Desde sus primeros meses en el poder, Felipe Calderón –como dice la expresión popular– se muerde la lengua cada vez que se pronuncia por el respeto a la libertad de expresión, a la crítica y al trabajo periodístico. En abierto desacuerdo con la labor de Proceso, aunque sin elementos para contradecir la información que publicamos, su Coordinación de Comunicación Social obstaculiza a los reporteros de este semanario la cobertura de las actividades presidenciales y aplica así su verdadera política de información.
Desde hace 10 meses, la Presidencia de la República excluyó a Proceso del grupo de medios de comunicación acreditados para cubrir las giras internacionales y nacionales de Felipe Calderón, aun cuando al menos en cinco discursos el mandatario dijo estar comprometido con el libre acceso a la información.
Durante su primer año de gobierno, ante empresarios y frente a las élites políticas, Calderón subrayó la importancia de la crítica en un régimen democrático. No obstante, la realidad es distinta. La última vez que se invitó a Proceso a una gira presidencial fue el 7 de marzo de 2007, cuando Calderón viajó a Nuevo León para poner en marcha la construcción de la autopista Saltillo-Monterrey.
No se ha explicado oficialmente el motivo por el que este medio sólo puede acudir a los actos dentro de Los Pinos, en el Distrito Federal y en ocasiones en los estados vecinos, no así en el resto del país y en el extranjero.
Desde hace cuatro meses esta revista solicitó a la Coordinación de Comunicación Social de la Presidencia, encabezada por Maximiliano Cortázar, que explicara los motivos de la exclusión, pero hasta ahora no hay respuesta.
El 15 de marzo de 2007, afuera de Palacio Nacional, mientras los reporteros de la fuente esperábamos el autobús que nos llevaría de regreso a Los Pinos tras cubrir el balance oficial de los primeros 100 días de gobierno, Max Cortázar –como lo llaman en Los Pinos– estalló contra la línea editorial de este semanario:
–¿De qué se va a tratar? Es un golpe tras otro. Duro, duro, cada semana. No puede ser –reclamó manoteando y sin dejar de mover la cabeza.
–Aclaren lo que no esté fundamentado. ¿Qué texto se ha escrito con información que no esté documentada? –le respondió este reportero.
–El problema es que no hay semana sin golpe. Uno tras otro. Dale y dale. Además, hay portadas que no van, como esa del general Galván (Guillermo Galván, secretario de la Defensa Nacional), en la que lo sacaron de cerca, abarcando casi todo. ¿Qué es eso? –se obstinó Cortázar.
El encargado de la comunicación en Los Pinos se refería a la edición 1580 de Proceso, del 11 de febrero, en la cual el reportero Jorge Carrasco publicó un reportaje con información que puso en duda la eficacia de los operativos contra el narcotráfico.
En el texto se citó el discurso pronunciado por el general Galván en el aniversario número 94 de la Marcha de la Lealtad, con opiniones de especialistas en seguridad nacional y un minucioso análisis del experto Roderic Ai Camp sobre la militarizació n de la seguridad pública por Calderón.
Indignado, Cortázar también reclamó por la edición correspondiente a esa semana (1584, del 11 de marzo). La cabeza de portada: Cien días de miedo. Los golpeadores de Calderón, se tituló la crónica sobre la actuación del Estado Mayor Presidencial (EMP) durante el inicio del nuevo gobierno.
En ese trabajo se describieron pasajes de las giras nacionales de Calderón efectuadas entre diciembre de 2006 y marzo de 2007. También se compararon partes del reglamento del EMP con la actitud de sus efectivos, así como cifras del dinero destinado a la seguridad del mandatario.
Cortázar no hizo aclaración alguna sobre el contenido de las dos ediciones mencionadas, se limitó al reclamo. No objetó en nada la crónica sobre la golpiza que elementos del EMP propinaron a una persona afuera de la Suprema Corte de Justicia de la Nación ni sobre la tunda que le dieron a Luis Castillo, fotógrafo de Reforma. La respuesta del gobierno llegó por otra vía.
