* Será a través del Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad, que dirige Manuel Perló Cohen
* Este cuerpo de agua pierde cada segundo alrededor de 800 litros, y es el único río vivo en la Ciudad de México
* Se propone evitar las descargas de aguas negras al río, limpiarlo y convertirlo en un lugar de espacio público, señaló el director del PUEC
Se estima que, cada segundo, el río Magdalena, único cuerpo hídrico vivo en la Ciudad de México, pierde 800 litros; además, sus alrededores padecen una grave deforestación, erosión del suelo, contaminación y sobrepastoreo. Por ello, la UNAM trabaja en la elaboración del Plan Maestro para el Rescate del Río Magdalena.
El director del Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad (PUEC), Manuel Perló Cohen, explicó que con este programa se propone evitar las descargas de aguas negras en su corriente, así como limpiarlo y convertirlo en un sitio público.
También, se busca contar con un espacio sano, donde la población pueda disfrutar de un río que se introduce a la ciudad, pero limpio y agradable, no como en la actualidad, un cuerpo de agua encajonado y escondido en distintos puntos de la metrópoli.
Algunos de los principales objetivos que se pueden impulsar con este proyecto, consideró, son el potencial para combatir los efectos del cambio climático, generar energía, darle servicios ambientales a la ciudad, proporcionar agua potable a los pobladores de la zona, ganar espacios públicos y propiciar entre los habitantes de la ciudad una conciencia histórica y de participación.
Además, podría aprovecharse para rescatar una memoria histórica hídrica que se ha perdido, porque en la actualidad todos los afluentes de la capital se han convertido en vialidades: viaductos, vías rápidas y periféricos.
Se busca que también ayude a combatir los efectos del cambio climático con importantes instrumentos de regulación de temperatura, puesto que se ha determinado que a 400 metros de sus márgenes el gradiente puede bajar entre 2 y 3 grados.
“Se trata que a partir del rescate y la recuperación del río Magdalena se pueda establecer un precedente para liberar otros cuerpos similares en el país, porque en todo el territorio nacional se está acabando con esos afluentes. En 50 años, el proceso de urbanización ha sido a costa de estos cuerpos, que se han convertido en desagües”, acotó.
De continuar en las condiciones actuales, advirtió, podría representar riesgos para la salud pública, contaminar los mantos acuíferos, convertirse en un afluente de aguas negras o desaparecer para transformarse en una vialidad.
El anteproyecto para el rescate integral de la cuenca del río Magdalena establece desarrollar su potencial a fin de abastecer de agua a la población, ya que el escurrimiento máximo de la cuenca es de 201 metros cúbicos por segundo, y favorecer la recarga del acuífero local, porque el del Valle de México está sobre explotado en un 120 por ciento.
Asimismo, busca reestablecer el equilibrio ecológico, mediante la preservación de la flora y fauna de la cuenca, y recuperar la unidad de sus 19.7 kilómetros de cauce; así como preservar su valor histórico y cultural, estimular la colaboración ciudadana, y favorecer a las comunidades locales.
Lo importante de la labor que realiza la Universidad Nacional, explicó Manuel Perló, es que se desarrollará de manera conjunta con la población y todo lo que se trabajará derivará en un proceso de planeación participativa.
En noviembre pasado, detalló, se firmó un convenio entre este Programa Universitario y el gobierno del Distrito Federal, después se entregarán los primeros resultados, y en julio de este año deberá estar listo el informe respectivo.
Al final del ejercicio, se contará con un plan maestro que también será un documento técnico, científico y de conocimiento, es decir, una suerte de compromiso de la sociedad, incluida la academia, para plantear cómo rescatar el río, con una visión de corto, mediano y largo plazos.
En el proyecto, dijo, colaboran diversas dependencias universitarias, como las facultades de Ciencias y Arquitectura, y los institutos de Geografía y Ecología, y la coordinación a cargo del PUEC.
Además, se pretende sumar a otras instancias de la UNAM, como el Centro de Investigación en Energía, para la posible incorporación del uso de energías renovables, como la utilización de la solar y la eólica, y, de manera eventual, algunas tecnologías compatibles con el medio para generar electricidad.
La vocación original del río, recordó, era como una fuente de generación de energía eléctrica, pues en él se ubicaban cuatro dinamos que abastecían de ese recurso a las plantas textiles que funcionaron en diversos lugares.
También se podría invitar a especialistas del Instituto de Investigaciones Históricas, para recuperar la historia del sur de la Ciudad de México, así como a otras dependencias para profundizar el conocimiento en temas sociales y médicos, entre otros.
