momento, el profesor de la Facultad de Química (FQ), Alejandro Anaya Durand, propuso impulsar el desarrollo de la petroquímica a través de actividades específicas, al considerar prioridad nacional el desarrollo de esa industria con un marco regulatorio claro, transparente y simplificado. “Establecer reglas que faciliten la integración de cadenas productivas y la actualización tecnológica de las instalaciones”.

Además, indicó, es indispensable establecer una estrategia de desarrollo a largo plazo; “es imperativo hacer una nueva definición de la misión y la visión que se tendrá en los próximos 15 años en el sector energético”.

Este nuevo concepto, insistió, debe incidir en todo México y precisar lo que se busca a futuro: ser un país importador de gasolinas, productos petroquímicos y gas natural, o uno desarrollado que proporciona valor agregado a sus recursos primarios, al producir bienes competitivos para el exterior.

Por último, el catedrático de la FQ, Alejandro Villalobos Hiriart, comentó que el cambio de la estrategia prioritaria que tenía el desarrollo de la industria petroquímica, desde 1958 hasta 1996, cuando se reformó la Ley Reglamentaria del artículo 27 constitucional, ocasionó que Pemex Petroquímica dejara de ser el motor nacional de ese sector.

De esa forma, abundó, la participación de esa subsidiaria ha disminuido fuertemente hasta proporcionar sólo nueve por ciento de la demanda nacional. En la actualidad, el mercado interno asciende a 20 mil millones de dólares anuales. “Sin embargo, estamos dejando a la industria petroquímica al garete e importando cada vez más productos de alto valor agregado”.

Asimismo, el químico de la UNAM concluyó que no se le proporciona a los hidrocarburos la importancia que potencialmente tienen y sólo se venden como energéticos, para que otros los procesen, comprando posteriormente los derivados a un precio mayor.

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