Al día siguiente del encuentro con Cortázar, el viernes 16 de marzo, Calderón visitó Tijuana para presentar el "Modelo de una ciudad sustentable" . Este semanario ya no fue invitado a esa gira.
El 26 de marzo siguiente, Calderón acudió al aniversario del periódico Excélsior. Desde el hotel Camino Real, dijo que su gobierno rendirá cuentas y tomará en cuenta la crítica:
"Por ello, aquí frente a ustedes, en este significativo aniversario, ratifico mi compromiso personal con la libre manifestación de las ideas y con el libre acceso a la información", enfatizó.
Su compromiso sólo resistió cinco portadas de Proceso.
Exclusión
Al inicio del gobierno calderonista, la Coordinación de Comunicación Social incluyó a este semanario en la primera gira presidencial por Europa. Entre el 24 y el 31 de enero de 2007 Calderón visitó Alemania, Suiza, el Reino Unido y España con el fin de atraer inversión a México.
El mandatario acudió también al foro económico de Davos para ofrecer su Plan Maestro de Infraestructura, que prevé la inversión extranjera en la construcción de aeropuertos, carreteras, vías férreas y puertos.
El país, al mejor postor, fue el encabezado de la crónica de Proceso 1579, que empezó a circular el 4 de febrero de 2007. El texto –al que remitía el llamado de portada México en Barata– retomó partes de la conferencia dictada por Calderón ante inversionistas en Londres.
Ahí, el presidente destacó que el país cuenta con una creciente fuerza laboral juvenil, con 11 mil kilómetros de litorales y 142 millones de hectáreas forestales.
Cuando Calderón asistió a la XIX Cumbre de Río, en su segundo viaje internacional oficial, Proceso ya no fue convocado. Calderón se reuniría con el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, luego del debate que sostuvieron en Davos, Suiza. Causaba interés saber cómo trataría el presidente venezolano, Hugo Chávez, al nuevo mandatario mexicano, después de sus pleitos con Vicente Fox.
La víspera de su salida, el sábado 3 de marzo de 2007, el equipo de logística de la Presidencia difundió que no habría muchos lugares para los reporteros en el avión presidencial.
Al lunes siguiente, una de las primeras imágenes que aparecieron en el noticiario estelar de Televisa fue la llegada de Calderón a Guyana, a bordo del Boeing TP-01 con capacidad para 66 pasajeros, según consta en datos proporcionados por el EMP. De acuerdo con reporteros que acudieron a esta gira, los asientos destinados a periodistas no se ocuparon en su totalidad.
La Presidencia no dio ninguna explicación acerca de los criterios utilizados para seleccionar a los medios que fueron invitados.
Dos semanas antes, en su edición 1581, Proceso publicó el reportaje No me voy, no me voy, no me voy, donde se citó al actual presidente y a su antecesor:
"No voy a emitir juicios sobre el gobierno anterior del cual, además, orgullosamente formé parte", sentenció Felipe Calderón el 26 de enero pasado en Davos, Suiza, durante su primera gira por Europa.
"Días después, Vicente Fox, el exgobernante al que así había protegido, se adjudicó en público la victoria del PAN en 2006 y confirmó que su intervencionismo en el proceso electoral obedeció a un desquite contra su acérrimo enemigo político, Andrés Manuel López Obrador."
Durante los dos meses y medio que el semanario pudo informar de cerca sobre las actividades de Felipe Calderón, se reportaron las peripecias que pasó en Nicaragua, al acudir a la toma de posesión del presidente Daniel Ortega, que lo trató de manera desdeñosa, a diferencia del trato de "hermano" que le dio a Hugo Chávez.
Esa cobertura también permitió que los lectores de esta revista conocieran el contexto en que Calderón apareció portando unas prendas militares de modo irregular –y junto al secretario de la Defensa Nacional– en Michoacán, durante los operativos contra el narcotráfico.
