¿A qué le teme Televisa? A que la gente comience a luchar por la liberación de los medios de comunicación y que éstos sean otorgados al pueblo y para el pueblo.
Un ejemplo claro se presenta el domingo 27 de mayo, cuando termina la concesión del canal RCTV (Radio Caracas Televisión) de Venezuela, donde Marcel Granier y la familia Phelps (quienes hasta este día cuentan con la concesión del canal), se han enriquecido con la gestión de dicho medio. Este acto va a dar paso a la implantación de medios de comunicación de servicio público.
Esto personifica un peligro no sólo para los medios privados de este país sino que representa un ejemplo de sublevación para los pueblos de América por lo que los medios de comunicación nacionales e internacionales, regidos por el régimen neoliberal, han iniciado una campaña pro-satanización de la decisión de no renovar la concesión acusando este hecho de atentar contra la libertad de expresión. Ahí está la clave.
La concesión de RCTV se termina el domingo y el gobierno Venezolano simplemente no está otorgando la renovación de dicha concesión (lo cuál se encuentra dentro de sus facultades), lo que no quiere decir que esté quitándole sus derechos ya que dicho gobierno puede distribuir las concesiones de manera que queden equitativamente distribuidas y que sean de uso público.
Luego entonces, se inicia una batalla mediática por lograr la desinformación y “agarrarse de los receptores cómodos” en un modelo informativo que no deja lugar para ideas que se replanteen el neoliberalismo o el mercado dentro de los medios de comunicación.
La televisión y otros medios de comunicación se han convertido en un espacio de manipulación y de adquisición de ganancias a costa del dolor ajeno, de concesiones gubernamentales y de “darla circo al pueblo” sin importar si es o no la voz de éste.
El imperio siempre va a tratar de velar este derecho y lo consigue dando concesiones a empresas que sirvan a sus fines. Como ejemplo tenemos la llamada Ley Televisa, la cual no sólo da más poder al duopolio Televisa-TV Azteca, sino que prácticamente bloquea toda posibilidad de creación de nuevas estaciones y el cierre de otras tantas si no cumplen “ciertos requisitos”.
Con estas acciones se están condenando a los medios públicos ya que ésta ley deja bajo criterio de las autoridades el otorgar nuevas concesiones a radios y televisoras que se sometan a un esquema que indica como ganador aquél que más dinero ofrezca.
¿Qué debemos hacer?,
Si nos remontamos al inicio de los medios de comunicación, la mayoría de éstos nacen en el seno de la sociedad y la expresión popular, es decir, cumplían la necesidad de comunicar los sucesos de la sociedad. La televisión empezó siendo testigo de acontecimientos sociales importantes y de cierto interés popular.
Posteriormente, al ir adquiriendo mayor fuerza y popularidad entre la sociedad, se empezaron a buscar nuevas formas de hacer “efectivo” ese medio hasta que se empezó a comprender que no sólo era un medio más sino una caja de poder, para manejar la información a favor o en contra de ciertas situaciones.
Con esto, Televisa toma como estandarte los conceptos (tergiversados por supuesto) de libertad de expresión y de prensa para convertirlos en el control de quién y qué se puede difundir.
El problema está en que dicho modelo se encuentra tan arraigado que muchas personas no ven materializado su derecho (real) a la libre expresión y a la libre adquisición de la información porque no ven la posibilidad de acceder a la utilización de los medios de comunicación, los cuales hasta ahora son prácticamente inalcanzables.
Entonces, es necesario que el pueblo haga a los medios y no los medios hagan al pueblo. Que la gente construya sus propios canales de comunicación que respondan a sus necesidades y que aseguren la verdadera libertad de expresión, la cuál no sólo garantice información veraz y crítica sino que permita el desenvolvimiento de la sociedad que lo maneja para servir a su desarrollo y a su crecimiento.
Mientras tanto hay que apoyar la decisión del gobierno soberano de Venezuela, rechazar las manipulaciones de Televisa e irse preparando para reconquistar el derecho a ejercer de manera democrática y popular los medios de comunicación masiva, ahora en manos de particulares venales como los Azcárraga y los Salinas Pliego.
Fuente: Lila Sarai, Machete Arte.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario