Por: Teodoro Rentería Arróyave
De ninguna manera, la buena noticia de la aprobación por parte del Senado de la República de la Ley de Fomento para la Lectura y el Libro que supera el veto del entonces ignorante huésped de Los Pinos Vicente Fox Quesada, y que norma el precio único de los libros en todo el territorio nacional, fue consecuencia de la severa crítica a la política mexicana y por tanto a sus actores o protagonistas del ex rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, Juan Ramón de la Fuente, pero ambas, afortunadamente, se correlacionan
De acuerdo con su peculiar lenguaje directo y valiente, Juan Ramón de la Fuente, arremetió contra la política mexicana, a la cual comparó con un circo lleno de payasos y domadores. Dijo que la democracia en México está en la cuerda floja, entre coléricas denuncias y golpes de pecho de santurrones.
La aguda radiografía de la realidad política del país la hizo el prestigiado universitario ante el pleno de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, momentos después de que ese cuerpo colegiado le otorgara la Medalla al Merito Ciudadano. Los diputados locales destacaron los logros de doctor Juan Ramón de Fuentes al frente de la Máxima Casa de Estudios y sus reconocimientos en el ámbito internacional.
Mientras tanto el Senado de la República aprobó la nueva Ley de Fomento para la Lectura y el Libro, que afortunadamente supera el veto impuesto por Vicente Fox Quesada en 2006. Debieron de pasar dos años de discusiones y de negociaciones para que finalmente las fuerzas políticas se pusieran de acuerdo para aprobar la legislación que prevé un precio único para el libro, pero establece que después de año y medio las editoriales y librerías podrán disminuirlo.
Al recibir la Medalla al Mérito Ciudadano que le otorgó la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, De la Fuente aseveró que México transita entre “piruetas de cuerda floja, coléricas denuncias y golpes de pecho de santurrones”. En esas condiciones, acentuó, que los políticos de todas las corrientes no ayudan a la democracia, “sobre todo si la entendemos como una forma de coexistencia respetuosa entre la crítica, el disenso y la oposición”.
El ex rector consideró que ha reaparecido una “troupe de acróbatas, saltimbanquis, contorsionistas, trapecistas, amazonas, magos, payasos, prestidigitadores y, claro, domadores” al reconocer que el modelo político y no sólo el económico está fallando, por lo que llamó a recuperar el diálogo, ya que es el único camino para avanzar.
El ex rector de la Fuente, no se quedó en la crítica, sino que propuso que ante esta situación deben de implementarse nuevas formas de hacer política “más modernas y democráticas, más abiertas, con mayor participación ciudadana”, porque, en efecto, la democracia no se consolida con súbditos que saben obedecer, sino convenciendo y persuadiendo a los ciudadanos en su autonomía.
No se refirió concretamente ni a la toma de tribunas del Congreso, ni a los críticos acérrimos de los que no están de acuerdo con la privatización de nuestro petróleo, sin embargo reprochó a políticos su incapacidad para pactar desde un principio el diálogo que al final se acordó.
La iniciativa del precio único de libro fue aprobada con 107 votos a favor, después de que las comisiones dictaminadoras sostuvieron que el mismo tiene un alto grado de consenso en la industria editorial: editores, libreros, escritores, sociedades autorales e incluso autoridades.
Es la critica para la construcción de una nueva forma de hacer política y un paso enorme en favor de la cultura.
De ninguna manera, la buena noticia de la aprobación por parte del Senado de la República de la Ley de Fomento para la Lectura y el Libro que supera el veto del entonces ignorante huésped de Los Pinos Vicente Fox Quesada, y que norma el precio único de los libros en todo el territorio nacional, fue consecuencia de la severa crítica a la política mexicana y por tanto a sus actores o protagonistas del ex rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, Juan Ramón de la Fuente, pero ambas, afortunadamente, se correlacionan
De acuerdo con su peculiar lenguaje directo y valiente, Juan Ramón de la Fuente, arremetió contra la política mexicana, a la cual comparó con un circo lleno de payasos y domadores. Dijo que la democracia en México está en la cuerda floja, entre coléricas denuncias y golpes de pecho de santurrones.
La aguda radiografía de la realidad política del país la hizo el prestigiado universitario ante el pleno de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, momentos después de que ese cuerpo colegiado le otorgara la Medalla al Merito Ciudadano. Los diputados locales destacaron los logros de doctor Juan Ramón de Fuentes al frente de la Máxima Casa de Estudios y sus reconocimientos en el ámbito internacional.
Mientras tanto el Senado de la República aprobó la nueva Ley de Fomento para la Lectura y el Libro, que afortunadamente supera el veto impuesto por Vicente Fox Quesada en 2006. Debieron de pasar dos años de discusiones y de negociaciones para que finalmente las fuerzas políticas se pusieran de acuerdo para aprobar la legislación que prevé un precio único para el libro, pero establece que después de año y medio las editoriales y librerías podrán disminuirlo.
Al recibir la Medalla al Mérito Ciudadano que le otorgó la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, De la Fuente aseveró que México transita entre “piruetas de cuerda floja, coléricas denuncias y golpes de pecho de santurrones”. En esas condiciones, acentuó, que los políticos de todas las corrientes no ayudan a la democracia, “sobre todo si la entendemos como una forma de coexistencia respetuosa entre la crítica, el disenso y la oposición”.
El ex rector consideró que ha reaparecido una “troupe de acróbatas, saltimbanquis, contorsionistas, trapecistas, amazonas, magos, payasos, prestidigitadores y, claro, domadores” al reconocer que el modelo político y no sólo el económico está fallando, por lo que llamó a recuperar el diálogo, ya que es el único camino para avanzar.
El ex rector de la Fuente, no se quedó en la crítica, sino que propuso que ante esta situación deben de implementarse nuevas formas de hacer política “más modernas y democráticas, más abiertas, con mayor participación ciudadana”, porque, en efecto, la democracia no se consolida con súbditos que saben obedecer, sino convenciendo y persuadiendo a los ciudadanos en su autonomía.
No se refirió concretamente ni a la toma de tribunas del Congreso, ni a los críticos acérrimos de los que no están de acuerdo con la privatización de nuestro petróleo, sin embargo reprochó a políticos su incapacidad para pactar desde un principio el diálogo que al final se acordó.
La iniciativa del precio único de libro fue aprobada con 107 votos a favor, después de que las comisiones dictaminadoras sostuvieron que el mismo tiene un alto grado de consenso en la industria editorial: editores, libreros, escritores, sociedades autorales e incluso autoridades.
Es la critica para la construcción de una nueva forma de hacer política y un paso enorme en favor de la cultura.
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