• Tesoritos espoteros
• El precio de la genialidad presidencial
La desesperación, mi estimado, infunde valor al cobarde. Las lacritas amarillas continúan en su divertido reventón de bestialidad electoral con la dosis oportuna de ridículas declaraciones, aunque habrá que darles crédito de que en el sol azteca no hay cabida a las simulaciones y mejor prueba ahí está la madriza pública por el control del juguete.
Por el contrario, my friend, domina la falsedad, aderezada de contradicciones e incongruencias, la desplegada por Felipe Calderón alrededor de la mentada reforma energética que ya prendió los focos rojos, no sólo dentro del movimiento encabezado por Andrés Manuel López Obrador, que ayer nuevamente volvió a abarrotar el Zócalo capitalino con el puntual mensaje de que los tubazos domésticos no desgastarán la lucha a favor de Pemex, sino del PRI donde Manlio Fabio Beltrones anunció con cara de pocos amigos que su partido presentará el frankenstein si el PAN no lo hace al mismo tiempo que Santiago Creel escupía que los blanquiazules sí presentarán la iniciativa y Héctor Larios confirmaba un seductor plazo.
La fascinante cuestión es que el gobierno ha transitado, contrario a la tonadilla oficial de la búsqueda del diálogo abierto, franco y transparente, en el absoluto oscurantismo alrededor del seductor tesorito en el fondo del mar donde sí está planteada la alianza estratégica —léase como privatización— con empresas trasnacionales.
El timing para el reventón energético pronostica severas tormentas primaverales en ambas sedes del Congreso donde, además, ya se instaló la Comisión whatever para investigar las travesuras del tesorito presidencial, Juan Camilo Mouriño, y el poder de su firma para beneficiar empresas familiares en lo que ha sido el epicentro de una delicada crisis donde Calderón está equivocando estrategia.
La permanencia del cabecilla del Gymboree en Bucareli seguirá teniendo altos costos políticos, my friend, pero no se me vaya con la finta, también costos electorales.
Sobre todo ahora con la nueva reforma electoral. ¿De qué le hablo? Simple.
Si la oposición tuviera dos neuronas que no fueran motoras, el chico superpoderoso estaría muy pronto en la pantalla adornando espléndidos spots con su melodiosa voz y su metrosexualidad afirmando que sí fue su firma, que sí fue legal y que sí fue ético. El cuadro completo de las manos limpias de Felipe con su tesorito reafirmando de sus sacrificios por la patria y demás linduras declarativas. Despliegue su imaginación mi estimado, y perciba la campaña mediática espotera donde el PAN sea presentado como el botón de la mercería de corrupciones y tráfico de influencias en sólo dos sexenios.
Esto no podría ser etiquetado como guerra sucia por la sencilla razón de haber sido un asunto, digamos, bastante público. El secretario de Gobernación está confeso en el sentido de haber reconocido sus firmas en contratos con Pemex Refinación y nada impide que su travesura circule en medios electrónicos… en tiempos electorales. Oro molido. O para entendernos mejor amable lector, un estupendo tesoro…
Sobre todo ahora que ya se integró un Grupo de Alto Nivel (jajajaja… perdón) entre el ife, la CIRT y Bucareli para coadyuvar en el engrudo que se les hizo bolas del bodrio electoral a partir de las torpezas del Comité de Radio y TV, encabezado por el consejero Gómez Alcántara, y que derivó del tubazo en forma de misiva, del cual le comentaba ayer en este irreverente espacio.
Valdés Zurita anunció ayer que en la encerrona de este nuevo grupo de intrépidos bunch of retards, se establecieron cuatro temas a tratar con la simpática CIRT que los puso a bailar a su ritmo: plazos y entregas de pautas y materiales que transmitirán los concesionarios, los conductos formales y oficiales que utilizará el ife (con minúsculas) para dichas entregas, estandarizar la calidad técnica de los materiales y definir un contacto único para la entrega de las campañas de los partidos.
Todo el simulado romance entre la industria, Bucareli y los disfuncionales del consejero presidente suena ideal, pero sólo para el micrófono mi estimado, porque la realidad es que el tiempo transcurre y el ife no tiene idea de cómo va a terminar cuadrando el frankenstein electoral pero eso sí, se ponen guapos solicitando un proyecto de ampliación presupuestal de cerca de mil millones de pesos para poder llevar a cabo sus nuevas responsabilidades y el muy complejo monitoreo espotero.
¡¿Mil millones de pesos?!
Saldo, my friend, de la genialidad de Calderón… y de Creel… y de Mouriño… y de Poiré.
