ÍNDICE POLÍTICO
FRANCISCO RODRÍGUEZ
LA MILITARIZACIÓN DEL país marcha a paso redoblado. La leva para instituir un nuevo ejército blanquiazul inició el fin de semana, justo cuando el novel secretario de Gobernación del señor Felipe Calderón llamó a las menguadas fuerzas del PAN en las legislaturas estatales a convertirse en "soldados" que defiendan los proyectos federales ante los "enemigos" del gobierno.
Antes que negociar, concertar, buscar el diálogo –tareas obligadas para cualquier inquilino del Palacete de los Covián--, el joven Juan Camilo polariza, divide, enfrenta aún más a los mexicanos.
Encabeza así y ahora una nueva cruzada. Quizá hasta una cristiada, cual la que sufrió México hace ya casi un siglo: "Federales" contra apóstatas de un calderonismo que no cuaja y que, por el contrario, es vencido al interior del propio partido ¿en el poder?
Sucedió apenas en Guanajuato. Ahí, en la trinchera donde el verde –perdón, blanquiazul-- Mouriño inició la leva de diputados locales, horas después de ese llamado a las armas, los "yunquistas" barrieron con metralla al "calderonismo", quedándose con 56 de los 60 asientos del Consejo Estatal del PAN.
Puede estar tranquilo el comandante Mouriño. Ya tiene un piquete de cuatro soldados con los cuales contar, para la renovación de ayuntamientos y Legislatura en los terrenos que "El Yunque" tiene casi escriturados a perpetuidad.
Menguado el nuevo ejército, además. Porque el saldo de 2008 en el terreno de las diputaciones locales, no es como para escribir a Vigo y contar que todo va requetebién.
Por el contrario, pues sabido es que en el 2007, el primer año de la Administración del señor Calderón, antes que consolidar la presencia del PAN en las Legislaturas de los Estados federados, el albiceleste sólo consiguió 73 de las 297 diputaciones locales que estuvieron en disputa.
Mal año, pues.
Peor este 2008, cuando en Hidalgo prácticamente fue barrido y borrado del plano del Congreso estatal.
Desnutrido el nuevo ejército, cuenta eso sí con un estratega que puede dárselas de titiritero o, si usted gusta, de director de escena, donde su jefe es un actor. Estrella y todo, pero al final sólo un actor.
Porque Mouriño dijo a sus tropas en Guanajuato:
"Vamos a mover al Presidente de una agenda de seguridad a una agenda social. El PAN necesita acreditar su compromiso social y el Presidente será el primero en acreditarlo".
¿Y si el señor Calderón no quisiera ser "movido"?
¿Cómo habrán de obligarlo el neo-estratega "castrense" al mando de esa partida de diputados locales blanquiazules?
Desafortunado discurso. Criticado incluso por quienes no quieren ser tratados cual "soldaditos de plomo" de un juego infantil, que sólo reciben órdenes y a quienes no se permite expresar sus propios criterios.
Y a todo esto, hay quienes inquieren –hablando de cuestiones soldadescas--, si el secretario de Gobernación cumplió con su Servicio Militar. Vaya, ¿que si estuvo en la "mili"?, como dicen en España.
"¿Marchó?", preguntan.
Nadie sabe. De lo que muchos están seguros, en cambio, es que "va a marchar". Aunque otros sostienen que "ya marchó".
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