Zósimo Camacho
Durante los gobiernos de Vicente Fox y Felipe Calderón las actividades del principal organismo de inteligencia civil del país se han concentrado en “facilitar” la imposición de las “reformas estructurales”, junto con otros tres objetivos, revela un documento elaborado por la propia oficina dependiente de la Secretaría de Gobernación.
El Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) destaca que las “reformas estructurales” constituyen uno de sus cuatro “valores tutelados”; además, señala que entre sus objetivos se encuentra “facilitar” la aprobación de las mismas.
“El servicio de inteligencia civil y contrainteligencia para la seguridad nacional de México”, como se autodefine el Cisen, justifica su empeño en la imposición de las “reformas estructurales” al considerar que “la convergencia entre intereses particulares legítimos y el interés nacional es la clave del éxito de las políticas de Estado incluyentes y de largo plazo”.
En la “Nota metodológica para construir agendas de riesgos”, documento de cinco páginas elaborado por el Centro en febrero de 2006 y obtenido por Contralínea a través de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información, se establece que entre los “temas” que rigen sus actividades desde el “último lustro” se encuentra la promoción de “cambios en las estructuras organizativas y jurídicas de diversos sectores estratégicos”.
Las “reformas estructurales” promovidas por los gobiernos de Ernesto Zedillo, Vicente Fox y Felipe Calderón han sido, principalmente, energética, laboral, hacendaria o fiscal y de seguridad social y pensiones.
Al considerar que la aprobación de las reformas estructurales es uno de sus objetivos prioritarios, el Cisen estaría investigando a los partidos políticos, organizaciones sociales e individuos que se oponen a ellas, y, a decir del especialista en Seguridad Nacional José Luis Piñeyro, el régimen seguiría utilizando a los órganos de inteligencia no para proteger los intereses nacionales, sino los de un gobierno y, particularmente, de “la oligarquía” que se ha apoderado de él.
Para el maestro en Sociología por la Universidad de Roma e investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana “la seguridad nacional tiende a ser una seguridad de gobierno y de la oligarquía en sus tres niveles: económico, constituido por el gran empresariado nacional y trasnacional; mediático, representado por el duopolio televisivo, y político, donde se reproduce una clase incluso de corte familiar”.
El doctor en Estudios Latinoamericanos y también especialista en seguridad nacional Raúl Benítez Manaut considera que “en democracia es legítimo oponerse a las políticas de un gobierno, pero dentro del marco legal establecido”.
Para el investigador del Centro de Investigaciones sobre América del Norte de la UNAM y del Center for North American Studies de la American University, las reformas estructurales podría considerarse parte de la “seguridad nacional a futuro” porque “se supone que son para fortalecer a Estado mexicano”.
Sin embargo, reconoce que “en México es una constante que el Estado y las instituciones gubernamentales sean utilizados por pequeños grupos de poder; en ese caso se actúa en contra de la razón de Estado y el interés de la nación”.
De acuerdo con el documento, el Cisen tiene como misión “desarrollar y operar un sistema de investigación y análisis de inteligencia estratégica, táctica y operativa que genere información para la toma de decisiones”. Todo ello con los objetivos de alertar acerca de las amenazas y riesgos internos y externos a la seguridad nacional y de preservar la integridad, estabilidad y permanencia del Estado.
Según la “Nota Metodológica”, la Agenda Nacional de Riesgos es el “documento rector” de las actividades del Centro. Se determina anualmente y, además de “facilitar” la aprobación de las “reformas estructurales”, tiene como objetivos “preservar” la seguridad nacional; “asegurar” la gobernabilidad democrática, y “proteger” el estado de derecho.
Nota completa en Contralínea
Durante los gobiernos de Vicente Fox y Felipe Calderón las actividades del principal organismo de inteligencia civil del país se han concentrado en “facilitar” la imposición de las “reformas estructurales”, junto con otros tres objetivos, revela un documento elaborado por la propia oficina dependiente de la Secretaría de Gobernación.
El Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) destaca que las “reformas estructurales” constituyen uno de sus cuatro “valores tutelados”; además, señala que entre sus objetivos se encuentra “facilitar” la aprobación de las mismas.
“El servicio de inteligencia civil y contrainteligencia para la seguridad nacional de México”, como se autodefine el Cisen, justifica su empeño en la imposición de las “reformas estructurales” al considerar que “la convergencia entre intereses particulares legítimos y el interés nacional es la clave del éxito de las políticas de Estado incluyentes y de largo plazo”.
En la “Nota metodológica para construir agendas de riesgos”, documento de cinco páginas elaborado por el Centro en febrero de 2006 y obtenido por Contralínea a través de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información, se establece que entre los “temas” que rigen sus actividades desde el “último lustro” se encuentra la promoción de “cambios en las estructuras organizativas y jurídicas de diversos sectores estratégicos”.
Las “reformas estructurales” promovidas por los gobiernos de Ernesto Zedillo, Vicente Fox y Felipe Calderón han sido, principalmente, energética, laboral, hacendaria o fiscal y de seguridad social y pensiones.
Al considerar que la aprobación de las reformas estructurales es uno de sus objetivos prioritarios, el Cisen estaría investigando a los partidos políticos, organizaciones sociales e individuos que se oponen a ellas, y, a decir del especialista en Seguridad Nacional José Luis Piñeyro, el régimen seguiría utilizando a los órganos de inteligencia no para proteger los intereses nacionales, sino los de un gobierno y, particularmente, de “la oligarquía” que se ha apoderado de él.
Para el maestro en Sociología por la Universidad de Roma e investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana “la seguridad nacional tiende a ser una seguridad de gobierno y de la oligarquía en sus tres niveles: económico, constituido por el gran empresariado nacional y trasnacional; mediático, representado por el duopolio televisivo, y político, donde se reproduce una clase incluso de corte familiar”.
El doctor en Estudios Latinoamericanos y también especialista en seguridad nacional Raúl Benítez Manaut considera que “en democracia es legítimo oponerse a las políticas de un gobierno, pero dentro del marco legal establecido”.
Para el investigador del Centro de Investigaciones sobre América del Norte de la UNAM y del Center for North American Studies de la American University, las reformas estructurales podría considerarse parte de la “seguridad nacional a futuro” porque “se supone que son para fortalecer a Estado mexicano”.
Sin embargo, reconoce que “en México es una constante que el Estado y las instituciones gubernamentales sean utilizados por pequeños grupos de poder; en ese caso se actúa en contra de la razón de Estado y el interés de la nación”.
De acuerdo con el documento, el Cisen tiene como misión “desarrollar y operar un sistema de investigación y análisis de inteligencia estratégica, táctica y operativa que genere información para la toma de decisiones”. Todo ello con los objetivos de alertar acerca de las amenazas y riesgos internos y externos a la seguridad nacional y de preservar la integridad, estabilidad y permanencia del Estado.
Según la “Nota Metodológica”, la Agenda Nacional de Riesgos es el “documento rector” de las actividades del Centro. Se determina anualmente y, además de “facilitar” la aprobación de las “reformas estructurales”, tiene como objetivos “preservar” la seguridad nacional; “asegurar” la gobernabilidad democrática, y “proteger” el estado de derecho.
Nota completa en Contralínea
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