• El precio de la genialidad presidencial
La desesperación, mi estimado, infunde valor al cobarde. Las lacritas amarillas continúan en su divertido reventón de bestialidad electoral con la dosis oportuna de ridículas declaraciones, aunque habrá que darles crédito de que en el sol azteca no hay cabida a las simulaciones y mejor prueba ahí está la madriza pública por el control del juguete.
Por el contrario, my friend, domina la falsedad, aderezada de contradicciones e incongruencias, la desplegada por Felipe Calderón alrededor de la mentada reforma energética que ya prendió los focos rojos, no sólo dentro del movimiento encabezado por Andrés Manuel López Obrador, que ayer nuevamente volvió a abarrotar el Zócalo capitalino con el puntual mensaje de que los tubazos domésticos no desgastarán la lucha a favor de Pemex, sino del PRI donde Manlio Fabio Beltrones anunció con cara de pocos amigos que su partido presentará el frankenstein si el PAN no lo hace al mismo tiempo que Santiago Creel escupía que los blanquiazules sí presentarán la iniciativa y Héctor Larios confirmaba un seductor plazo.
La fascinante cuestión es que el gobierno ha transitado, contrario a la tonadilla oficial de la búsqueda del diálogo abierto, franco y transparente, en el absoluto oscurantismo alrededor del seductor tesorito en el fondo del mar donde sí está planteada la alianza estratégica —léase como privatización— con empresas trasnacionales.
El timing para el reventón energético pronostica severas tormentas primaverales en ambas sedes del Congreso donde, además, ya se instaló la Comisión whatever para investigar las travesuras del tesorito presidencial, Juan Camilo Mouriño, y el poder de su firma para beneficiar empresas familiares en lo que ha sido el epicentro de una delicada crisis donde Calderón está equivocando estrategia.
La permanencia del cabecilla del Gymboree en Bucareli seguirá teniendo altos costos políticos, my friend, pero no se me vaya con la finta, también costos electorales.
Sobre todo ahora con la nueva reforma electoral. ¿De qué le hablo? Simple.
Si la oposición tuviera dos neuronas que no fueran motoras, el chico superpoderoso estaría muy pronto en la pantalla adornando espléndidos spots con su melodiosa voz y su metrosexualidad afirmando que sí fue su firma, que sí fue legal y que sí fue ético. El cuadro completo de las manos limpias de Felipe con su tesorito reafirmando de sus sacrificios por la patria y demás linduras declarativas. Despliegue su imaginación mi estimado, y perciba la campaña mediática espotera donde el PAN sea presentado como el botón de la mercería de corrupciones y tráfico de influencias en sólo dos sexenios.
Esto no podría ser etiquetado como guerra sucia por la sencilla razón de haber sido un asunto, digamos, bastante público. El secretario de Gobernación está confeso en el sentido de haber reconocido sus firmas en contratos con Pemex Refinación y nada impide que su travesura circule en medios electrónicos… en tiempos electorales. Oro molido. O para entendernos mejor amable lector, un estupendo tesoro…
Sobre todo ahora que ya se integró un Grupo de Alto Nivel (jajajaja… perdón) entre el ife, la CIRT y Bucareli para coadyuvar en el engrudo que se les hizo bolas del bodrio electoral a partir de las torpezas del Comité de Radio y TV, encabezado por el consejero Gómez Alcántara, y que derivó del tubazo en forma de misiva, del cual le comentaba ayer en este irreverente espacio.
Valdés Zurita anunció ayer que en la encerrona de este nuevo grupo de intrépidos bunch of retards, se establecieron cuatro temas a tratar con la simpática CIRT que los puso a bailar a su ritmo: plazos y entregas de pautas y materiales que transmitirán los concesionarios, los conductos formales y oficiales que utilizará el ife (con minúsculas) para dichas entregas, estandarizar la calidad técnica de los materiales y definir un contacto único para la entrega de las campañas de los partidos.
Todo el simulado romance entre la industria, Bucareli y los disfuncionales del consejero presidente suena ideal, pero sólo para el micrófono mi estimado, porque la realidad es que el tiempo transcurre y el ife no tiene idea de cómo va a terminar cuadrando el frankenstein electoral pero eso sí, se ponen guapos solicitando un proyecto de ampliación presupuestal de cerca de mil millones de pesos para poder llevar a cabo sus nuevas responsabilidades y el muy complejo monitoreo espotero.
¡¿Mil millones de pesos?!
Saldo, my friend, de la genialidad de Calderón… y de Creel… y de Mouriño… y de Poiré.
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