Hasta ahora, además de bloquear el trabajo informativo, la Coordinación de Comunicación Social le ha negado a Proceso, de manera tajante, cualquier entrevista o datos oficiales. Maximiliano Cortázar no responde a las llamadas telefónicas ni a los mensajes por correo electrónico.
Esta cerrazón ha llegado al punto de que la Presidencia se niega a proporcionar documentos y materiales informativos sobre temas de interés público, como las irregularidades y posibles actos de corrupción en la contratación de empresas fantasma, violaciones al marco legal por despilfarro de dinero público y una contratación de "edecanes" para supuestos actos oficiales.
Ninguna aclaración tuvo lugar después de que este medio (en su edición 1596, del 3 de junio) publicó el contenido de un contrato firmado durante el período de transición del gobierno federal para que la empresa De la Riva Información Estratégica elaborara una auditoría de imagen para la esposa de Calderón, Margarita Zavala, y sus tres hijos.
Como se muestra en el texto, dicho contrato violó la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos, ya que estipula un pago de 848 mil pesos por un servicio al presidente electo, cuando el estudio de imagen fue para su familia.
El pasado 8 de julio, en Proceso (1601) se relató paso a paso cómo Felipe Calderón y sus colaboradores dilapidaron al menos 25 millones de pesos en banquetes, comidas en las zonas más costosas de México, transporte en camionetas blindadas y contratos a modelos para engalanar actos públicos y privados.
Corruptelas
El 7 y el 20 de septiembre de 2006, Hugo Salvador Martínez, actual director de Operación y Servicios Generales de la Presidencia, pagó los servicios de cuatro modelos –dos de ellas extranjeras– presuntamente para que asistieran a reuniones oficiales y a un festejo por la entrega de constancia de mayoría al presidente. No obstante, todas las actividades de Calderón en esos días fueron de carácter privado.
La Coordinación de Comunicación Social de Presidencia optó por no emitir opiniones al respecto, aun cuando este medio le solicitó una versión oficial antes de publicar los reportajes.
Sólo cuando se ve obligada a defenderse en juicios promovidos ante el Instituto Federal de Acceso a la Información Pública (IFAI), la dependencia deja entrever sus resquemores.
Por ejemplo, en el expediente 538/07 la Presidencia trató de argumentar su negativa a que este reportero tuviera acceso a las encuestas que evalúan el impacto de las políticas públicas, el manejo de la imagen presidencial y otras decisiones importantes:
"El divulgar el contenido de los cuestionarios y sus resultados podría traer consigo un peligro latente a la seguridad pública. El daño presente derivado del contexto sociopolítico del país es probable en virtud de que el mal uso del contenido de dichos estudios y la información que de ellos se desprende al ser descontextualizada provocaría conflictos en el corto y mediano plazos que por su magnitud podrían traer consigo actos por parte de algunos grupos políticos y sociales que podrían vulnerar la seguridad pública."
Y remata: "De manera específica se podría traer consigo (sic) disturbios sociales que desembocarían en el bloqueo de vías de comunicación o en manifestaciones violentas, las cuales ya se han suscitado con anterioridad y a todas luces transgredirían los derechos de terceras personas".
Este criterio de la Presidencia fue rechazado por el IFAI. Los comisionados de este organismo determinaron por unanimidad que no se comprobó cómo la respuesta a una solicitud de acceso a la información provocaría disturbios. No obstante, las encuestas quedaron clasificadas por tres años (la Presidencia pedía seis) porque se utilizarán para tomar decisiones de gobierno, no porque el trabajo periodístico pueda provocar un conflicto social.
Cuando era presidente electo, Felipe Calderón dijo en el festejo por el 90 aniversario del diario El Universal: "Se otorgarán garantías en mi gobierno al límite de sus posibilidades para que se pueda proteger y ejercer el periodismo".
Además, el pasado 22 de noviembre, durante la firma del Acuerdo Nacional para una Comunicación de Calidad en el Salón Adolfo López Mateos de Los Pinos, Calderón reiteró que tiene el firme compromiso de respetar la libertad de pensamiento:
"Como lo he expresado en diversas reuniones con la industria de los medios de comunicación, también estoy convencido de que los mexicanos debemos lograr un equilibrio entre la libertad de expresión y la responsabilidad en la expresión."