* Este cuerpo de agua pierde cada segundo alrededor de 800 litros, y es el único río vivo en la Ciudad de México
* Se propone evitar las descargas de aguas negras al río, limpiarlo y convertirlo en un lugar de espacio público, señaló el director del PUEC
Se estima que, cada segundo, el río Magdalena, único cuerpo hídrico vivo en la Ciudad de México, pierde 800 litros; además, sus alrededores padecen una grave deforestación, erosión del suelo, contaminación y sobrepastoreo. Por ello, la UNAM trabaja en la elaboración del Plan Maestro para el Rescate del Río Magdalena.
El director del Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad (PUEC), Manuel Perló Cohen, explicó que con este programa se propone evitar las descargas de aguas negras en su corriente, así como limpiarlo y convertirlo en un sitio público.
También, se busca contar con un espacio sano, donde la población pueda disfrutar de un río que se introduce a la ciudad, pero limpio y agradable, no como en la actualidad, un cuerpo de agua encajonado y escondido en distintos puntos de la metrópoli.
Algunos de los principales objetivos que se pueden impulsar con este proyecto, consideró, son el potencial para combatir los efectos del cambio climático, generar energía, darle servicios ambientales a la ciudad, proporcionar agua potable a los pobladores de la zona, ganar espacios públicos y propiciar entre los habitantes de la ciudad una conciencia histórica y de participación.
Además, podría aprovecharse para rescatar una memoria histórica hídrica que se ha perdido, porque en la actualidad todos los afluentes de la capital se han convertido en vialidades: viaductos, vías rápidas y periféricos.
Se busca que también ayude a combatir los efectos del cambio climático con importantes instrumentos de regulación de temperatura, puesto que se ha determinado que a 400 metros de sus márgenes el gradiente puede bajar entre 2 y 3 grados.
“Se trata que a partir del rescate y la recuperación del río Magdalena se pueda establecer un precedente para liberar otros cuerpos similares en el país, porque en todo el territorio nacional se está acabando con esos afluentes. En 50 años, el proceso de urbanización ha sido a costa de estos cuerpos, que se han convertido en desagües”, acotó.
De continuar en las condiciones actuales, advirtió, podría representar riesgos para la salud pública, contaminar los mantos acuíferos, convertirse en un afluente de aguas negras o desaparecer para transformarse en una vialidad.
El anteproyecto para el rescate integral de la cuenca del río Magdalena establece desarrollar su potencial a fin de abastecer de agua a la población, ya que el escurrimiento máximo de la cuenca es de 201 metros cúbicos por segundo, y favorecer la recarga del acuífero local, porque el del Valle de México está sobre explotado en un 120 por ciento.
Asimismo, busca reestablecer el equilibrio ecológico, mediante la preservación de la flora y fauna de la cuenca, y recuperar la unidad de sus 19.7 kilómetros de cauce; así como preservar su valor histórico y cultural, estimular la colaboración ciudadana, y favorecer a las comunidades locales.
Lo importante de la labor que realiza la Universidad Nacional, explicó Manuel Perló, es que se desarrollará de manera conjunta con la población y todo lo que se trabajará derivará en un proceso de planeación participativa.
En noviembre pasado, detalló, se firmó un convenio entre este Programa Universitario y el gobierno del Distrito Federal, después se entregarán los primeros resultados, y en julio de este año deberá estar listo el informe respectivo.
Al final del ejercicio, se contará con un plan maestro que también será un documento técnico, científico y de conocimiento, es decir, una suerte de compromiso de la sociedad, incluida la academia, para plantear cómo rescatar el río, con una visión de corto, mediano y largo plazos.
En el proyecto, dijo, colaboran diversas dependencias universitarias, como las facultades de Ciencias y Arquitectura, y los institutos de Geografía y Ecología, y la coordinación a cargo del PUEC.
Además, se pretende sumar a otras instancias de la UNAM, como el Centro de Investigación en Energía, para la posible incorporación del uso de energías renovables, como la utilización de la solar y la eólica, y, de manera eventual, algunas tecnologías compatibles con el medio para generar electricidad.
La vocación original del río, recordó, era como una fuente de generación de energía eléctrica, pues en él se ubicaban cuatro dinamos que abastecían de ese recurso a las plantas textiles que funcionaron en diversos lugares.
También se podría invitar a especialistas del Instituto de Investigaciones Históricas, para recuperar la historia del sur de la Ciudad de México, así como a otras dependencias para profundizar el conocimiento en temas sociales y médicos, entre otros.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario