Enrique del Val Blanco | El Universal | 31 mayo 2007
Resulta que las utilidades de las afores están por arriba de, ni más ni menos, las del sector financiero o de la Bolsa de Valores. Ello ha sido posible gracias a la lenidad de las autoridades financieras del país durante los últimos 10 años y a la avaricia de los dueños de dichas afores, muchas de ellas subsidiarias de los bancos, la mayoría de ellos, recordemos, en manos extranjeras.
Cada vez que hacen sus reuniones anuales resaltan los datos de las grandes utilidades que les han representado las operaciones que realizan en nuestro país. Y ha tenido que ser la propia autoridad quien los ha desenmascarado en este despojo a los trabajadores de sus recursos, desarrollado a ciencia y paciencia, con la complacencia gubernamental.
Derivado de la reunión celebrada hace unos días en la Cámara de Diputados, se ha podido saber con claridad lo que muchos pensábamos: que ha sido un gran robo, pues las administradoras de los fondos de los trabajadores se han embolsado más de 25 mil millones de pesos, cobrando comisiones que en algunos casos llegan a 25%, con el total desconocimiento de los trabajadores, y que son sin duda fuera de toda proporción, como bien lo mencionó el presidente de la Consar.
Pero lo que es increíble es que ahora se pretenda echar la culpa a los trabajadores, que no se han preocupado por revisar sus estados de cuenta y ver cuánto les roban sus administradores forzosamente, ya que es obligatorio pertenecer a una afore. Como siempre ocurre en este país, quienes menos tienen la culpa resultan los responsables, lo cual además es una desfachatez.
Si todo continúa igual, más de 15 millones de trabajadores a la hora de su retiro tendrán que conformarse con menos del salario mínimo actual mensualmente, gracias a este sistema perverso diseñado por las autoridades, con el auxilio como siempre de los organismos internacionales, y que 10 años después se dan cuenta de las inmensas ganancias que han tenido unos cuantos que se fotografían en las páginas de sociales en sus trajes de noche y en trajes de golf o de baño en cualquier playa mexicana, donde pasan los fines de semana.
Se informa que la mitad de más de 37 millones de cuentas están inactivas, es decir, los trabajadores no les ponen recursos pero, a pesar de esto, las afores no dejan de cobrarles comisiones. ¿Cómo quieren que les inyecten recursos, si apenas les alcanza para vivir con los salarios de hambre que reciben? Es una inconsecuencia que se venía venir desde que inició este funesto sistema, mediante el cual el gobierno se lavó las manos en su responsabilidad de garantizar a los trabajadores mexicanos un mínimo decente de jubilación.
Dice el presidente de la Consar que él no culpa a las afores; que simplemente eran las reglas del juego y, ¡qué creen ustedes!, ellos lo jugaron. Así de simple lo ve la autoridad. La pregunta que surge es: ¿y por qué la autoridad no hizo nada en 10 años para resolverlo? Seguramente cuando la contesten las utilidades de las afores serán mucho más elevadas.
Hoy el IMSS está prácticamente quebrado, al igual que hace 10 años cuando, para resolverlo, crearon el Sistema de Ahorro para el Retiro. Ahora resulta que son el negocio más rentable del mundo, ¿no es esta la confirmación del error cometido?
Los dueños de las afores ahora incluso se quejan de que no se les consultó sobre los nuevos cambios mediante los cuales con seguridad sólo ganarán un poco menos, pero seguirán ganando, dada la poca capacidad de negociación que tienen los trabajadores frente a ellas y la indolencia gubernamental, que lo único que hace es reconocer que hay un problema pero no lo resuelve.
Por eso, y con razón, aparece la desconfianza de los trabajadores que están en el "apartado B" en las reformas a la Ley del ISSSTE, que pretende ponerlos a todos en situación similar a los que están en el IMSS. La propuesta es pasar de un sistema malo y que no da para más a uno más malo, pero con utilidades para los bancos dueños de las afores. Por ello es correcta la posición de los diputados que, aunque se eliminó la famosa comisión sobre flujo, piensan que se deben hacer otras reformas sobre la manera de cobro que tienen las afores.
El gobierno debe ser consciente de lo que se está jugando con todo el Sistema de Ahorro para el Retiro, ya que, como vemos, está demostrado que no se puede dejar en manos privadas el manejo de los recursos de los trabajadores, que ahora representan más de un billón 250 mil pesos acumulados, más de 10% del Producto Interno Bruto.
Sin duda es una grave responsabilidad del gobierno, pero también de los trabajadores, terminar con este robo y, sobre todo, para los nuevos incorporados, no dejar que ocurra lo mismo si la nueva Ley del ISSSTE va para adelante.
Basta ya de las grandes utilidades de los bancos y las afores en detrimento de los trabajadores que con su esfuerzo diario pretenden, y así se lo han hecho pensar en la publicidad, una jubilación digna, que con el actual sistema no van a poder alcanzar. Los sindicatos deben de verdad defender los derechos de sus trabajadores y no ser meramente comparsas, como hasta hoy lo han sido, de este sistema que lo único que ha provocado es que millones de mexicanos sean más pobres hacia el final de su vida y unos pocos cientos más ricos.
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