En el mismo sentido, Calderón afirmó durante una reunión con empresarios el 23 de noviembre: "Dígase lo que se diga, la mexicana es una sociedad libre, donde precisamente la libertad de expresión y de acción de cada uno está garantizada, incluso con los abusos que llegan a observarse". ..
Al no contar con una explicación oficial sobre su repentina exclusión de las giras, este semanario presentó dos solicitudes de acceso a la información para conocer los criterios oficiales con que se decide a cuáles medios facilitar la cobertura de las actividades presidenciales, así como las listas de reporteros invitados durante el primer año de gobierno.
Ninguna de las dos peticiones fue satisfecha. La Presidencia arguyó que las listas de reporteros convocados a giras son "utilitarias" y por eso las destruyen una vez que aterrizan.
En cuanto a los criterios oficiales para asignar lugares en las aeronaves presidenciales, la oficina reconoció que "no se ha elaborado hasta el momento ningún documento que consigne información relativa a ello".
Normalmente, para los viajes en el país la comitiva de Calderón, los invitados especiales y los reporteros no pagan boleto, toda vez que se utilizan recursos públicos para su transporte. En 2007, el EMP contó con 353 mil 160 pesos para este rubro.
En el caso de las giras por el extranjero, cada medio paga su lugar en el avión, así como el hospedaje y el transporte terrestre que necesite. No obstante, la Coordinación de Comunicación Social realiza previamente una convocatoria que distribuye en forma discrecional.
La cerrazón se vuelve casi risible cuando quienes la ejercen la manifiestan incluso en detalles triviales: a diferencia de 2006, Proceso no fue convocado en diciembre pasado al brindis navideño de la Presidencia.
No obstante, Calderón se atiene a su discurso. En la celebración del 84 aniversario de la Unión de Voceadores dijo: "Por convicción me opongo a la censura y a cualquier tipo de control informativo. Reitero mi compromiso personal con la libre manifestación de las ideas y con la libertad para escribir, para hablar, para publicar y para opinar."
Desde hace 10 meses, la Presidencia de la República excluyó a Proceso del grupo de medios de comunicación acreditados para cubrir las giras internacionales y nacionales de Felipe Calderón, aun cuando al menos en cinco discursos el mandatario dijo estar comprometido con el libre acceso a la información.
Durante su primer año de gobierno, ante empresarios y frente a las élites políticas, Calderón subrayó la importancia de la crítica en un régimen democrático. No obstante, la realidad es distinta. La última vez que se invitó a Proceso a una gira presidencial fue el 7 de marzo de 2007, cuando Calderón viajó a Nuevo León para poner en marcha la construcción de la autopista Saltillo-Monterrey.
No se ha explicado oficialmente el motivo por el que este medio sólo puede acudir a los actos dentro de Los Pinos, en el Distrito Federal y en ocasiones en los estados vecinos, no así en el resto del país y en el extranjero.
Desde hace cuatro meses esta revista solicitó a la Coordinación de Comunicación Social de la Presidencia, encabezada por Maximiliano Cortázar, que explicara los motivos de la exclusión, pero hasta ahora no hay respuesta.
El 15 de marzo de 2007, afuera de Palacio Nacional, mientras los reporteros de la fuente esperábamos el autobús que nos llevaría de regreso a Los Pinos tras cubrir el balance oficial de los primeros 100 días de gobierno, Max Cortázar –como lo llaman en Los Pinos– estalló contra la línea editorial de este semanario:
–¿De qué se va a tratar? Es un golpe tras otro. Duro, duro, cada semana. No puede ser –reclamó manoteando y sin dejar de mover la cabeza.
–Aclaren lo que no esté fundamentado. ¿Qué texto se ha escrito con información que no esté documentada? –le respondió este reportero.
