Buscar este blog

28 agosto 2008

Defendamos el Derecho a la Vivienda

Taller de Economía Social y Políticas Públicas*

La industria de la construcción, afirman los Economistas, se ha convertido en una especie de indicador, dado que es una de las ramas productivas más sensibles a los cambios en el ciclo económico, ya sea por la proporción tan alta de la participación de la mano de obra, o por que cualquier signo de desaceleración de la economía tiende a detenerla en forma abrupta. En el curso de la actual crisis o desaceleración económica en Estados Unidos, pero que puede ser seguida también por nuestro país, y que se manifiesta con las hipotecas desde de 2007, ha paralizado buena parte de la construcción de viviendas; y es que frente a un futuro incierto, cuando lo urgente es cubrir las necesidades básicas, lo menos que se tiene para hacer, es un patrimonio.

En ese mismo sentido hay que entender que en la industria de la construcción, las grandes inversiones y por ende las grandes ganancias, se encuentran en la construcción de obra pública, aplicando este principio a grandes constructoras mexicanas como ICA (Ingenieros Civiles Asociados), entre otras; en el conjunto de América Latina participan con gran eficacia en los contratos gubernamentales de obras públicas. Efectivamente están completamente diferenciados estos dos sectores, construcción de viviendas y la construcción de puentes, carreteras, edificios y complejos públicos y privados, de grandes construcciones y de obra pública.

Ahora bien, dos aspectos que ahora despiertan mucho el interés es que mientras existe un rezago para atender el déficit de viviendas para la población, por otro lado, sectores de las ciudades se van volviendo viejos o incluso su deterioró es tal que necesitan ser regeneradas áreas completas, de manera tal que ambas partes, nuevas y viejas o las áreas intervenidas o regeneradas, influyen en su modelo urbano.

Atendiendo a ello y viendo las cosas comparativamente, En la República Bolivariana de Venezuela se están tomando acciones para abatir el déficit de viviendas, se estima que en aquel país de unos 28 millones de personas hacen falta 1.8 millones de viviendas, un déficit de 6.4%. En México el déficit de viviendas es de 11.4%, unas 12.1 millones de viviendas que hacen falta construir, sin contar las más de 1.2 millones de casas que se tienen que rehabilitar, de acuerdo a datos de la Comisión Nacional de Vivienda (CONAVI). Esto nos muestra un primer dato de la magnitud del problema, pero veamos otro aspecto.

En Venezuela la Ley del Régimen Prestacional de Vivienda y Hábitat establece que las cuotas mensuales para el pago de los préstamos hipotecarios, podrán variar entre 5% y 20%, según el ingreso familiar. En México, no existe una regulación de esta forma, de hecho la ley del Infonavit permitía tasas del 6% y el FOVISSSTE del 8%, mientras que Fonhapo tenía tasas del 4%, pero toda esta regulación desapareció para dejar todo en manos del mercado y establecer, como ahora, tasas flotantes; o como en el caso de FOVISSSTE de 1,5% encima de la tasa de CETES (que ahora se encuentra en 8.25%, es decir una tasa de 9.75%, que se ajusta anualmente); y que decir de los bancos, donde se encuentran los prestamos hipotecarios entre el 11% y 12%.Con el 10% del salario de un trabajador ¿a dónde se puede ir para conseguir vivienda?

La Constitución de México establece en el Artículo 4º que: …”Toda familia tiene derecho a disfrutar de vivienda digna y decorosa”…; y añade, …”la ley establecerá los instrumentos y apoyos necesarios a fin de alcanzar tal objetivo”…. Este derecho básico y universal de la población, en su forma, fue pervertido y desnaturalizado en radicalmente en el período de Vicente Fox, que no dudó de entregarlo a la voracidad de los bancos. El instrumento a que recurre el ilegitimo Felipe Calderón no es nuevo, ya que son los desarrolladores de vivienda y los apoyos financieros de la banca comercial, es decir, las hipotecas que cobran más del 10% de interés cuando el salario se incrementa anualmente a menos del 5 por ciento.

Incluso en el Programa Nacional de Vivienda calderonista abiertamente se escribe que se busca propiciar las inversiones de la Bolsa de Valores y de la banca privada extranjera, para ampliar el financiamiento de la vivienda. Los montos de inversión de 2003-2006 son cercanos a los 700 mil millones ¿de qué magnitud serán las ganancias? A cambio, lo que se ha generado es una inmensa masa de población que ve atados sus ingresos, por más de 20 años, para pagar sus créditos a la banca.

Desde luego que las economías de Venezuela y de México no son comparables. En México, el modelo neoliberal de mercados abiertos, hace que dependamos en una alta proporción de las mercancías del extranjero, entre ellas, casi todos nuestros alimentos, para ello generamos dependencia de los inversionistas internacionales; en Venezuela mantienen un saldo positivo con el exterior. Algunos periodistas señalan que en Venezuela la inflación es de 20% cuando en México es de 5%, por lo cual dicen que los mexicanos debemos tener una situación económica más favorable. En realidad nuestro bienestar no depende de la inflación, sino del crecimiento de nuestro ingreso, esto es, del crecimiento de la actividad económica. En Venezuela el crecimiento de la economía, en la última década, ha sido entre dos y cuatro veces más acelerado comparado con México, a excepción de 2003-2004 cuando Venezuela enfrentó una situación de crisis.

Lo ocurrido a Cemex en Venezuela, que fue nacionalizada, sólo es una parte de la historia. Los empresarios mexicanos son muy dados a considerarse victimas en el extranjero, cuando en realidad su comportamiento en el exterior y en particular hacia otros a países de América Latina es atroz, incluso más agresivo y depredador que el de los norteamericanos, lo importante es comparar cómo está evolucionado el nivel de vida de la población en aquel país y, en esa medida, darnos cuenta que estamos envueltos por una banca extranjera que está despojándonos de los pocos ingresos que podemos lograr en esta débil y estancada economía; y también denunciar que las acciones de Gobierno Federal fortalecen a unas pocas empresas para que, bajo su amparo, lucren con la población trabajadora.

Y finalmente tengamos ciudades, que en su modelo urbano no tengan ya una identidad propia, por que las intervenciones dejan una muestra ecléctica de estilos diversos y formas que no permiten su conceptualización, pero vistas las cosas desde otro ángulo, las ciudades se han vuelto cada vez más excluyentes de los trabajadores de bajos ingresos, de las corrientes migratorias internas y del trabajo simple, o por que sencillamente son el receptáculo de los negocios, que quiere decir que son sitios para los que tienen con que pagar.

*Taller de Economía Social y Políticas Públicas, Facultad de Economía de la UNAM.

No hay comentarios.: