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23 septiembre 2007

BOMBAZOS EN AEROPUERTOS

23 de Septiembre de 2007

ÍNDICE POLÍTICO
FRANCISCO RODRÍGUEZ


POR FAVOR, QUE no le confunda la fecha con el título de esta colaboración. No se trata de ningún acto terrorista en el que, al estilo del EPR sobre ductos de Pemex, hayan estallado artefactos explosivos a cargo de una organización cual aquella legendaria Liga 23 de Septiembre.

Los bombazos en el sector Comunicaciones y Transportes han sido políticos.

Y claro, están afectando áreas estratégicas.

De suma importancia para la seguridad y soberanía de la Nación.

La primera bomba política estalló en las alturas del edificio que la Secretaría de Comunicaciones posee en la confluencia del Eje Central con Xola y de ésta con la Avenida Universidad.

Envuelta en papel judicial llegó la orden de aprehensión contra el subsecretario de Transporte Manuel Rodríguez Arregui, acusado ahora de falsedad de declaraciones en las indagatorias que se siguen por la defraudación fiscal de Enrique Molina, dueño de los ingenios de CAZE (Consorcio Azucarero Escorpión) desde hace cinco años.

El estallido, claro, no sólo cimbró los cimientos de la SCT. Las ondas expansivas llegaron hasta Los Pinos, donde se hizo la selección de funcionarios "de primer nivel".

Otras ondas expansivas han sido resentidas entre los inversionistas. Vea usted si no cuando los concesionarios de los aeropuertos del Grupo del Pacífico, entre los que se encuentran las terminales de Guadalajara, Tepic, Los Mochis, Los Cabos, Morelia, Tijuana, La Paz, etc. han vendido este 20 de septiembre su participación accionaria a una empresa española que, al igual que Fernando Chico Pardo, quien también estaría buscando vender sus acciones en los aeropuertos del Sureste, buscan comprar lo que queda de Aeroméxico, la principal aerolínea del país.

Es mucha casualidad que se den estas salidas de negocios que dejan muchas ganancias, siempre y cuando dichos aeropuertos operen en condiciones normales, porque una vez cerrando por contingencias no naturales como en el eventual y ominoso caso de un atentado tal cual sucedió el año pasado en Barajas, España, el negocio se desplomaría y con ello las acciones que cotizan en la bolsa de valores tanto mexicana como de Estados Unidos.

Imagine usted los daños financieros, descartando por indeseables los daños a personas inocentes y ajenas a luchas que se atribuyen a movimientos subversivos no del todo claros. Por eso justo cuando hace falta mayor observación en esos sectores, el titular de transportes del gobierno federal se tambalea en el cargo.

Y aunque la PGR dé carpetazo al asunto, quedan aún las sospechas de su participación en fraudes donde se sigue investigando a Enrique Molina, su hermano, su hijo, así como a otros miembros del consejo de administración.

No podría ser más conveniente que dicha ausencia se dé en el marco de la conclusión de las tarifas promocionales de las líneas aéreas de bajo costo, con las que llegaron a ofrecer boletos de hasta un peso para arrebatar el mercado a las aerolíneas tradicionales que hoy están al borde del colapso, por lo que festejan los Alemán, los Azcárraga, los Aspe, los Alcántara, etc.

Vaya bombazos, ¿no cree usted? Terminarán afectando su bolsillo.

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