–El problema es que no hay semana sin golpe. Uno tras otro. Dale y dale. Además, hay portadas que no van, como esa del general Galván (Guillermo Galván, secretario de la Defensa Nacional), en la que lo sacaron de cerca, abarcando casi todo. ¿Qué es eso? –se obstinó Cortázar.
El encargado de la comunicación en Los Pinos se refería a la edición 1580 de Proceso, del 11 de febrero, en la cual el reportero Jorge Carrasco publicó un reportaje con información que puso en duda la eficacia de los operativos contra el narcotráfico.
En el texto se citó el discurso pronunciado por el general Galván en el aniversario número 94 de la Marcha de la Lealtad, con opiniones de especialistas en seguridad nacional y un minucioso análisis del experto Roderic Ai Camp sobre la militarizació n de la seguridad pública por Calderón.
Indignado, Cortázar también reclamó por la edición correspondiente a esa semana (1584, del 11 de marzo). La cabeza de portada: Cien días de miedo. Los golpeadores de Calderón, se tituló la crónica sobre la actuación del Estado Mayor Presidencial (EMP) durante el inicio del nuevo gobierno.
En ese trabajo se describieron pasajes de las giras nacionales de Calderón efectuadas entre diciembre de 2006 y marzo de 2007. También se compararon partes del reglamento del EMP con la actitud de sus efectivos, así como cifras del dinero destinado a la seguridad del mandatario.
Cortázar no hizo aclaración alguna sobre el contenido de las dos ediciones mencionadas, se limitó al reclamo. No objetó en nada la crónica sobre la golpiza que elementos del EMP propinaron a una persona afuera de la Suprema Corte de Justicia de la Nación ni sobre la tunda que le dieron a Luis Castillo, fotógrafo de Reforma. La respuesta del gobierno llegó por otra vía.
Al día siguiente del encuentro con Cortázar, el viernes 16 de marzo, Calderón visitó Tijuana para presentar el "Modelo de una ciudad sustentable" . Este semanario ya no fue invitado a esa gira.
El 26 de marzo siguiente, Calderón acudió al aniversario del periódico Excélsior. Desde el hotel Camino Real, dijo que su gobierno rendirá cuentas y tomará en cuenta la crítica:
"Por ello, aquí frente a ustedes, en este significativo aniversario, ratifico mi compromiso personal con la libre manifestación de las ideas y con el libre acceso a la información", enfatizó.
Su compromiso sólo resistió cinco portadas de Proceso.
Exclusión
Al inicio del gobierno calderonista, la Coordinación de Comunicación Social incluyó a este semanario en la primera gira presidencial por Europa. Entre el 24 y el 31 de enero de 2007 Calderón visitó Alemania, Suiza, el Reino Unido y España con el fin de atraer inversión a México.
El mandatario acudió también al foro económico de Davos para ofrecer su Plan Maestro de Infraestructura, que prevé la inversión extranjera en la construcción de aeropuertos, carreteras, vías férreas y puertos.
El país, al mejor postor, fue el encabezado de la crónica de Proceso 1579, que empezó a circular el 4 de febrero de 2007. El texto –al que remitía el llamado de portada México en Barata– retomó partes de la conferencia dictada por Calderón ante inversionistas en Londres.
Ahí, el presidente destacó que el país cuenta con una creciente fuerza laboral juvenil, con 11 mil kilómetros de litorales y 142 millones de hectáreas forestales.
Cuando Calderón asistió a la XIX Cumbre de Río, en su segundo viaje internacional oficial, Proceso ya no fue convocado. Calderón se reuniría con el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, luego del debate que sostuvieron en Davos, Suiza. Causaba interés saber cómo trataría el presidente venezolano, Hugo Chávez, al nuevo mandatario mexicano, después de sus pleitos con Vicente Fox.
La víspera de su salida, el sábado 3 de marzo de 2007, el equipo de logística de la Presidencia difundió que no habría muchos lugares para los reporteros en el avión presidencial.
