ÍNDICE POLÍTICO
FRANCISCO RODRÍGUEZ
Para Socorrito. Por el mañana, el ayer, por siempre
YA NADIE TAPA sus vergüenzas. Por el contrario, todos las exhiben. Las presumen. El de Mariana Gómez del Campo Gurza, es uno de esos casos. Políticamente inexperta, amparada sólo por su familiaridad con los actuales ocupantes de Los Pinos, muestra el mayor de los oportunismos políticos al abrir de par en par las puertas del PAN que ella jefatura en la capital nacional a quienes han sido amenazados de expulsión de las filas del PRD por su evidente colaboracionismo con el contrincante.
Mariana Gómez del Campo, presidenta del PAN en el Distrito Federal, aseguró que su partido tiene las puertas abiertas para los militantes que sean expulsados del PRD o los que estén cansados y desilusionados por los conflictos internos, dicen las notas periodísticas.
Y sin nada mejor qué hacer –excepto presentar denuncias contra dos "Adelitas", que ejercían sus derechos políticos ¡en día feriado!--, sin propuestas alternativas para los capitalinos, la "primera sobrina" de la señora Margarita Zavala de Calderón quiere recuperar el DF para el blanquiazul ¡con perredistas!
Ingeniosa, ¿no? Vanguardista, además. Y es que no hace mucho era precisamente en su partido, el PAN, que se criticaba a priístas por mudar de siglas hacia el PRD. Y llamaban "pepenadores" a los dirigentes del sol azteca por recoger desechos políticos.
Pero todo cambia. Y hoy el PAN es como el PRI, luego de que en otras ocasiones ha sido copia fiel de lo que hoy es el PRD. ¿O ya se les olvidaron los bloqueos carreteros? ¿Los "sentones" en los puentes fronterizos? ¿Las marchas callejeras? ¿Las huelgas de hambre y las denuncias frente a instalaciones de la ONU?
Gómez del Campo, la tierna Marianita, pareciera sólo buscar llamar la atención. Lo ha conseguido. Afirma que seguramente existen muchos perredistas en todo el país que están decepcionados por las actitudes rijosas con las que se conduce su partido, lo que les ha impedido ponerse de acuerdo respecto a su propio dirigente. Debe haberlos.
Como también deben pulular por ahí cientos, quizá miles de descontentos, con la imposición que el señor Calderón hiciera de su cuate, amigocho, compa, Germán Martínez Cázares.
Joven, por la edad, anciana ya en sus prácticas, a Marianita --¡qué ternura de niña!—le importa poco adoptar a cualquier compañero ocasional de viaje, siempre y cuando le aporte votos.
¿Y si en una de esas, a Marianita le toman la palabra los amenazados con ser expulsados del PRD? ¿Qué posiciones va a darles? ¿Quiénes, de los auténticos militantes –pocos, pero creyentes— que el PAN tiene en el Distrito Federal van a ser desplazados de las candidaturas que seguramente ofrecerá como carnada?
¡Que vergüenza, Marianita! ¡Que vergüenza!
Y no oculta esas vergüenzas. Las exhibe. Las presume.
Lo peor es que la joven dirigente debe creer que la verdadera militancia panista todavía se traga esos dulces. ¿Votar contra el PRD con militantes del PRD?
No. Nadie pasa esas ostias.
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