La información más fresca de la Consar menciona la existencia de 37.27 millones de cuentas individuales registradas en las Afore, y un ahorro acumulado de un billón 254 mil millones de pesos, algo así como 13 por ciento del producto interno bruto. Sin embargo, alrededor de la mitad están inactivas (no le inyectan recursos) y a pesar de ello las "administradoras" no dejan de cobrar comisiones, de tal suerte que el saldo de estas últimas se reduce paulatinamente, no así las utilidades de las entidades privadas. Si esto no es un atraco, como aseguran las autoridades del ramo, entonces cómo calificarlo.
Adriana.
Tanta belleza catequiza a cualquier hereje sobre las bondades del sistema privado de pensiones impuesto en México a partir de 1997: el 40 por ciento de los trabajadores que cotizan en las administradoras privadas de fondos para el retiro (Afore) obtendrá, en el mejor de los casos, una pensión menor a un salario mínimo.
¿En qué se traduce lo anterior? Sencillo: en que alrededor de 15 millones de mexicanos están condenados a "vivir", abundancia ante todo, con menos de mil 500 pesos mensuales gracias a la "reforma estructural" en materia de pensiones "recomendada" por el Banco Mundial, impuesta por el zedillato y aplicada religiosamente por los "gobiernos" del "bienestar para la familia", el "cambio" y la "continuidad".
Para los incrédulos, los datos citados no provienen de los afectados por las "reformas" a las leyes del IMSS y/o el ISSSTE o los sobrevivientes de 1997, sino de la comparecencia del mismísimo presidente de la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar), Moisés Schwartz, quien además de no desmentir la información aportó como cereza del pastel el siguiente elemento: algunas Afore cobran una comisión equivalente a 25 por ciento de los recursos aportados por cada trabajador, una tajada, dijo, "fuera de toda proporción". La competencia entre las administradoras privadas de fondos de pensiones no ha sido en beneficio de los trabajadores que son dueños de esos recursos, según sus propias palabras.
Una década después, gracias a la citada "reforma estructural", practicada "en beneficio de los trabajadores" (se presumió en su momento, y se presume ahora), ese es el venturoso futuro para quienes, obligadamente, entregan su ahorro a las 21 entidades financieras privadas (de capital foráneo muchas de ellas, la banca en primer lugar) dedicadas a la "administración" de recursos de terceros, las cuales, en los hechos, se quedan con la mayor tajada del circuito.
En esa década las "administradoras" privadas de fondos para el retiro han acumulado utilidades netas, limpias de polvo y paja, superiores a 26 mil millones de pesos, mientras la perspectiva para los cotizantes es verdaderamente tétrica. Más de 7 millones de pesos diarios de utilidad neta a lo largo de diez años por jinetear el dinero de los trabajadores obligadamente inscritos en el nuevo sistema, el cual, dicho sea de paso, históricamente ha sido el más oneroso en toda América Latina.
Si a estas alturas "vivir" con un salario mínimo es una hazaña digna de reconocimiento mundial, habrá que imaginar, y no hay que ser muy creativo para ello, qué será hacerlo con menos de un mini ingreso de "pensión". Por cierto, ahora que está de moda presentar recursos de inconstitucionalidad por una u otra decisión del Ejecutivo y/o el Legislativo, habría que presentar dos por la flagrante violación de la carta magna, que sobre el particular a la letra dice: "los salarios mínimos generales deberán ser suficientes para satisfacer las necesidades normales de un jefe de familia, en el orden material, social y cultural, y para proveer a la educación obligatoria de los hijos..." La segunda sería por el venturoso futuro que les depara (para algunos ya es cotidianeidad) el sistema privado de pensiones.
De acuerdo con la información de la Consar, el 76 por ciento de los trabajadores inscritos en una Afore reporta un ingreso mensual de hasta tres salarios mínimos, lo que quiere decir que 28.5 millones de mexicanos están condenados a obtener una pensión, por llamarle de alguna forma, de hambre, no muy distante de otro 17 por ciento de afiliados (6.5 millones de personas adicionales), cuyo ingreso fluctúa de tres a cinco salarios mínimos. Sólo 6.8 por ciento de los inscritos en las "administradoras" privadas de fondos para el retiro tiene ingresos superiores a siete (3 por ciento del total) y 10 (3.8 por ciento) salarios mínimos.
Los promedios indican que si cada una de las Afore obtiene, hasta ahora, utilidades netas diarias superiores a 333 mil pesos, el "beneficio" individual de los "pensionados" no sobrepasará los 50 pesos cada 24 horas, o lo que es lo mismo, una diferencia, equidad absoluta, superior a 6 mil tantos, a favor obviamente de las "administradoras".
La información más fresca de la Consar menciona la existencia de 37.27 millones de cuentas individuales registradas en las Afore, y un ahorro acumulado de un billón 254 mil millones de pesos, algo así como 13 por ciento del producto interno bruto. Sin embargo, alrededor de la mitad están inactivas (no le inyectan recursos) y a pesar de ello las "administradoras" no dejan de cobrar comisiones, de tal suerte que el saldo de estas últimas se reduce paulatinamente, no así las utilidades de las entidades privadas. Si esto no es un atraco, como aseguran las autoridades del ramo, entonces cómo calificarlo.
De ese billón 254 mil millones de pesos, el grueso sirve para tapar hoyos de los siempre exitosos programas gubernamentales (léase deuda interna, entre otros) y una tajada creciente se destina a financiar a los grandes corporativos (para capitalizar a la banca, por ejemplo), cuyos dueños de ninguna manera recibirán una pensión inferior a un salario mínimo.
En resumen, pues, ese es el futuro venturoso para los mexicanos, y una muestra de lo que traerá la "reforma" a la Ley del ISSSTE.
Las rebanadas del pastel
Qué casualidad: según el Ibope, el Instituto Federal Electoral no "fiscalizó" la ilegal propaganda calderonista en contra de Andrés Manuel López Obrador y a favor del miedo, oficialmente pagada por el Consejo Coordinador Empresarial y los grandes corporativos privados. Qué raro: todos los mexicanos la registraron, menos el organismo encargado de hacerlo, mientras el Ibope asegura que fue contratado por el IFE sólo para "el monitoreo de anuncios con carácter claramente partidista". ¿Y qué fue, entonces, la ilegal campaña del CCE?
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