Al lunes siguiente, una de las primeras imágenes que aparecieron en el noticiario estelar de Televisa fue la llegada de Calderón a Guyana, a bordo del Boeing TP-01 con capacidad para 66 pasajeros, según consta en datos proporcionados por el EMP. De acuerdo con reporteros que acudieron a esta gira, los asientos destinados a periodistas no se ocuparon en su totalidad.
La Presidencia no dio ninguna explicación acerca de los criterios utilizados para seleccionar a los medios que fueron invitados.
Dos semanas antes, en su edición 1581, Proceso publicó el reportaje No me voy, no me voy, no me voy, donde se citó al actual presidente y a su antecesor:
"No voy a emitir juicios sobre el gobierno anterior del cual, además, orgullosamente formé parte", sentenció Felipe Calderón el 26 de enero pasado en Davos, Suiza, durante su primera gira por Europa.
"Días después, Vicente Fox, el exgobernante al que así había protegido, se adjudicó en público la victoria del PAN en 2006 y confirmó que su intervencionismo en el proceso electoral obedeció a un desquite contra su acérrimo enemigo político, Andrés Manuel López Obrador."
Durante los dos meses y medio que el semanario pudo informar de cerca sobre las actividades de Felipe Calderón, se reportaron las peripecias que pasó en Nicaragua, al acudir a la toma de posesión del presidente Daniel Ortega, que lo trató de manera desdeñosa, a diferencia del trato de "hermano" que le dio a Hugo Chávez.
Esa cobertura también permitió que los lectores de esta revista conocieran el contexto en que Calderón apareció portando unas prendas militares de modo irregular –y junto al secretario de la Defensa Nacional– en Michoacán, durante los operativos contra el narcotráfico.
Hasta ahora, además de bloquear el trabajo informativo, la Coordinación de Comunicación Social le ha negado a Proceso, de manera tajante, cualquier entrevista o datos oficiales. Maximiliano Cortázar no responde a las llamadas telefónicas ni a los mensajes por correo electrónico.
Esta cerrazón ha llegado al punto de que la Presidencia se niega a proporcionar documentos y materiales informativos sobre temas de interés público, como las irregularidades y posibles actos de corrupción en la contratación de empresas fantasma, violaciones al marco legal por despilfarro de dinero público y una contratación de "edecanes" para supuestos actos oficiales.
Ninguna aclaración tuvo lugar después de que este medio (en su edición 1596, del 3 de junio) publicó el contenido de un contrato firmado durante el período de transición del gobierno federal para que la empresa De la Riva Información Estratégica elaborara una auditoría de imagen para la esposa de Calderón, Margarita Zavala, y sus tres hijos.
Como se muestra en el texto, dicho contrato violó la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos, ya que estipula un pago de 848 mil pesos por un servicio al presidente electo, cuando el estudio de imagen fue para su familia.
El pasado 8 de julio, en Proceso (1601) se relató paso a paso cómo Felipe Calderón y sus colaboradores dilapidaron al menos 25 millones de pesos en banquetes, comidas en las zonas más costosas de México, transporte en camionetas blindadas y contratos a modelos para engalanar actos públicos y privados.
Corruptelas
El 7 y el 20 de septiembre de 2006, Hugo Salvador Martínez, actual director de Operación y Servicios Generales de la Presidencia, pagó los servicios de cuatro modelos –dos de ellas extranjeras– presuntamente para que asistieran a reuniones oficiales y a un festejo por la entrega de constancia de mayoría al presidente. No obstante, todas las actividades de Calderón en esos días fueron de carácter privado.
La Coordinación de Comunicación Social de Presidencia optó por no emitir opiniones al respecto, aun cuando este medio le solicitó una versión oficial antes de publicar los reportajes.
Sólo cuando se ve obligada a defenderse en juicios promovidos ante el Instituto Federal de Acceso a la Información Pública (IFAI), la dependencia deja entrever sus resquemores.
Por ejemplo, en el expediente 538/07 la Presidencia trató de argumentar su negativa a que este reportero tuviera acceso a las encuestas que evalúan el impacto de las políticas públicas, el manejo de la imagen presidencial y otras decisiones importantes:
"El divulgar el contenido de los cuestionarios y sus resultados podría traer consigo un peligro latente a la seguridad pública. El daño presente derivado del contexto sociopolítico del país es probable en virtud de que el mal uso del contenido de dichos estudios y la información que de ellos se desprende al ser descontextualizada provocaría conflictos en el corto y mediano plazos que por su magnitud podrían traer consigo actos por parte de algunos grupos políticos y sociales que podrían vulnerar la seguridad pública."
Y remata: "De manera específica se podría traer consigo (sic) disturbios sociales que desembocarían en el bloqueo de vías de comunicación o en manifestaciones violentas, las cuales ya se han suscitado con anterioridad y a todas luces transgredirían los derechos de terceras personas".
Este criterio de la Presidencia fue rechazado por el IFAI. Los comisionados de este organismo determinaron por unanimidad que no se comprobó cómo la respuesta a una solicitud de acceso a la información provocaría disturbios. No obstante, las encuestas quedaron clasificadas por tres años (la Presidencia pedía seis) porque se utilizarán para tomar decisiones de gobierno, no porque el trabajo periodístico pueda provocar un conflicto social.
Cuando era presidente electo, Felipe Calderón dijo en el festejo por el 90 aniversario del diario El Universal: "Se otorgarán garantías en mi gobierno al límite de sus posibilidades para que se pueda proteger y ejercer el periodismo".
Además, el pasado 22 de noviembre, durante la firma del Acuerdo Nacional para una Comunicación de Calidad en el Salón Adolfo López Mateos de Los Pinos, Calderón reiteró que tiene el firme compromiso de respetar la libertad de pensamiento:
"Como lo he expresado en diversas reuniones con la industria de los medios de comunicación, también estoy convencido de que los mexicanos debemos lograr un equilibrio entre la libertad de expresión y la responsabilidad en la expresión."
En el mismo sentido, Calderón afirmó durante una reunión con empresarios el 23 de noviembre: "Dígase lo que se diga, la mexicana es una sociedad libre, donde precisamente la libertad de expresión y de acción de cada uno está garantizada, incluso con los abusos que llegan a observarse". ..
Al no contar con una explicación oficial sobre su repentina exclusión de las giras, este semanario presentó dos solicitudes de acceso a la información para conocer los criterios oficiales con que se decide a cuáles medios facilitar la cobertura de las actividades presidenciales, así como las listas de reporteros invitados durante el primer año de gobierno.
Ninguna de las dos peticiones fue satisfecha. La Presidencia arguyó que las listas de reporteros convocados a giras son "utilitarias" y por eso las destruyen una vez que aterrizan.
En cuanto a los criterios oficiales para asignar lugares en las aeronaves presidenciales, la oficina reconoció que "no se ha elaborado hasta el momento ningún documento que consigne información relativa a ello".
Normalmente, para los viajes en el país la comitiva de Calderón, los invitados especiales y los reporteros no pagan boleto, toda vez que se utilizan recursos públicos para su transporte. En 2007, el EMP contó con 353 mil 160 pesos para este rubro.
En el caso de las giras por el extranjero, cada medio paga su lugar en el avión, así como el hospedaje y el transporte terrestre que necesite. No obstante, la Coordinación de Comunicación Social realiza previamente una convocatoria que distribuye en forma discrecional.
La cerrazón se vuelve casi risible cuando quienes la ejercen la manifiestan incluso en detalles triviales: a diferencia de 2006, Proceso no fue convocado en diciembre pasado al brindis navideño de la Presidencia.
No obstante, Calderón se atiene a su discurso. En la celebración del 84 aniversario de la Unión de Voceadores dijo: "Por convicción me opongo a la censura y a cualquier tipo de control informativo. Reitero mi compromiso personal con la libre manifestación de las ideas y con la libertad para escribir, para hablar, para publicar y para opinar."
(c) Lizárraga, Daniel, "La 'guerra' contra Proceso", en Proceso, Num. 1628, 13 de enero de 2008.
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